Perlas del mar

Viejos conocidos

Hola *w* aquí os dejo el nuevo capítulo que espero aclare un par de dudas ^^

Cuadragésimo sexto capítulo

Viejos conocidos

Por primera vez las chicas se estaban comportando de manera civilizada, pues Ikumatsu se encargaba de tranquilizarlas o evitar nuevos conflictos. Pero sin poder hacer sus locuras, se estaba volviendo aburrido para ellas.

- Me aburro, no hay nada interesante que hacer aquí - se quejó la menor

- Seguro que lo dices porque alguien te falta - dijo Mutsu conociendo los verdaderos motivos de su hermana

- Es imposible que eche de menos al sádico - se defendió Kagura subiendo su tono de voy por los nervios

- Yo tampoco me refería a él, pero es bueno saber por donde van tus pensamientos - se burló la mayor

- Eso fue trampa - se quejó Kagura mientras intentaba ocultar sus nervios

Una risa dulce las sacó de su pelea, pues Ikumatsu sonreía mientras las observaba.

- Hace mucho que no me divertía tanto - explicó la mujer al sentirse observada por las hermanas

- Me dijeron muchas cosas en el pasado, pero nunca podré acostumbrarme a que me digan graciosa - murmuró la menor avergonzada

- Se de alguien que te confundió con una ballena - se burló Mutsu

Por si la mirada de odio de Kagura no fue suficiente, unas palabras ácidas no tardaron en llegar.

- Y a ti te confunden con un hombre - se defendió Kagura de manera desafiante

Para cualquiera podría parecer que se había desatado una guerra entre las hermanas, pero era su manera de desahogarse por todo lo que estaba sucediendo, por tener que abandonar su hogar, por el miedo a la reacción de su padre, por el extraño sentimiento que las embargaba al separarse de aquellos humanos tan poco comunes. Por eso mismo, en esos breves momentos podían volver a ser dos simples chicas sin preocupaciones algunas que peleaban entre ellas. Al menos por unos minutos.

- Parece que hay algo que os preocupa mucho - dijo Ikumatsu, llamando la atención de las chicas

- ¿A que te refieres? - preguntó Mutsu confundida

- Vuestros ojos se ven tristes, al principio creí que era imaginación mía, pero ahora me doy cuenta de que no es así - explicó la rubia

Mutsu quiso responder, con su manera típica de cambiar de tema cuando algo no le convenía, pero no se le ocurrió nada, por la simple razón de que sabía la gran verdad que había tras aquellas palabras, pero se negaba a admitirlo. No podía hacerlo o sería su perdición.

El silencio de la mayor dijo más que cualquier palabra, además de que tampoco servía de ayuda que la siempre ruidososa Kagura hubiese bajado la mirada. Las dos hermanas estaban en problemas hasta el fondo.

- Creo que fue demasiado descortés de mi parte preguntar eso, me disculpo por ello - dijo Ikumatsu y sin esperar respuesta alguna comenzó a hablar de la próxima ciudad que visitarían

Las sirenas no lo dijeron en voz alta, pero agradecían enormemente aquel cambio de tema.

Sintiéndose bastante confusas, siguieron su camino, a pesar de que tenían muchas preguntas en mente, de las cuales no sería inteligente responder, al menos si querían mantener su cordura.

Ciudad nueva y oportunidad nueva. O al menos eso creían las sirenas, después de todo, ¿Cuantas ciudades puede haber en el mundo humano? Seguro que no más de dos o tres, así que siendo muy positivas estaban seguras, esta vez encontrarían a la bestia... y algo para desayunar de paso.