Dedicado a Frany Fanny Tsuki :) gracias por siempre dejarme unos hermosos Reviews y reírte de mis bromas tontas xD
Siento dejar el capítulo anterior en esa parte xD pero era divertido dejarlo ahí, además de que se pondrá bastante interesante a partir de ahora :)
Quincuagésimo octavo capítulo
Padre vs hija
- Que alegría volver a verte, hija -
Sakamoto creyó escuchar mal, era imposible que la hija indefensa y frágil fuese Mutsu, ella era más fuerte que muchos humanos y sabía cuidar perfectamente de sí misma y de su hermana pequeña.
- Padre - dijo Mutsu sin estar segura de como iniciar una conversación en aquella situación
- ¿De verdad es tu padre? - preguntó Sakamoto sin saber cómo reaccionar
Umibozu frunció el ceño, era obvio que su hija y aquel humano estúpido se conocían y eso solo le dejaba una opción.
- El humano debe morir - anunció el rey
Mutsu recordó la ley que su padre había creado años antes, si un humano sabía de la existencia de las sirenas, debía ser eliminado y ellas desterradas. Sólo había una excepción, una que no le gustaba nada a Mutsu, pero no dejaría que asesinasen a Sakamoto por su culpa.
- No puedes asesinarlo - dijo Mutsu mientras se paraba delante de Sakamoto, intentando defenderlo, aunque con la diferencia de alturas se veía extraño
Sakamoto no sabía que sucedía, solo tenía claro que el hombre al que intentó ayudar quería matarlo por razones que no comprendía. Hasta a la hora de ser una buena persona fallaba, quizás Sakamoto era un completo inútil sin remedio.
- Dame una razón para que no lo haga - ordenó Umibozu furioso
Mutsu pareció dudar unos segundos, antes de hablar con voz fuerte y segura.
- Él es mi marido - explicó la chica
Umibozu creyó que tendría un infarto y Sakamoto repasó mentalmente todas las veces que se emborrachó, intentando encontrar una en la que hubiese podido lograr aquello.
- ¡¿Te casaste?! - gritó el rey más que furioso
Sakamoto no sabía cómo reaccionar, pero podía ver la mirada de la sirena, que le suplicaba que le siguiese el juego, así que no pensaba dejarla sola en esto, da igual lo raro que fuese todo.
- Es algo que ambos decidimos - añadió Sakamoto mientras posaba su mano en el hombro de la joven, demostrándole que la apoyaría
Mutsu suspiró aliviada, Sakamoto comprendió su mirada. Podían entenderse hasta sin palabras. Aunque reconocer aquello solo logró que su pecho doliese aun más.
- Demuéstralo - ordenó Umibozu - Besa a mi hija -
Sakamoto se sorprendió por aquella petición, pero una parte dentro suya se alegró por ello, podría besar a Mutsu y eso lo emocionaba.
- No hace falta - añadió Mutsu - Vamos a divorciarnos -
Sakamoto sentía como acababa de perder una oportunidad única, además de que pasó de casarse con la mujer que amaba a divorciarse en menos de un minuto, ni siquiera servía para mantener un matrimonio falso.
- ¡¿Qué clase de problema tienes con mi adorada hija?! - gritó Umibozu enfadado
Sakamoto se asustó por el hombre y comenzó a tartamudear.
- Ninguno señor... sargento... mufasa, digo alteza - murmuró el hombre bastante nervioso
Umibozu lo miró como si se tratase de un insecto, dispuesto a convertir al humano en cualquier cosa, para hacerle pagar por casarse con su hija y ahora dejarla tirada, pero Mutsu se adelantó.
- La que quiere el divorcio soy yo - explicó la mujer - Él es impotente y por eso le pedí el divorcio -
Sakamoto sentía como había perdido algo importante: su hombría, orgullo o las ganas de vivir, una de ellas o probablemente las tres.
