Caos y destrucción

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Y aquí esta el capítulo como recompensa por la semana pasada :) espero que os guste ^^

Séptimo capítulo

Caos y destrucción

Kagura no se podía creer la situación en la que se encontraban, por primera vez en su vida tenían que trabajar y ni siquiera tenían una idea de como se hacía eso. Una extraña anciana las recogió de la playa como si fueran alguna mascota y les ofreció un techo y comida, lo que la pobre ignoraba es lo mucho que podía llegar a comer una sirena pero eso no es algo que pensaban revelar hasta que fuese muy tarde para que la mujer pudiese arrepentirse.

- Tu te encargarás de pasar la fregona - dijo la mujer mientras le entregaba a Kagura un palo alargado con lo que al final a la chica le parecía comida rara o algas

- ¿Esto se puede comer? - preguntó la menor mientras observaba aquel extraño objeto

- Ni se te ocurra intentarlo - dijo la mujer mientras la miraba enfadada - ¿Es que acaso nunca habías visto una fregona? -

- No es mi culpa que este extraño objeto parezca algún tipo desconocido de alga - se quejó Kagura

- Deja de hacer tonterías - dijo Mutsu mientras le quitaba la fregona de la mano a la menor, en su lugar le daba un trapo y señalaba a las mesas - Mejor pasa este trozo de tela mojado por allí -

- ¿Qué propósito tiene esto? - preguntó Kagura confundida pero la mirada de Mutsu parecía decirle a gritos que no preguntara e hiciera lo que le estaba pidiendo

Así que sin nada más que poder hacer al respecto, comenzó a intentar hacer su tarea lo mejor posible si es que quería ser capaz de comer algo.

Horas más tarde y después de varias extrañas tareas que les parecían bastante inútiles a las sirenas, creyeron que lo peor había acabado. Pobres ilusas. Después de lo que creían que era el final, vino su próxima pesadilla o como Otose los llamó, los clientes. Según las sirenas estos eran personas inútiles que querían beber una extraña poción llamada cerveza que los hacía oler mal y vaciar el contenido de su estómago pero a cambio les daba la extraña habilidad de olvidar sus problemas y creer que su vida no era miserable, o al menos de esa manera los veían las chicas.

El siguiente problema que apareció fue las pocas o nulas habilidades de las princesas para atender a los clientes, primero desconocían la mayoría de comidas y bebidas que servían en el bar y una vez que un cliente hacía un pedido lo olvidaban, se confundían de mesa o lo peor de todo, lo tiraban al suelo. Otose había perdido la cuenta de las veces que las jóvenes por equivocación tiraron la comida o bebida encima de un cliente, rompieron platos o se quemaron con los alimentos que transportaban pues no parecían darse cuenta que algo que estaba en el fuego quemaba.

Al final del día, cuando Otose creyó que no tenía sentido seguir intentando alargar aquella situación, obligó a sentarse a las jóvenes en una de las mesas y con la mirada prometió una larga e incómoda charla.

- Se que prometí no preguntar pero después del caos y todo el desastre que ocasionasteis hoy no puedo evitarlo ¿De donde narices habéis salido? ¿Como es que no tenéis ni idea de las cosas mas sencillas y normales para cualquier persona? - preguntó la mujer muy seria

Las jóvenes no podían decir la verdad, primero por los riesgos que llevaría aquello y segundo por que era una de las leyes más importantes de las sirenas y ya habían roto demasiadas como para no respetar aquella. Así que si querían seguir viviendo y poder ser capaces de volver al mar, debían mentir como nunca.

- La verdad es que nosotras no somos de aquí - mintió Mutsu

- No me digas - ironizó la mujer

- Es la verdad - dijo Kagura en su ayuda

- Que yo sepa en otros países también limpian y cocinan - añadió Otose intentando sonsacar más información y la verdad tras aquellas extrañas chicas

- Digamos que somos algo así como parte de la realeza de un reino bastante lejano y que nunca antes habíamos trabajado - explicó Mutsu mientras contaba así parte de la verdad

- ¿Y si es así porque os fuisteis del reino o del palacio? - preguntó la mujer sin creerse del todo la historia

- Nuestro padre nunca nos permitía salir del palacio y nosotras siempre quisimos ver el mundo así que conseguimos la posibilidad de ser libres por un mes y decidimos escaparnos - explicó Mutsu

- ¿Y no os llevasteis dinero ni joyas con vosotras para pagar las cosas? - preguntó nuevamente la mujer

- Nuestro dinero aquí carece de valor y tampoco tenemos joyas muy valiosas además de que debo admitir que tampoco pensamos en que necesitaríamos dinero y aún si lo hubiésemos hecho eso hubiera levantado muchas sospechas y queríamos evitar justo eso, si nuestro padre se entera no quiero ni imaginarme lo que podría llegar a suceder - confesó la mayor

- Papi tiene muy mal carácter cuando se enfada, todos le tienen miedo cuando se pone serio - añadió Kagura

Otose se mantuvo en silencio por unos minutos, donde parecía intentar procesar toda aquella información que parecía sacada de un cuento infantil.

- Quiero ver vuestras manos - pidió finalmente la mujer

Las jóvenes no comprendieron al principio que quería descubrir viendo sus manos, quizás fuese una especie de bruja, pero igualmente le enseñaron sus palmas. La mujer las observó durante unos segundos antes de comenzar a reír a carcajadas.

- Evidentemente unas manos tan suaves como las vuestras no trabajaron nunca - dijo la mujer mientras suspiraba - Pero aun así yo no pienso manteneros si no trabajáis -

- Nosotras queremos trabajar, por favor denos otra oportunidad, le demostraremos que podemos tomárnoslo muy enserio y no se arrepentirá - prometió Mutsu

- Esta bien, pero debéis hacer horas extra para practicar por la noche y así no destrozaréis todo cuando haya clientes - ordenó la mujer mientras que las chicas asintieron felices

- Gracias - dijeron al unísono

- Bien, pero ahora es hora de comer algo, seguro que estareís muriendo de hambre - dijo Otose

Las chicas sonrieron con malicia, la pobre mujer se arrepentiría de darles trabajo en cuanto viera lo mucho que comían.

Continuará

Y hasta aquí el capítulo, para el próximo toca esperar una semana xD así que nos leemos el próximo sábado ~

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