Sorpresas y vergüenza

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Gintama no termina todavía *w*

Octogésimo primer capítulo

Sorpresas y vergüenza

La tensión estaba en el aire y eso que la encantadora sonrisa de Mitsuba intentaba tranquilizar a todos, pero esta vez no era suficiente. Hijikata notaba que algo sucedía, pues Mutsu apenas y había probado algo de la comida de su plato, mientras que miraba con las mejillas un poco sonrojadas y bastante incómoda su tenedor. Sakamoto en cambio estaba callado y eso ya era una mala señal, mientras que se estaba atragantado cada vez que alguien abría la boca para decir algo.

Los menores parecían más tranquilos, o al menos a Kagura no parecía importarle lo más mínimo el ambiente y estaba comiendo como de costumbre porciones que podrían alimentar a un pueblo entero. Sougo acuchillaba su filete, mientras que observaba con odio a Hijikata, probablemente deseando poder hacerle lo mismo al hombre, pero eso no era nada extraño en el príncipe.

Mitsuba, ajena a toda la tensión, sonreía feliz mientras comentaba alguna anécdota que le había sucedido en la ausencia de las chicas.

Nadie le estaba prestando atención a la pobre, pero cada uno tenía sus propios problemas.

- Mutsu, pareces demasiado callada, ¿Sucedió algo malo? - preguntó Mitsuba sorprendiendo a todos, pues creían que la joven vivía en su propio mundo

Mutsu se sonrojó y abrió la boca en vano, pues ninguna palabra pudo salir de su garganta. ¿La joven había notado su comportamiento? Seguro que se había dado cuenta de lo que Sakamoto y ella habían hecho y por eso preguntaba con intriga. O al menos eso es lo que creía la sirena.

Nada más alejado de la verdad, la reina solo había preguntado al ver que Mutsu apenas había probado bocado y conociendo su apetito, se preocupó por si estaba enferma.

- ¿Por qué tiene que haber sido malo? - preguntó Sakamoto nervioso y cediendo completamente ante la presión - No soy un experto, pero di lo mejor de mí y parece que todo estaba bien, aunque dolió por ser la primera vez, pero eso no quiere decir que fuese malo ¿Verdad? Quiero decir que no soy un inútil en todo, al menos algo puedo hacer bien -

Sakamoto hubiese seguido con su monólogo y probablemente contando todos los secretos que había ocultado desde su nacimiento, pero Mutsu le tiró un pequeño pan a la cabeza, que gracias a su gran puntería logró callarlo por la sorpresa.

Ahora las cosas estaban aún peor, Mutsu se había levantado de la mesa por los nervios al tirarle el pan a su pareja, mientras que Sakamoto tenía ganas de vomitar al darse cuenta de que había confesado exactamente todo lo que no quería.

Mitsuba los miraba confundida, mientras que Hijikata acababa de escupir su bebida al escuchar y entender esa confesión y lo que ello implicaba. Sougo observaba todo con regocijo, pues se estaba divirtiendo por el rumbo que estaban tomando las cosas y Kagura, ella seguía comiendo sin importarle nada.

- ¿Vosotros habéis...? - preguntó Hijikata dejando la pregunta sin acabar, cosa que agradeció la pareja

Mutsu bajó la cabeza mientras se planteaba crearse una nueva identidad e irse muy lejos, o volver al océano.

- ¿Qué es lo que sucede? - preguntó Mitsuba con curiosidad

Hijikata desvió la vista e hizo su mejor esfuerzo para no imaginarse en esa situación con su amada, más que nada porque Sougo lo asesinaría, pues el resto le parecía bastante tentador.

- Nada importante, ellos subieron un nivel en su relación - explicó de manera simple el hombre

Mitsuba se alegró ante esas palabras y no dudó en felicitarlos.

- ¿Puedo planear la boda? - preguntó la mujer entendiendo todo mal

Mutsu palideció y Sakamoto no se atrevía a desmentir aquello, más que nada porque le gustaba la idea.

