Este es el capítulo de esta semana ^^ espero que os guste y aviso que sigue el drama xD
Sexagésimo primer capítulo
Desastre
Su mal humor no había disminuido, al contrario, creía que cada momento se volvía peor. Por eso mismo comenzó a destrozar el mobiliario, más no el suyo, se encontraba destrozando el de Sakamoto, en una especie de venganza por lo ocurrido.
Sougo había comenzado a ver a Sakamoto como a un amigo, comenzó a confiar en él y al final fue traicionado de tal manera.
Era obvio que Sakamoto sabía lo que estaba ocurriendo, conocía la condición de Kagura y Mutsu y decidió guardarlo para sí, burlándose de su ingenuidad.
Sougo no estaba seguro de cuál hubiese sido su reacción si Sakamoto se lo hubiese dicho, probablemente se hubiese burlado, pero ahora nunca tendría la oportunidad de descubrirlo. En su lugar tuvo que ser testigo de cómo la chica que tanto le importaba se convertía en algo. Algo que no debería existir.
Sougo necesitaba hablar con alguien de ello, pero estaba seguro de que nadie le creería, después de todo las sirenas eran sólo leyendas, historias inventadas por hombres desesperados en alta mar que confundían a las ballenas con hermosas mujeres.
El príncipe no pudo evitar suspirar ante ese pensamiento, la ballena naranja que creía olvidada había vuelto a sus pensamientos. Sougo sacó la escama naranja de su bolsillo y la observó como si se tratase de un legendario objeto, lo cual no estaba tan lejos de la realidad.
- ¿Hay alguien en quien pueda confiar? - preguntó Sougo para sí mismo mientras se disponía a tirar la escama por la ventana rota
Con todas sus fuerzas quiso tirarla, pero su puño no logro abrirse, como si necesitase conservar ese último recuerdo de la joven.
- Me imagino que tendrás muchas preguntas - murmuró una voz en la habitación
Sougo reaccionó rápido y le tiró una vasija que todavía seguía intacta. Sakamoto se hizo a un lado y esta acabó estrellándose contra la pared.
- Esa era mi vasija favorita - explicó Sakamoto
- Largo de aquí - ordenó Sougo
- Te recuerdo que esto era mi habitación - recriminó Sakamoto
- Y yo que esto es mi castillo - gruñó Sougo
- La reina es Mitsuba - desafío el mayor
Sougo buscó con la mirada cualquier otro objeto para lanzarle al que una vez fue su amigo y Sakamoto captó aquello.
- Esta bien, si me quieres fuera del castillo me iré, pero antes me gustaría hablar contigo - dijo Sakamoto
- Tienes un minuto - añadió Sougo mientras le daba la espalda al mayor
- Puede que ahora te parezca horrible, pero ellas no querían hacernos daño - explicó Sakamoto
- ¡Pues lo hicieron! - gritó Sougo perdiendo la paciencia - Jugaron con nosotros, mintieron sobre lo que eran y tú estabas de su parte -
- Te equivocas, yo no sabía nada en el principio, fue Katsura el que me lo explicó y también me enfadé con Mutsu, pero ellas- quiso explicar Sakamoto
- No me interesa, me traicionaste y ellas también - añadió Sougo - Ahora largo -
- Ellas salvaron nuestra vida, la ballena naranja fue Kagura, ellas salvaron nuestras vidas sin conocernos y de no ser por ellas estaríamos muertos - intentó aclarar Sakamoto
Sougo no quería creer las palabras de Sakamoto, no se sentía capaz de soportar otra traición o decepción. Por eso fue él quien abandonó la habitación, esperando que esa fuese la última vez en la que viese a Sakamoto.
Ikumatsu estaba nerviosa, no sabía que había sido de Sakamoto y le preocupaba que Sougo lo hubiese golpeado nuevamente, aunque no lograba entender las razones del mayor, para que a pesar de su fuerza, se dejase golpear por Sougo.
Mitsuba había sido amable con Ikumatsu y le permitió quedarse en el castillo hasta que supiese que quería hacer con su vida o el rumbo que deseaba tomar, pero para la viuda aquello era molesto, estaba acostumbrada a depender de sí misma y ahora no podía evitar sentirse como una garrapata, aun así, no le quedaba de otra más que aceptar aquella generosa oferta.
Desde la ventana pudo ver como Sakamoto caminaba con rapidez por el patio, así que decidió seguirlo para averiguar qué sucedía.
Sakamoto solo llevaba una pequeña bolsa con algo de comida, pues todo lo material ya lo había destrozado Sougo.
- ¿Te vas? - preguntó una voz dulce
- Intenté arreglar las cosas con él, de verdad lo intenté, pero creo que ahora necesita estar solo - explicó Sakamoto
- Gracias - añadió la reina con una sonrisa - Siempre fuiste un buen amigo para él - explicó Mitsuba
Sakamoto no respondió, no tenía fuerzas para ello.
- ¿Estarás bien por tu cuenta? - preguntó la mujer
- Volveré a casa de mis padres, siempre fui una vergüenza, pero ahora pienso regresar derrotado y con mi vida siendo una mierda, incluso peor que cuando me fui - explicó Sakamoto con una sonrisa triste, rota y vacía
- Siempre tendrás un hogar aquí, da igual lo que mi hermano diga - explicó Mitsuba con una sonrisa
Sakamoto creyó ver a cierto hombre de cabellos negros gruñir ante ello entre las sombras.
- Tranquilo, no necesito que te pongas celoso - se burló Sakamoto, sabiendo que eso lograría desatar la furia de Hijikata
Mitsuba solo sonrió mientras miraba a Hijikata de manera especial. Sakamoto no pudo evitar tener envidia de ambos, parecían felices y se amaban.
- Sakamoto - llamó Ikumatsu casi sin aliento por correr para alcanzar al hombre - ¿Te irás?
- Si, pero no te preocupes, estarás segura aquí y el idiota de Katsura seguro que intentará venir a buscarte - explicó Sakamoto
Ikumatsu se sonrojó antes de poder si quiera admitir si le gustaba la idea de Katsura volviendo por ella o no.
- Mutsu realmente te apreciaba - añadió la rubia
- Cómo sea - dijo Sakamoto dolido mientras daba por finalizada la conversación y se despedía
Sakamoto no sabía con qué cara debía presentarse ante sus padres, pero estaba seguro de que ellos estarían realmente decepcionados de él.
Continuará
Y ahora se viene la familia de Sakamoto xD pero primero las sirenas espero que os haya gustado
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Perlas del mar
FanfictionKagura y Mutsu son sirenas bastante curiosas ¿Lograran ver todas las maravillas de la superficie? ¿Que tienen que ver Sakamoto y Sougo en todo esto? ¿Es solo una versión cutre de la sirenita? Todo esto y mas en la historia.