Muchas personas me están pidiendo escenas subidas de tono en la historia, pero como persona troll que soy probablemente solo os acabaré tomando el pelo en algún momento xD quién avisa no es traidor
Septuagésimo octavo capítulo
Luna llena
Después de toda una tarde llena de gritos, peleas, amor por parte de las parejas y situaciones incómodas debido a los regalos de la madre de Tatsuma, todo parecía ir a mejor.
Mitsuba les dio a las sirenas una habitación gigantesca para que pudiesen descansar, la mujer quiso darle una individual a cada una, pero Mutsu temía por las locuras de su hermana y no tenía ganas de acabar siendo tía en nueve meses gracias a que cierto sádico se le ocurriese inventarse una nueva cura para alguna enfermedad inventada.
Por eso mismo las hermanas compartirían habitación mientras que Sakamoto simplemente usaría la habitación que tenía en el castillo antes de que las jóvenes entrasen a su vida.
Aquello era bastante extraño, el principio de aquella aventura les parecía demasiado lejano, de manera en la que casi parecía imposible recordar cómo había sido su vida en un principio, antes de encontrarse los unos a los otros.
Demasiadas cosas habían sucedido, algunas malas, pero la mayoría buenas, pues las ayudaron a madurar, al menos dentro de lo posible y las convirtieron en lo que eran actualmente.
Mutsu suspiró mientras miraba a través de la ventana de la habitación. Sentía que un capítulo de su vida había llegado a su final, pero podía imaginarse todas las hojas en blanco que le faltaba por rellenar y eso la emocionaba, sobre todo ahora que su relación con Sakamoto había tomado otro rumbo, uno más serio. La joven tenía tantas dudas, que no sabía por dónde empezar, por una parte, tenía miedo de la cercanía de Sakamoto, era obvio que amaba al hombre, pero tenía miedo de hacer algo mal o salir herida y pensar en acercarse a él de la manera en la que Nanami sugería le parecía imposible y de solo pensarlo se sonrojaba, ¿Cómo hacían las parejas para hacer algo tan vergonzoso? Su experiencia nula en el amor solo la hacía sentirse insegura y no sabía si Sakamoto se lo tomaría a mal o se decepcionaría de ella.
Tantos pensamientos volvían loca a la joven, que no encontró otra mejor forma de desahogarse, que hablar con su hermana.
- Todo se siente extraño - comenzó a explicar la mayor mientras observaba el horizonte por la ventana - No estoy segura de que hacer o cómo actuar y tengo la impresión, de que todos esperan algo de mí, aunque no estoy segura de que pueda ser eso -
Al ver que Kagura no respondía, siguió con su discurso.
- No me malinterpretes, soy feliz aquí y Sakamoto es un amor, pero me siento un poco extraña con respecto a mis sentimientos, ¿Entiendes lo que te digo? - preguntó Mutsu
La joven se sentía bien al confesar sus preocupaciones a alguien más, además de que sabía que Kagura probablemente era la única persona que podía entender su situación, por ello tuvo la valentía de explicar en voz alta todo lo que la preocupaba.
Al ver que su hermana no respondía, Mutsu se sintió incómoda, probablemente Kagura estaba sorprendida al descubrir las preocupaciones estúpidas de su hermana mayor. Más al escuchar un ruido poco celestial, Mutsu tuvo que girarse y afrontar la situación.
Kagura se encontraba roncando y babeando, ignorando a Mutsu y sus nervios.
- Parece que siempre puedo contar contigo - añadió Mutsu con una sonrisa en su cara, tampoco había esperado algo diferente de la despreocupada Kagura
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Perlas del mar
Fiksi PenggemarKagura y Mutsu son sirenas bastante curiosas ¿Lograran ver todas las maravillas de la superficie? ¿Que tienen que ver Sakamoto y Sougo en todo esto? ¿Es solo una versión cutre de la sirenita? Todo esto y mas en la historia.