Esta semana subiré nuevamente dos capítulos y antes de tiempo ^^ espero que os gusten
Nonagésimo octavo capítulo
Felicidad
Dos pares de pequeños pies se acercaron lentamente a la cama, con intenciones de sorprender a sus progenitores, que parecían dormir ignorando la que se les venía encima.
Cuando los pequeños pies llegaron a su destino, saltaron encima de sus padres y comenzaron a gritar como locos.
- Es nuestro cumpleaños - dijeron ambos al unísono
Bajo las sábanas, la pareja se comenzó a despertar y cada uno agarró a uno de los pequeños alborotadores.
- ¿No es muy temprano para que estéis despiertos? - preguntó la mujer
- No seas aguafiestas, seguro que estaban tan emocionados que no podían dormir - añadió el hombre
- AHAHAHA - rio la pequeña niña
- Mamá, Hana está riendo como retrasada otra vez - se quejó el menor
- No te preocupes, eso lo heredó de tu padre, pero por suerte tú te pareces a mi - añadió la mujer
- Eso fue cruel - se quejaron padre e hija
Mutsu a veces no entendía cómo funcionaba la genética, pero su hija Hana era una exacta copia de su marido, igual de loca, despreocupada y amante del peligro. La menor no se podía estar quieta ni cinco minutos y eso era preocupante. Por suerte para la mujer, su hijo Satoru había salido como ella, bastante serio y amante de los libros sobre todas las cosas, aunque era muy curioso y deseaba aprender todo lo que veía. Definitivamente eran unos gemelos muy diferentes.
- ¿Va a venir Souji? - preguntó la niña
- ¿Tantas ganas tienes de torturarlo? - preguntó Sakamoto de buen humor
- No, pero él me ayuda a molestar a mi hermano - añadió la joven con una sonrisa traviesa
El menor tembló en brazos de su madre.
- No dejes que esos dos se metan conmigo nuevamente - pidió el pequeño
- Está bien, seguro que el abuelo se pone a contar historias ridículas nuevamente y no os deja solos - tranquilizó su madre
- A veces no sé qué es peor - comentó Satoru
- Lo sé - añadió Mutsu recordando su niñez - Ahora tenemos que empezar a prepararnos antes de que lleguen todos a la fiesta -
- Yo puedo prepararme sola, soy una niña grande - dijo la pequeña
- Un traje de Godzilla no cuenta como ropa formal - regañó Mutsu
- Eso es injusto - se quejaron padre e hija nuevamente mientras iban en busca de algo formal para vestir
Esos dos eran demasiado parecidos. Pero ni siquiera le molestaba, ella era feliz con su pequeña familia tal y como lo era y no cambiaría lo sucedido en los últimos seis años.
Realmente había bastante que contar, empezando por Umibozu que se puso a llorar por tres días al no haber sido invitado a la boda de Kagura y Sougo, pero después de ser sobornado con comida y emborrachado por su nuevo amigo Gintoki, se le pasó rápidamente.
Lo más sorprendente de todo, fue que Kagura no estaba embarazada, lo que la joven había comido era un pan en mal estado y por eso estuvo vomitando, pero ella ni siquiera se dio cuenta de ello. Sougo estuvo bastante deprimido al enterarse y ambos comenzaron a pelear nuevamente, con la única diferencia de que Sougo ya no jugaba a los penaltis, pero le enseñó todo tipo de juegos para adultos a su esposa.
Para ser un par desastroso, ambos lo hicieron bastante bien y al año de estar casados tuvieron finalmente un hijo. El pequeño Souji tenía el color de cabello de su padre y los ojos de su madre, la resistencia de ella y el carácter de Sougo. En pocas palabras, era un pequeño pero adorable demonio.
Sakamoto y Mutsu decidieron mudarse juntos a una pequeña casa en el bosque, ahí ambos tenían su propia tranquilidad, aunque visitaban a menudo a sus amigos en el palacio o eran visitados por ellos.
Ambos habían decidido tomarse las cosas con calma y no tenían planes algunos para casarse, pero parece que los rezos de la madre de Tatsuma y el destino tenían otros planes primero. Así que, sin siquiera planearlo, acabaron siendo los primeros en tener hijos y encima gemelos.
Al enterarse de la noticia, Sakamoto le propuso casarse varias veces a Mutsu, pero ella siempre fue testaruda y no aceptó hasta que los pequeños tuvieron dos años. Obvio que la noticia no le sentó bien a Umibozu, pero Mutsu siempre tuvo un carácter fuerte y amenazó a su padre con que no sería capaz de conocer a sus nietos si no le permitía llevar su vida de la manera que quisiese.
Así que la pareja se salió con la suya y podían vivir una vida tranquila y alejada de los problemas.
- Mis nietos son adorables, quiero más – repetía a menudo la señora Sakamoto
Bueno, al menos vivían tranquilos mientras que no tuviesen visitas de hermanos, suegros y hechiceros locos.
- ¿Puedo ser su peluquero? - preguntaba Katsura cada vez que los visitaba
El matrimonio sacaba a patadas de su casa al hombre.
Al principio fue complicado para ambos, ya que ninguno tenía una idea de cómo tratar con niños, Sakamoto los hacía llorar con su cara y Mutsu los agarraba con miedo, pero los gemelos fueron fáciles para ambos, seguro que en parte porque Satoru era muy tranquilo y Hana reía al ver la cara de su padre, lo cual Sakamoto nunca supo si tomar como una ofensa.
- Mamá, cuéntame otra vez como conociste a papá - pidió Satoru sacando a su madre de sus pensamientos
Mutsu sonrió, siempre inventaba una historia diferente para entretener a su hijo y él jamás parecía aburrirse de ellas.
- En un reino muy cercano, había un príncipe conocido por todos, los ciudadanos lo admiraban por su inteligencia y sus dotes con la espada, mientras que había otro caballero patoso, un poco idiota y lleno de defectos, ese era tu padre - comenzó ella
- ¿Y por qué te quedaste con el caballero inútil? - preguntó el menor emocionado
- Jamás tuve otra opción, él demostró tener un corazón tan grande y puro que jamás pude mirar a ningún otro hombre - explicó Mutsu con una sonrisa
Sakamoto pasaba con Hana en brazos cuando escuchó eso, sin querer interrumpir a su esposa, decidió seguir su camino e intentar arreglar los cabellos rebeldes de su hija.
- ¿Es eso verdad? - preguntó Hana con curiosidad
- Para nada, yo nunca fui un caballero, yo era más bien el bufón de la corte y a pesar de ello, tu madre me eligió a mí y a todos mis defectos, lo que significa que ella necesita gafas y que la menos inteligente de la relación es ella - explicó Sakamoto
Pero estaba inmensamente feliz de que ella lo eligiese.
Continuará
Realmente nunca creí escribir una historia donde Sakamoto y Mutsu tuviesen hijos, realmente no es mi estilo, pero creo que os lo debo después de tantos capítulos y por lo del bebé okikagu, lo siento, pero quise ser un poco troll y esa era la manera más fácil de casarlos a ambos.
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Perlas del mar
أدب الهواةKagura y Mutsu son sirenas bastante curiosas ¿Lograran ver todas las maravillas de la superficie? ¿Que tienen que ver Sakamoto y Sougo en todo esto? ¿Es solo una versión cutre de la sirenita? Todo esto y mas en la historia.