Locuras de borrachos

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Y aquí os dejo el nuevo capítulo ^^

Cuadragésimo quinto capítulo

Locuras de borrachos

Todo iba de manera pacífica, el buen humor se podía palpar en el aire y un joven gritaba de alegría.

- Travesti, voy a matarte si no te callas - gritó Sougo

- No es travesti, es Zurako - corrigió Katsura

- Yo creí que era Zura - añadió Sakamoto

La situación podría parecer extraña, o quizás no tanto si se tiene en cuenta que se trataba de los ruidosos chicos.

- Viajar es aburrido, pensé que acompañaros sería más divertido - se quejó el hechicero

- Eso se puede arreglar - prometió Sougo con una sonrisa sádica

- Retiro lo dicho, creo que estoy muy bien - dijo Katsura por miedo al menor

- No estoy seguro de aguantar un viaje con vosotros dos - añadió Sakamoto cansado de las peleas

Para la suerte de Sakamoto, el viaje se le hizo eterno.

Después de soportar el infierno o mejor dicho antes los dos idiotas promedio, llegaron a una pequeña ciudad portuaria.

Aunque el trabajo de niñera de Sakamoto no acabó allí, pues se vio en la obligación de salvar a Katsura de la muerte. El hechicero con problemas de salud mental, quiso tirarse al agua y Sakamoto recordando lo ocurrido con Mutsu, lo detuvo de ello.

- Quiero ir al agua - se quejó Katsura

- ¿Sabes nadar? - preguntó Sakamoto

- No necesito ese tipo de cosas, soy demasiado genial para tener que aprender a nadar - añadió Katsura bastante orgulloso de sí mismo

- Si te mueres, no encontraremos a las chicas, así que por ahora nada de tirarte al mar, si después quieres ahogarte te empujaré personalmente si así lo deseas, pero mientras tanto nada - explicó Sakamoto

- Pareces una madre gritona - se quejó el hechicero

Sakamoto solo pudo suspirar, realmente creía que no tendría que cuidar de alguien de su edad, pero allí estaba Katsura, dándole problemas y comportándose como niño.

- ¿Y ahora? - preguntó Sougo nuevamente de mal humor - ¿Donde está la bruja? -

- ¿Bruja? Si te refieres a mí no me parece gracioso, soy un hechi- quiso regañar Zura, pero Sakamoto le tapó la boca antes de que pudiese terminar

- No es amable de tu parte llamar a Kagura así, seguro que ella se siente herida si se entera de ello - explicó Sakamoto al menor

- Estoy seguro de que no tiene sentimientos - murmuró Sougo pero Sakamoto logró escucharlo

- Lo mismo podría decirse de ti, pero aquí estas, afectado por la ausencia de una mujer, seguro que tu hermana no se lo creería - dijo Sakamoto con una de sus típicas risas

- Una palabra y te conviertes en la cena - amenazó Sougo

- Que adorable, se pone a la defensiva - añadió Katsura, logrando avergonzar aun más al menor

- Os odio - gruñó Sougo

- Yo también te quiero - añadió Sakamoto con una risa

Y entre peleas y risas, escucharon un alboroto que parecía provenir de una tienda a sus espaldas. No sabían muy bien de lo que iba la situación, pero parecía que un loco de cabellos plateados había robado la ropa interior de una mujer, la llevaba como máscara en la cara, su neo Armstrong cyclone jet Armstrong sobresalía de sus calzoncillos y parecía sacado de algún libro pervertido. Por eso mismo, si no querían meterse en un lío, deberían evitar al hombre, pero aquello no parecía ser tan fácil. Sin pensarlo dos veces, Zura se acercó al loco, obligando así a Sakamoto y Sougo a hacer lo mismo.

Perlas del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora