Hola *w* aquí esta el nuevo capítulo así que espero que os guste ^^
Octavo capítulo
Brócoli VS zanahoria
Dos días habían pasado desde que las jóvenes comenzaron a trabajar para Otose en el bar, podría decirse que comenzaban a acostumbrarse al trabajo, no es que no rompieron cosas pero al menos el número de platos y vasos rotos había disminuido considerablemente. También habían recibido una nueva tarea, la cual les parecía bastante divertida y esta consistía en lanzar a los clientes que no supieran comportarse o estuvieran muy borrachos fuera del local, esto gracias a su extraordinaria fuerza de sirenas, les salía muy bien.
- Kagura, Mutsu tengo que pediros que hagáis un recado - dijo la mujer
- ¿Un recado? - preguntó Kagura sin saber a que se refería
- Necesito que compréis los ingredientes para el plato del día de mañana - explicó Otose
- ¿Y tenemos que ir las dos? Una de nosotras podría quedarse a ayudar mientras tanto en el bar - preguntó Mutsu
- Me ayudáis más cuando no estáis presentes además de que no me quiero ni imaginar que sucedería si solo una de vosotras va a la ciudad, seguro que os timan con judías mágicas o algo así - explicó la mujer
- No somos tan torpes - añadió Kagura ofendida
- ¿Debo revelaros el número de vasos y platos que habéis roto en este período de tiempo? - preguntó la mujer
- Ya nos vamos a comprar - respondió Kagura mientras se llevaba a Mutsu del brazo
- Comparad los precios y si algo esta verde es que esta podrido - gritó la mujer esperando ser escuchada
A pesar de ser temprano había mucha gente en las calles, los puestos estaban llenos de artículos y algunos con parecían muy frescos pues los peces incluso se movían. Las chicas aún no podían acostumbrarse a la ciudad, les seguía pareciendo algo fantástico y maravilloso además de que era bastante fácil perderse entre tanta gente. En la plaza principal se encontraban muchas personas reunidas, parecían encontrarse viendo alguna especie de espectáculo, en el centro de la plaza había una pareja que bailaba un baile típico mientras reían felices y el público aplaudía, las jóvenes se quedaron maravilladas viendo aquello.
Aunque no fuesen de la misma especie, sirenas y humanos tenían formas parecidas de pasar el rato y cuando los veían sonreír de esa manera, tan felices casi olvidaban todas esas leyendas que las sirenas contaban aunque no podían creer que los humanos fuesen realmente así, no ahora que los conocían poco a poco. Todos parecían ser diferentes, algunos tenían familias, otros se esforzaban trabajando día a día y la mayoría estaban agradecidos de poder tener un día más para vivir, como los niños que estaban en la plaza y se unieron al baile de la pareja, todos ellos sonreían con cualquier cosa y eran felices con lo poco que tenían, no parecían las bestias que describía su padre para evitar que subieran a la superficie.
Kagura se giró para hablar con Mutsu pero al verla sonreír mientras observaba a los humanos, tuvo una mala sensación, una especie de presagio que les advertía que ir al mundo humanos fue la peor decisión de sus vidas y que todo acabaría mal. Instintivamente tiró de la manga de la mayor, buscando así su atención, que consiguió al instante, aunque no como hubiese deseado.
- Son hermosos ¿No es así? - preguntó Mutsu con una sonrisa - No parecen temerle a nadie y hacen lo que quieren, son tan libres -
- Mucchi yo... - intentó decir la menor pero no encontró las palabras
Kagura no sabía que quería decir, era obvio que tenía miedo, de que su padre las descubriera, de no encontrar a la bestia para enseñarle esa extraña caja que llevaban en todo momento consigo, de que los humanos descubrieran que eran sirenas, pero lo peor de todo, que después de ese mes ya no desearan volver al mar. Ese siempre había sido su hogar, pero al ver tantas cosas nuevas y descubrir tantas emociones que desconocía, no sabía si sería capaz de volver al aburrido palacio donde no era capaz de hacer nada por si misma.
En estos días había aprendido lo que era trabajar, lo que era esforzarse por algo, la vergüenza de fallar y las ganas de volverlo a intentar, la alegría de lograrlo y el cansacio que acompañaba todo. Ya no estaba segura de ser capaz de volver a vivir encerrada, no después de conocer los colores y las maravillas del mundo en el exterior.
- ¿Te encuentras bien? Seguro que tienes hambre nuevamente - dijo Mutsu sacando a la menor de sus pensamientos - Vamos a comprar los ingredientes y seguro que Otose cocinará algo para nosotras, aunque después se quejara de lo mucho que comemos -
La menor miró a su hermana, si ella que era la responsable estaba tranquila, entonces todo estaría bien, ¿Qué es lo peor que podría suceder?
- Vamos a comprar y después comeré diez platos de arroz con huevo - añadió Kagura intentando animarse
Las jóvenes fueron buscando el mejor precio entre los puestos, tal y como Otose les pidió que hiciesen, algunos ingredientes fueron más fáciles de encontrar, tales como tomates y patatas pero tenían problemas con encontrar algo llamado "brócoli" pues no habían visto como se veía antes y cuando preguntaban por el alimento en los puestos siempre enseñaban algo verde y Otose les dijo que si estaba verde significaba que estaba podrido y no podía consumirse, o algo así escucharon antes de abandonar el bar, corriendo por la emoción de salir.
- Siempre nos enseñan arboles pequeños, se creen que somos tontas, como si no supiéramos lo que es un brócoli - dijo Kagura
- Pero no lo sabemos - añadió Mutsu
- Los humanos huelen el miedo y la ignorancia Mucchi, debemos ser más listas que ellos - explico Kagura creyéndose una experta en humanos
- ¿Y que debemos hacer entonces? - preguntó Mutsu
- Solo observa - dijo Kagura mientras se acercaba a un puesto, agarraba algo naranja y alargado y le hablaba al vendedor - Me llevo este brócoli -
- Esto es una zanahoria - explicó el hombre mientras la miraba confundido
- Claro, como tu digas "zanahoria" - dijo la chica mientras pagaba al hombre y volvía junto a Mutsu - Misión cumplida, ya tenemos el brócoli -
- Kagura estoy segura de que el hombre dijo que era una Zanahoria - añadió Mutsu confundida
- Eso es como le dicen a los brócolis en esta ciudad, Mucchi te queda mucho para aprender sobre los humanos - dijo la menor con aires de grandeza
- Si tu lo dices - respondió Mutsu no muy convencida
- Y ahora volvamos al bar - añadió Kagura mientras movía su mano de un lado a otro con la zanahoria en la mano
Como era de esperarse, no tardó mucho en golpear a alguien con ella.
- ¿Quién es el idiota que golpeó a mi brócoli? - preguntó Kagura mientras se giraba molesta pero al ver a la persona tras ella palideció - Mierda -
Era oficial, Kagura acababa de firmar su sentencia de muerte.
Continuará
Hola problemas al estilo Kagura xD como siempre hizo un desastre y ahora tendrá que arreglarlo ^^ bueno espero que os gustara y hasta el próximo sábado :)
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Perlas del mar
FanfictionKagura y Mutsu son sirenas bastante curiosas ¿Lograran ver todas las maravillas de la superficie? ¿Que tienen que ver Sakamoto y Sougo en todo esto? ¿Es solo una versión cutre de la sirenita? Todo esto y mas en la historia.