Tranquilidad

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Un nuevo capítulo ^^

Nonagésimo tercer capítulo

Tranquilidad

Umibozu llevaba un mes viviendo en el castillo, aprovechando cada momento para observar a las parejas de sus hijas. Esos hombres le seguían dando total desconfianza y no acababa de aceptarlos del todo, pero al ver a sus hijas felices, decidía morderse la lengua y evitar así comentarios fuera de lugar.

Hacía un maravilloso día soleado en el reino, por eso mismo todos se encontraban disfrutando del clima en el jardín.

Mutsu se encontraba hablando con Sakamoto y reían de a ratos, aunque la risa del hombre fuese la que más se escuchaba. El rey sabía que eso era algo extraño en su hija, pues ella era la seria de la familia, por eso mismo podía notar lo mucho que le agradaba el cabeza de algas.

Umibozu sentía que pronto comenzaría a llorar, por lo que decidió prestarle atención a su hija menor. Kagura se encontraba golpeándose con Sougo, mientras que al final todo acababa en besos. Para el calvo, ese tipo de extraño ritual de apareamiento de los humanos le parecía incomprensible, pero parecía tener efecto en ellos y así se decidió a probarlo.

El rey quería demostrar que, a pesar de su calvicie, seguía siendo atractivo para las mujeres, por eso mismo, se acercó a la primera mujer humana que encontró, quién resultó ser una de las sirvientas. Umibozu intentó recordar todos los extraños rituales de apareamiento que había visto entre su hija menor y su pareja, por lo que comenzó a imitarlos con una sonrisa.

- Hola cerda, te ves horrible hoy, ¿Debería ponerte una cadena? - recitó Umibozu orgulloso de todo lo que había aprendido de ver al novio de su hija menor

A juzgar por el puñetazo de la mujer, Umibozu comprendió que ella estaba interesada en él, pues Kagura también golpeaba mucho a Sougo.

- Después de todo sigo siendo un Don Juan - añadió Umibozu con orgullo - Pero no intercambié datos de contacto con ella, bueno, eso podrá ser más tarde -

Lo que el pobre Umibozu no sabía, es que la mujer estaba dispuesta a tirarle una olla en la cabeza si la volvía a acosar de esa horrible forma.

Mientras tanto, Mutsu había visto desde lejos el final de conversación de su padre, por lo que se preocupó por él.

- ¿Crees que él se siente solo? - preguntó Mutsu a Sakamoto que se encontraba a su lado

- No lo creo, él es un hombre adulto y maduro, además de que- comenzó a explicar Sakamoto, pero tuvo que callarse de golpe - Le está hablando a unas flores, definitivamente está loco -

Umibozu estaba intentando practicar más frases de ligue con unos tulipanes que vio en el suelo.

- Creo que tenemos que conseguirle a alguien, desde que Kagura y yo tenemos pareja, estoy segura de que se siente solo - explicó Mutsu

Sakamoto intentó imaginarse que clase de persona podría caer ante el calvo que tenía por suegro. Sólo pudo imaginarse a una mujer ciega, sorda y probablemente sin sentido del tacto. Quizás con algún problema de autoestima.

- Definitivamente alguien así no existe - murmuró el chico sin ser capaz de juntar todas esas cosas

Mutsu suspiró, en esos momentos echaba de menos a su madre.

- ¿Sabes? Nuestra madre era toda una belleza, pero nadie se atrevía a hablarle por miedo, además de que tenía un carácter algo especial. Sin embargo, ella debió ver algo en nuestro padre, pues no dudó en casarse con él - comentó la chica - Papá dice que estuvo cantando una serenata durante tres días frente a su cueva antes de que ella se dignase a verlo siquiera y tuvo muchos problemas para pedirle una cita, pero de alguna manera ambos eran el uno para el otro -

Sakamoto no podía imaginarse al huraño hombre siendo romántico, pero sabía que Mutsu era muy seria con el tema.

- Él nunca dijo que quisiese casarse nuevamente y tampoco lo vi jamás ver a otra mujer, pero creo que podríamos encontrar al menos a alguien con quien pueda hacer amistad, después de todo no tiene más amigos que el travesti de Katsura y estoy segura de que eso no es una buena idea - dijo la menor

Sakamoto estaba de acuerdo, si eso hacía feliz a Mutsu, no tendría problema alguno. Pero era prácticamente imposible que encontrasen a alguien que pudiese congeniar con el hombre.

Tendría que tratarse de alguien realmente estúpido, con problemas a la hora de socializar, un sentido del humor fallido y un par de tornillos sueltos. Seguro que no existía alguien así en el mundo.

- Creo que yo podría ser el mejor amigo de tu padre - añadió Sakamoto al pensar en lo parecidos que sonaban ambos

Mutsu ya tenía bastante con cuidar de Sakamoto y Umibozu por separado, como para tener que cuidar del dúo en modo caos y destrucción. Ellos no deberían juntarse nunca.

- Ni hablar, da igual por donde lo mires, es una horrible idea - añadió ella

Pero pensando en idiotas de primera, cierto hombre extraño se le vino a la mente.

- Creo que tengo a un candidato - añadió Mutsu con una sonrisa sádica

- Esa sonrisa me da miedo, pero mientras no sea yo él que está en problemas me da todo igual - dijo Sakamoto ya resignado a lo extraña que era su novia a veces

Umibozu sintió un escalofrío, ignorando de que eso era una señal de su incierto futuro.

Mientras tanto en otro lugar del reino, cierto perdedor sintió igualmente un escalofrío, pero le echó la culpa de ello al tiempo. Pobre iluso.

Continuará

Nuevamente un capítulo un poco corto, pero prefería cortarlo ahí xD espero que os haya gustado y la historia va tomando rumbo a su final, pero prometo que primero habrá mucha comedia y un par de cosas troll, además de que subiré tres capítulos seguidos hoy ^^

Perlas del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora