Una boda fuera de lo común

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Y este es el segundo capítulo de esta semana espero que os guste porque se viene el bodorrio xD

Nonagésimo séptimo capítulo

Una boda fuera de lo común 

Sougo estaba nervioso, no veía a Kagura por ningún lado y ver a Mitsuba sonriendo y en modo cariñoso con Hijikata tampoco era una ayuda, ni siquiera tenía ganas de soportar a Sakamoto, por lo que le gruñó hasta quitárselo de encima.

Sougo aun no era capaz de creer lo irreal de la situación, estaba a punto de casarse con Kagura y ambos iban a tener un hijo. Eso jamás estuvo en sus planes, aunque antes de conocerla sus planes consistían en torturar a Hijikata y meterse con Sakamoto, pero desde que conoció a su ballena naranja, todo había cambiado.

Sougo sacó por un segundo la escama naranja que había tomado de ella el día que se conocieron y la miró con nostalgia, de alguna manera se sentía como si hubiesen pasado siglos desde aquel entonces y sentía que ella lo había cambiado completamente, pero no estaba arrepentido y sabía que lo haría mil veces más de poder acabar con el mismo resultado, pero jamás lo diría en voz alta.

La música comenzó a sonar y Sougo se quedó sin respiración al ver a la joven, se veía hermosa, pero lo mejor de todo era saber que cuando la ceremonia acabase, sería suya.

- Tardaste demasiado y te ves horrible - dijo Sougo con vergüenza e intentando ocultar completamente sus verdaderos pensamientos

- Tú tampoco te ves como un modelo precisamente - se quejó la chica sin entender lo que realmente quería el novio

Sougo no tenía ganas de explicar nada, pero se le ocurrió una buena manera de callar a Kagura, una que ambos siempre disfrutaban. Así que, sin dudar, la besó.

- Todavía no llegamos a esa parte, joven - explicó el cura de buen humor, pues notaba que la pareja se quería

La única otra manera de que Kagura se callase durante toda la ceremonia, fue dándole de comer, ese soborno siempre funcionaba, por lo que la chica recibió una cesta llena de Sukonbu.

A pesar de lo que los pocos invitados, solo los amigos estaban presentes, pensasen, la ceremonia ocurrió sin interrupción alguna. Pero no se podía decir lo mismo del banquete.

Katsura seguía llorando incluso cuando la comida fue servida, casi parecía la madre de las sirenas e Ikumatsu no quería ni imaginarse lo que sería el hombre en su propia boda, seguro que necesitaría un cubo para tantas lágrimas.

Hijikata y Mitsuba seguían en modo pareja recién casada dulce y romántica, por lo que todos preferían ignorarlos y darles su privacidad.

Sakamoto y Mutsu, bueno, ellos siempre fueron un par de idiotas. Mutsu se hartaba de comer mientras Sakamoto se emborrachaba y comentaba historias vergonzosas de Sougo en su infancia, por suerte para el novio, Sakamoto no debía dar ninguna charla o Sougo lo hubiese enviado directamente a la guillotina.

Aun así, la comida fue bastante bien hasta la hora de la tarta, allí comenzó el gran desmadre. Cuando los cocineros entraron la enorme tarta a la sala, Kagura tomó su cuchara, preparada para comer.

- ¿Y vuestra tarta? - preguntó la joven con intenciones de comerse aquella gigantesca tarta ella sola

Sougo ni se asombró, después de todo tampoco esperaba algo diferente de la joven, pero igualmente le dio una suave colleja.

- Esa tarta es para todos - explicó él

Kagura estaba decepcionada al saber que esa enorme tarta debía ser compartida con todos. Pero no le quedó de otra que resignarse.

- Ya tendrás más tarta cuando comiences con los antojos - explicó el hombre

Kagura no entendía a qué se refería, pero si eso significaba que tendría más tarta después, le parecía una buena idea.

El momento en el que los novios cortaban la tarta había llegado y el cocinero trajo el cuchillo para ello, este era enorme y el pobre hombre no tuvo mejor idea que entregárselo a la joven.

Kagura con un cuchillo ya es un peligro, pero con un enorme cuchillo era una gran amenaza.

La joven estaba feliz por la responsabilidad y sonreía mientras sujetaba el cuchillo, lo cual para los demás se veía algo terrorífico.

- Tarta - añadió la joven con una gran sonrisa y el cuchillo en la mano

Los invitados tenían la sensación de que algo saldría mal y tendrían que acabar limpiando sangre del suelo, pero Sougo, quien siempre fue el más trastornado de todos, encontró esa imagen adorable. De todas maneras, se encargó de quitarle el cuchillo a su ahora esposa antes de que algo acabase mal.

- Aguafiestas - murmuró la menor

- Tú salud no me preocupa - añadió el hombre haciendo molestar a Kagura - Después de todo sé que eres resistente, pero me preocupa que acabes haciendo el idiota y le pase algo al bebé -

Kagura jamás creyó ver a Sougo intentando protegerla y eso la emocionó, pero igualmente no quiso demostrarlo, por lo que solo le pegó un codazo mientras se avergonzaba. Ver brillar su anillo de bodas mientras lo hizo tampoco ayudo en lo más mínimo a calmar sus nervios.

- Así que realmente tienes un corazón y te preocupas por lo demás - añadió ella con una sonrisa, pero al ver que el joven no respondía, se preocupó

Sí Kagura hubiese prestado atención, sabría que Sougo estaba cortando la tarta cuando le pegó el codazo y se habría dado cuenta de que el joven se cortó en el dedo con el cuchillo.

- Maldita china, ¿No te puedes quedar quieta un segundo? - gritó Sougo mientras la señalaba con su dedo herido, que casi parecía una fuente y comenzaba a manchar el vestido de la menor

Kagura reaccionó como toda esposa preocupada haría, gritando.

- ¿Desde cuándo es mi culpa que seas un inútil? - gritó ella

- La única inútil aquí eres tú - respondió él

Los invitados en parte estaban felices al verlos ser ellos mismos después de todo. Mas aunque la herida de Sougo parecía preocupante, nadie se sentía capaz de interrumpir a los recién casados.

- Si ya le dejó una cicatriz el mismo día de la boda, no quiero imaginarme como será al año de casados - comentó Mutsu

- Yo apuesto a que lo deja calvo el día del parto - añadió Sakamoto

- ¿Apostamos con dinero? - se sumó Hijikata

- Yo apuesto a que lo matará y hará parecer todo un accidente - añadió Katsura

- Todo eso es algo cruel para mi hermanito, ¿Nadie va a apostar por él? - preguntó Mitsuba preocupada

- Puedes apostar por él si quieres - dijo Ikumatsu

Mitsuba pareció pensarlo por unos segundos, y respondió con una gran sonrisa.

- No gracias, no me gusta perder, apuesto por Kagura -

Y así, mientras la pareja se gritaba y el cocinero temía por la salud del novio y su tarta, los invitados hacían apuestas y de esa manera pasó el banquete más extraño que reino hubiese tenido.

Las expectativas sobre la boda de las dos parejas restantes estaban bastante altas, pero sabiendo que Katsura era medio travesti, seguro que él sería quien usaría el vestido de novia y en la de Sakamoto y Mutsu si es que se casaban de una vez, con la sola presencia de Umibozu y cierto hermano loco, ya sería un caos de los grandes.

Continuará

Espero que os haya gustado ^^ oficialmente el okikagu son marido y mujer xD a ver cuanto les dura ^^

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