Tormenta

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Hola aquí está el capítulo de esta semana

Trigésimo primer capítulo

Tormenta

Después de que visitaron la ciudad, había pasado un día, parecía que todos necesitaban recuperarse un poco de tantas emociones, excepto Kagura y Sougo que siguieron peleando. Mutsu aprovechó el día para leer un libro que le pareció interesante y Sakamoto se encargó de cocinar y evitar que los más jóvenes se asesinaran. Todos parecían acostumbrarse a aquella tranquilidad, casi parecía que el tiempo corría diferente y no se daban cuenta de ello.

El día se estaba volviendo más frío y gris. Por ello, Sakamoto decidió ir a por leña para cocinar y en caso de lluvia poder encender la estufa de leña. No le pidió a Sougo ayuda porque le daba miedo darle un hacha y seguro que si Kagura también quería ir todo acabaría en asesinato o sin árboles, por lo que prefirió ir solo ya que no sabía donde estaba Mutsu, pero seguro que ella se encontraba leyendo en algún lugar.

Así que comenzó a caminar en dirección al bosque, hasta que una bellota cayó en su cabeza. A pesar de que miró a todos lados, no encontró a ninguna ardilla, así que pensó que habría sido alguna tontería, pero cuando otra bellota golpeó su cabeza con precisión, comenzó a atar cabos y más al oír una risa.

- Eres muy malo esquivando proyectiles - dijo Mutsu de buen humor

Pero Sakamoto no la veía por ningún lado, lo cual no pasó desapercibido por la joven.

- Aquí arriba - dijo Mutsu mientras saludaba con la mano

La sirena había trepado a un árbol y se encontraba sentada en las ramas con un libro.

- ¿Qué haces allí arriba? - preguntó Sakamoto con curiosidad

- Aquí hay una tranquilidad que gracias a mi hermana y a Sougo, no hay en la mansión - explicó la joven

- Puedo entenderlo perfectamente - dijo Sakamoto con una sonrisa

- ¿Qué vas a hacer con eso? - preguntó la chica mientras señalaba el hacha

- Necesito un poco de leña - explicó el hombre

Mutsu no dudó en saltar del árbol, logrando que Sakamoto se asustase por ello. La chica tenía una agilidad que no era normal.

- ¿Puedo cortar yo también? - preguntó la joven mientras parecía emocionada ante la idea de usar un hacha

Sakamoto pensó que es lo que podría salir mal si la joven usaba un hacha. Y como todo podría salir mal, decidió que era mejor alejarla de aquella arma.

- Lo mejor será que solo mires, es muy peligroso - explicó Sakamoto

- No soy como Kagura, no mataré a nadie - se quejó Mutsu

- Eso espero, porque somos los únicos en el bosque, pero igualmente no es una buena idea - añadió Sakamoto decidido a sobrevivir y no dejar el hacha en manos de la chica

- Solo quería jugar un poco, se ve divertido - añadió Mutsu decepcionada

- Un arma no es un juguete, no es para divertirse, es para arrebatar la vida de los enemigos y por eso mismo nadie debería usarlas - dijo Sakamoto mientras su expresión se volvía sombría

Mutsu comprendió que se había comportado de manera inmadura y quizás dijo algo que no debía, por lo que intentó disculparse pero Sakamoto comenzó a caminar sin esperarla, así que ella tuvo que intentar seguirlo a su ritmo lo cual parecía bastante difícil cuando estaba enfadado. Sin darse cuenta ambos se estaban adentrando en el bosque. Mutsu llamaba al chico por su nombre, pero este la ignoraba y se adentraba cada vez más en el bosque. Después de perseguirlo por minutos, Mutsu se hartó y le tiró una pequeña piedra a la cabeza, demasiado pequeña como para herirlo realmente pero lo suficiente para que se girase a verla.

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