Responsabilidad

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Y este es el último capítulo de esta semana ^^

Nonagésimo quinto capítulo

Responsabilidad

Sougo sentía que estaba en un interrogatorio, solo que no había poli bueno o poli malo, en este caso había solo una hermana psicópata que tenía deseos de asesinarlo y su propia hermana que no paraba de llorar y repetía lo decepcionada que estaba de su comportamiento. Todo esto mientras que su cómplice y culpable de toda esta situación, se encontraba escarbando en su nariz y mirando por la ventana. Si su verdugo o alias Mutsu, no acababa con su vida, se encargaría él de acabar con la de Kagura. Aunque si toda la situación resultaba ser cierta, él habría ganado cierta apuesta.

Pero para explicar todo ese lío, debía explicar lo sucedido unas horas antes, o para ser más exactos, medio día antes.

Kagura se había levantado con mucha hambre, lo cual era bastante normal, pero cuando estaba asaltando la cocina, con medio pan en la boca, sintió ganas de vomitar, por lo que, como toda señorita y princesa delicada, acabó vaciando el contenido de su estómago encima de la cesta del pan.

Para alguien que come como si tuviese un agujero negro por estómago, esa fue la señal de que algo estaba mal, REALMENTE mal.

Por eso, sabiendo que su hermana mayor era una rata de biblioteca y se conocía con enfermedades, fue en su busca.

La joven, abrió la puerta de la habitación de Mutsu sin siquiera tocar, pero para suerte de la mayor, Sakamoto y ella se encontraban hablando sobre un libro, de lo contrario hubiese sido un trauma más añadido a la curiosa menor.

Siendo conocida por su delicadeza, Kagura comenzó a explicar su problema de la forma más fácil.

- Mucchi, vomité en la cocina y no me siento bien - dijo la menor

Mutsu se preocupó por su hermana y al verla así de asustada.

- ¿Qué sucede? - preguntó la mayor

- La comida me hizo vomitar - explicó ella

Mutsu miró a Sakamoto y el chico sostuvo su mirada por unos segundos, casi como si supiesen lo que estaba sucediendo.

- ¡Voy a matar a ese pequeño bastardo! - gritó Mutsu, dispuesta a decapitar a Sougo y a sus joyas de la corona de ser necesario

Sakamoto que por primera vez estaba tomándose las cosas con calma, sujetó a su pareja antes de que ella fuese a matar a su amigo.

- Hay que pensar las cosas con calma - dijo Sakamoto intentando traer la paz al grupo y probablemente de nuevo a sus vidas

- Primero lo mato y después pensaré con calma - añadió Mutsu intentando soltarse del agarre de Sakamoto

Kagura no comprendía la situación, pero la asustaba ver a su hermana así.

- ¿Estoy tan enferma? - preguntó Kagura preocupada de pasar otra vez por todo el lío de creer tener una enfermedad grave

Mutsu intentó tranquilizarse un poco antes de dirigirse a su hermana.

- Parece que Sougo ganó el juego de la otra vez, el de los penaltis - añadió Mutsu - Por eso mismo quiero ir a repartirle su premio -

Kagura estaba segura de que eso no sería un premio, pero tampoco entendía como Sougo ganó el juego antes de los nueve meses, seguro que hizo trampa.

Con eso en mente, Kagura dejó a su hermana discutiendo con Sakamoto y fue en busca de Sougo.

Para mala suerte del chico, se encontraba dando la bienvenida a Mitsuba, que acababa de bajar del carruaje y estaba feliz por su viaje de luna de miel.

Mitsuba apenas alcanzó a ver a Kagura y quería saludarla, pero la menor fue más rápida y gritó a todo pulmón.

- Estoy enferma y Mutsu dice que ganaste el juego del penalti, por lo que te quiere dar una recompensa personalmente - explicó la menor

El primero en comprender la situación fue Hijikata, que se atragantó con su saliva y casi muere ahogado. La segunda persona en comprenderlo fue Mitsuba, que no podía creer lo que acababa de escuchar. Finalmente, el último en comprender aquella situación fue Sougo. Pero el joven no era capaz de entender del todo lo que se le venía encima. Aun así, sabía perfectamente lo que debía hacer.

- ¿Me prestas tus cigarrillos? - preguntó Sougo a Hijikata

Hijikata creía que la próxima vez que viese a Sougo, el menor querría asesinarlo por casarse con su hermana, pero nunca imaginó tal situación ridícula y menos aún ver como Sougo le pedía cigarrillos. Sin poder procesar todo, le pasó la cajetilla al menor.

Sougo no dudó en tomar la caja de cigarrillos y tirarla al instante por encima del muro de palacio, de esa manera nadie podría encontrarla nuevamente. Antes de que alguien pudiese hablar, continuó.

- Parece que me quedé sin cigarrillos, lo mejor será que vaya a comprar unos - añadió Sougo con intenciones de desaparecer rápido de allí y tener tiempo para pensar sus posibilidades con tranquilidad, pero una mano en su hombro lo detuvo

- De aquí no te vas, pequeño demonio - amenazó Mutsu, que finalmente había podido huir de Sakamoto y encontró a Sougo

Ahora era oficial, Sougo estaba muerto.

De esa manera, Sougo se encontraba en la situación actual, con su hermana llorando, Mutsu queriendo asesinarlo y Kagura pasando de todo.

- Debe hacerse responsable - exigió Mutsu

- Y lo hará, prepararé una ceremonia para dentro de dos días y prometo que el honor de tu hermana no será manchado - aseguró Mitsuba avergonzada por el comportamiento de su hermano

Sougo creía tener visiones, pues con todo eso del honor ya creía escuchar a cierto príncipe de la nación del fuego.

Pero él se sentía ajeno a todo, como si no tuviese nada que ver con él, por eso dejó que los demás se encargasen de todo, aunque tampoco es como si le hubiesen preguntado en algún momento por su opinión.

Sougo sentía que todo iba demasiado rápido, él quería estar con Kagura, marcarla como suya y también sentía que lo había hecho al estar con ella de esa manera, pero no era capaz de comprender porque todos hacían un drama de ello, ambos eran jóvenes y tenían toda la vida por delante, además de que Kagura parecía poco emocionada al respecto, al igual que él.

- ¿Podemos hablar? - preguntó Sougo a Kagura

- La verdad es que necesito que alguien me explique las cosas - añadió la menor

Mientras los demás discutían los planes de boda, los menores se escaparon para hablar sin que notasen su ausencia.

- No comprendo nada de esto, ¿Qué pasa? - preguntó Kagura confundida

- ¿Las sirenas no tienen hijos? - preguntó Sougo

- Sí - afirmó Kagura sin entender la conversación

- Pues nosotros ahora también -

Así de fácil era explicar la situación a la menor, pero Sougo jamás pudo imaginar su reacción. La chica jamás se vería más hermosa ante sus ojos.

- ¿Vamos a tener un bebé? - preguntó Kagura emocionada - ¿Dónde lo recogemos? -

Tendría que explicarle a Kagura muchas cosas y estaba seguro de que no le gustaría nada saber de qué manera nacían los bebés humanos, pero estaba seguro de algo, casarse con Kagura de repente no le parecía tan mala idea.

- China, es hora de ponerte una cadena, así que nos vamos a casar - ordenó el joven - No es una pregunta y no tienes derecho a quejarte, pero te aseguro que cuidaré de ti y nuestro hijo -

No era la mejor proposición y tampoco en las mejores condiciones, pero a ambos les disgustaban las cosas normales y aburridas.

Tenían su propia manera de ser y eso les parecía bien así.

Continuará

No me quiero ni imaginar la que me espera por esto xD

Perlas del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora