Lamento la broma de ayer xD no suelo ser tan capulla, pero vi mi oportunidad y la usé (?) xD pero prometo que no volveré a bromear con abandonar la historia :) Dicho esto os dejo disfrutar del capítulo *w*
Septuagésimo segundo capítulo
Del amor al odio solo hay un portazo
Kagura llevaba media hora frente a la puerta y la chica no paraba de imaginarse como podría acabar aquello.
Para la joven sirena había tres opciones posibles de cómo podría suceder todo y ninguna de ellas le agradaba. La primera opción era la peor, Sougo estaría enfadado y no le abriría la puerta, llamaría a los guardias y ella jamás podría hablar nuevamente con él.
La segunda opción no era más agradable, si Sougo no estuviese enfadado con ella, podría intentar venderla como a una rara criatura y ella acabaría golpeándolo.
Pero de todas sus imaginarias opciones, la tercera era la peor y más imposible de todas, esta consistía en que Sougo estuviese preocupado por el bienestar de la chica al desaparecer misteriosamente y por ello, ambos acabarían abrazados, mirándose fijamente a los ojos mientras sus rostros se acercaban lentamente y unían sus labios finalmente en un beso lleno de amor, deseo y quizás algunas intenciones menos puras.
Kagura golpeó su cabeza contra una pared. No estaba preparada para esa extraña fantasía enferma de su cabeza, además de que lo que más le sorprendía era lo poco que la asqueaba la opción número tres, se sentía decepcionada de sí misma.
Suspirando nuevamente para prepararse mentalmente, Kagura repasó los pasos a seguir para que su conversación no acabase en una pelea. La chica quería saludar al chico primero, al igual que era obligada a hacer en las fiestas de su padre, intentando guardarse todos sus pensamientos para sí, da igual si estos fuesen positivos o negativos.
El segundo paso era hacer comentarios sobre el tiempo en la tierra, aquella conversación sin importancia parecía ser algo común entre los humanos.
El último paso era el más difícil, la chica debía confesar una verdad incómoda en un tono de desinterés, para evitar así salir herida.
- "¿Te gusta el pescado? A mi si, por cierto, soy una sirena y no una ballena naranja, intenta recordar eso en tu diminuta mente" - intentó ensayar la chica para calmar sus nervios
Eso acabaría mal. Mejor ser un poco menos directa y quizás más misteriosa.
- Tengo una amiga calamar que desea invadir la humanidad, ¿Qué te parece si yo decido invadir tu vida? - añadió la joven con una sonrisa que debía ser seductora, pero recordaba más a la de un mafioso
Nuevamente la pared sufrió daños al encontrarse con la dura cabeza de la chica.
Kagura no sólo sentía su rostro arder por hacer el ridículo, o al menos ella quería creer que era por eso, sino que encima sentía que se estaba convirtiendo en el típico personaje ridículo de una novela amorosa.
¿Acaso era el personaje tsundere de la historia? Le gustaría ser más sincera y poder decir lo que sentía con claridad, a este paso solo sería capaz de arruinar escenas amorosas entre la reina de las hadas y su amado fugitivo. Al menos tendría pescado.
Cansada de seguir perdida, la joven decidió hacer un último intento.
- Eres grosero, sádico, insoportable, un verdadero dolor de cabeza y se me ocurren otros miles de defectos más, pero nadie es perfecto, yo por ejemplo soy medio pez - añadió la chica con una sonrisa insegura
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Perlas del mar
FanfictionKagura y Mutsu son sirenas bastante curiosas ¿Lograran ver todas las maravillas de la superficie? ¿Que tienen que ver Sakamoto y Sougo en todo esto? ¿Es solo una versión cutre de la sirenita? Todo esto y mas en la historia.