Mitsuba comenzó a hablar sin parar de todas las cosas que debía cambiar en el palacio para que fuese adecuado para una boda, de la comida que serviría y de los invitados, Mutsu incluso creyó que la joven se encontraba soñando con el día en que pudiese planear la propia. Pero estaba yendo demasiado lejos.

- Mitsuba te equivocas, no habrá boda - explicó la mujer

Los ojos de la reina se llenaron de lágrimas mientras hacía un puchero.

- ¿No queréis que organice vuestra boda? - sollozó la mujer

Sougo miró con odio a Mutsu, por hacer llorar a su hermana, mientras que Hijikata se sentía inútil mientras que abrazaba a su pareja intentando calmarla, sin éxito.

- No es eso - dijo Mutsu desesperada y sin saber cómo continuar - Seguro que podrías organizar una boda genial, pero-

Mitsuba no le permitió acabar la frase, pues se separó de Hijikata y tomó las manos de Mutsu con gran alegría.

- Te prometo que será maravilloso, ya tengo muchos planes y será el mejor día de tu vida - afirmó la mujer y antes de que Mutsu pudiese reaccionar, se fue alegremente a organizar la supuesta boda

Mutsu no se lo podía creer, parecía una situación tan irreal, que tardó en captar lo que estaba sucediendo.

- Creo que se rompió - añadió Sakamoto preocupado mientras pasaba una mano frente a los ojos de la chica, intentando que reaccionase

- ¿Puedo ser la madrina? - preguntó Kagura con ilusión

Y eso hizo reaccionar a Mutsu, que sin disculparse ni decir nada, salió corriendo, dejando a todos preocupados.

- Yo prefería que te dejase plantado en el altar, pero por lo que veo no llegará a aguantarte tanto - se burló Sougo

La mirada fría que le dio Sakamoto, hizo callar al chico, que sabía cuándo debía parar antes de desatar toda la furia de su amigo.

Tatsuma fue en busca de Mutsu, sin idea alguna de donde podría encontrarla o si ella quisiese hablar con él en esos momentos.

Parecía una ironía, que ahora que estaban más unidos y habían dado un nuevo paso en su relación, todo se arruinó fácilmente.

Mientras tanto, Hijikata seguía en compañía de los menores más destructivos.

- Si llegan a casarse me burlaré de por vida - explicó el menor

- Creo que Mucchi tiene mal gusto, pero ella parece feliz - añadió Kagura con una sonrisa

Sougo vio su oportunidad.

- ¿Sabes lo que es una boda? - preguntó el chico con curiosidad

- Sí - admitió la sirena orgullosa - Nosotros también tenemos bodas en el océano -

Sougo decidió que era una buena idea seguir el tema de conversación.

- Sabes, debo admitir que hay veces en las que no puedo evitar pensar en lo hermosa que te verías en un vestido blanco, tus labios pintados de rojo a juego con mis ojos y todos te observarían impresionados - comenzó Sougo

Kagura se quedó sin palabras, jamás imaginó escuchar algo así de la boca del chico, pero debía admitir que la idea no le daba náuseas y eso no podía ser nada bueno, después de todo ella jamás querría casarse con él, ¿No?

- Y yo te entregaría una rosa roja y cerraría el ataúd con felicidad, viendo como logré acabar contigo - añadió el chico mientras su sonrisa sádica se hacía presente

Kagura no se lo podía creer, todo ese, al principio hermoso monólogo, era para decirle que la quería ver muerta, desde luego el chico era un loco.

La joven decidió responder como mejor se le daba, con sus puños.

Sougo aceptó encantado la invitación y se guardó para sí mismo el pensamiento, de que realmente deseaba ver a Kagura en un vestido de novia, pero quién sabe, si al final Mutsu dejaba a su amigo tirado en el altar, probablemente aprovechase la oportunidad.

Continuará

¿Se nos viene una boda o sólo seré troll? De momento seguiré pensando en cómo continuar la historia al igual que el gorila que no sabe como finalizar Gintama xD

Perlas del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora