Capítulo 2

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-¿Hasta dónde llegan las propiedades del Señor Black? – Pregunte a Edward, el miro hacia el frente.

-Hay un lago a un par de leguas de aquí, unos metros más y es allí el final – Dijo con confianza, habíamos estado cabalgando por horas, tanto así que el sol comenzaba a ocultarse ante el espeso bosque que nos rodeaba.

-¿Podríamos llegar a ese lago? – Pregunte distraídamente.

-Eso sería hermoso – Dijo Alice, animando a su hermano para que nos guiara.

-Por supuesto, si así lo desean – Dijo ascendiendo – Solo sigan mis pasos, el camino es engañoso y podrían perderse – La idea de perderme me resultaba tentadora, solo podría imaginarme la libertad de la cual gozaría, pero después vinieron las consecuencias, imaginarme lo que las autoridades me harían por dejar a mi marido, reí.

"Mi marido" – Pensé con hipocresía, Alice me miro, yo solo me limite a encogerme de hombros y sonreír, mire a nuestro guía y lo seguí, era verdad sobre el camino engañoso, pasaron un par de minutos y ya me encontraba desorientada.

-Sabe usted muy bien como guiarse – No hubo respuesta, más bien un silencio un tanto incómodo.

Pasaron un par de minutos que fueron agotadores, yo montaba desde muy pequeña, pero a campo través, muy pocas veces en caminos tan enredosos. De pronto no encontramos con un lago, era bastante grande y lleno de maleza, pocas flores de colores brotaban entre aquella porquería que se encontraba, baje del caballo sin ayuda y mire atentamente, el agua era cristalina y brillante, las rocas pegadas tenían ciertos colores curiosos.

-¿Por qué esta tan abandonado? – Pregunte mirando a los hermanos, ellos se miraron y luego me miraron a mí.

-Bueno... – Aquel tono con el que comenzó Edward me dio a entender todo.

-No le interesa a nadie – Solté un suspiro.

-No, no es que a nadie le interese – Comenzó Alice – Mi querido hermano y yo ya lo habíamos propuesto, pero recibimos una negativa – Se encogió de hombros.

-Creo – Dijo Edward suspirando cansado – Creo que es hora de volver – Mire de nuevo el lago.

-¿Qué tan profundo es? – Pregunte con la mirada clavada en el lago, buscándole un fondo.

-No lo sé – Dijo Edward seguramente intrigado por mi pregunta – Nunca le encontré un fondo – Volteé a verlo.

- ¿Ha nadado aquí? – Pregunte curiosa, pareció pensarlo por unos instantes y después negó con la cabeza.

-En verdad deberíamos volver – Dijo señalando a los caballos, me limite a ascender y dirigirme a la yegua de nuevo, mire por última vez aquel lago, mire a su alrededor, quizá algún día volvería a este lugar.


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