- Era de esperarse de un humano - se burló Umibozu
Sakamoto quería salir de allí, sentía que había sido humillado lo suficiente y no había nadie que lo quisiese en ese lugar.
- Pero él es importante para mi, por eso te ruego que no lo asesines - pidió Mutsu mientras hacía una reverencia frente a su padre
Umibozu jamás vio a su hija rebajarse así por algo, ella siempre mantenía su orgullo intacto y eso hizo que su odio por el humano se incrementase. No entendía como Mutsu podía haber caído ante los encantos nulos de semejante humano.
Sakamoto se sentía culpable de ver a Mutsu actuar así, por lo que quiso ayudarla.
- Yo tengo la culpa de todo, si va a castigar a alguien, yo asumo mis errores y me ofrezco para ello - pidió Sakamoto mientras se inclinaba también
Mutsu se sorprendió, intentaba salvarle el trasero a Sakamoto y él no estaba ayudando, pero al ver la expresión sería del joven sintió algo cálido, estaba feliz al ver que Sakamoto se arriesgaría tanto por ella.
Umibozu veía las miradas que se daban los jóvenes y no podía sentirse más molesto, se pusieron en modo romántico y lo estaban ignorando. Eso solo empeoraba su mal humor.
- Nunca aceptaré su matrimonio como válido - dijo el rey - Así que debéis divorciaros -
Mutsu supo entonces, que la vida de Sakamoto no corría más peligro, mientras que aquellas palabras pesaron más de lo necesario en la cabeza de Sakamoto.
- Ahora me gustaría que me expliques donde está el terrorista que os secuestro - preguntó el mayor
- Nadie nos secuestró, yo obligué a Kagura a venir por propio egoísmo - explicó Mutsu
- Los guardias dijeron algo diferente - respondió el mayor
- También dijiste que Mutsu era una chica frágil, temerosa e inútil y nada de eso es verdad, así que no puedes fiarte de lo que digan los demás - añadió Sakamoto
Umibozu quería hacer algún comentario metiéndose con el humano, como venganza por dejarlo en ridículo, pero nuevamente la atención de los jóvenes estaba dedicada a algo más.
- ¿Te encuentras bien? - preguntó Sakamoto a Mutsu
Mutsu tenía la cara completamente roja y se encontraba respirando con dificultad.
- Perfectamente - dijo ella, pero su voz dejó ver su verdadero estado, al menos para Sakamoto
Él chico no dudó en poner una mano en la frente de la chica, que estaba hirviendo.
- ¿Podéis dejar de coquetear frente a mí? - preguntó Umibozu indignado
- Mutsu está enferma - explicó Sakamoto
- Yo la veo normal, además del hecho de que tiene pies - añadió Umibozu sin comprender nada
- Ella está enferma - repitió Sakamoto perdiendo la paciencia - Debemos llevarla con nuestro amigo, el podrá hacer algo -
Sin esperar una respuesta, Sakamoto tomó a Mutsu en brazos, al más puro estilo princesa, notando que ella ni siquiera se quejó, lo que significaba que realmente estaba enferma. Ella solo pudo aferrarse con fuerza a la camisa del hombre, como si tuviese miedo de ser abandonada.
Tatsuma creía que Mutsu se había resfriado por la lluvia que no había dejado de caer y por tener la ropa empapada, ni siquiera podía imaginar las consecuencias que tendría aquella enfermedad o lo que sería. Estaba a punto de perderla.
Continuará
Y nuevamente lo dejé en la parte más interesante soy un poco cruel xD pero es muy divertido :) las cosas se pondrán muy malas a partir de ahora y el próximo capítulo será de Sougo y Kagura :) así que espero que lo esperéis con ganas
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Perlas del mar
FanfictionKagura y Mutsu son sirenas bastante curiosas ¿Lograran ver todas las maravillas de la superficie? ¿Que tienen que ver Sakamoto y Sougo en todo esto? ¿Es solo una versión cutre de la sirenita? Todo esto y mas en la historia.