No subestimes el picante

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Y esta semana toca la parte de la cita de Sougo y Kagura, aunque ninguno de ellos lo llamaría cita xD Espero que os guste

Vigésimo octavo capítulo

No subestimes el picante

Kagura y Sougo acababan de separarse de los mayores, tenían tiempo para pasear, observar la belleza de aquella ciudad y comenzar a conocerse a fondo, hablando de sus miedos y deseos.

- Tengo hambre - se quejó nuevamente Kagura

O quizás no fuese el momento todavía.

- Ya te escuché la primera vez pesada - añadió Sougo de mal humor

- Si no tuviese tanta hambre te golpearía - dijo Kagura mientras hacía un esfuerzo por permanecer de pie

Para alguien como Kagura, una princesa acostumbrada que la consintieran todo el rato, morir de hambre era horrible parecía que desde que fueron a ver a los humanos, solo pasaban cosas malas y estaba empezando a odiarlo, pero su hermana parecía muy feliz de estar en la tierra, por lo que intentaba dejar salir su frustración gritando y peleando con Sougo.

El príncipe la sacó de sus pensamientos cuando se acercó a uno de los tantos puestos de comida, Kagura sin dudarlo lo siguió justo para ver como le echaba un extraño líquido rojo a la comida.

- Aquí tienes tu parte - dijo el chico mientras le pasaba el plato

- No me fío de ti, ¿Cómo se que no envenenaste mi comida? - preguntó Kagura con precaución

- Fácil - dijo el chico mientras se llevaba una cucharada a la boca

- No te comas mi comida - se quejó la chica e intentó arrebatarle el plato pero Sougo fue más rápido y le metió una cucharada llena del líquido rojo del plato a la boca

Kagura primero pudo sentir un extraño sabor que nunca antes había probado, pero conforme pasaban los segundos tenía un calor insoportable y creía ser capaz de escupir fuego debido a lo mucho que su garganta ardía.

- Maldito sádico ¿Qué le echaste a la comida? - gritó Kagura enfadada mientras intentaba sobrevivir a aquella comida

- Es el especial Mitsuba, mi hermana siempre lo come así, pero por lo que veo tu no eres capaz de soportar algo como eso - dijo Sougo mientras reía a carcajadas ante la reacción de la chica

A pesar de sentir que se estaba quemando en las llamas del infierno, Kagura se sorprendió ante aquella risa. Parecía tan sincera, tan normal, real y casi le parecía estar viendo a otra persona, a Mitsuba en versión masculina. Por un segundo Kagura sintió un extraño sentimiento en su pecho, pero le echó la culpa a las llamas del infierno.

Cuando pudo tranquilizarse un poco y el dolor paró, se decidió a preguntarle al joven sus dudas.

- ¿Se puede saber porque a ti no te afectó el líquido? - preguntó la joven

- Desde que mis padres fallecieron, mi hermana intentaba cocinar algo para mi cumpleaños y acababa siendo puro picante, los primeros cumpleaños los pasé mal intentando comerlo, pero después comenzó a cocinar cada vez que estaba triste o deprimido por lo que me acostumbré y ahora tengo una especie de inmunidad al picante - explicó el chico con orgullo

A Kagura le dio un poco de lástima aquella historia, ella siempre tuvo a su padre y hermana para ella, pero sería realmente triste si de un momento al otro se quedase sola. Aunque por suerte eso no sucedería. Viendo que la chica no decía nada, Sougo decidió continuar.

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