-Cartas – Dije suspirando cansada – Cartas – Repetí al ver la baraja y a Alice cortándola.
-Sera interesante – Murmuro alegre, me quede mirándola mientras barajeaba.
-Alice... Yo no sé jugar esto – Dijo señalando la mesa, ella soltó a reír.
-¿Sus padres no le enseñaron?, ¿O Sus hermanos? – Pregunto curiosa, suspire, nadie sabía de donde yo provenía, todos pensaban que el Señor Black me conoció en un viaje y fue una boda maravillosamente fugaz.
-Alice – Dije suspirando, coloque mis codos en la mesa y coloque mi barbilla en ellas.
-¿Si? – Dijo dejando la baraja en medio de nosotras.
-No conocí a mi madre, ni a mi padre... - Sonreí con melancolía – Tampoco sé si tengo hermanos o hermanas – Un nudo se formó en mi garganta, mire a Alice, ella parecía estar atónita – Cuando nací... Fui abandonada en un hospicio, la familia Black me adopto cuando yo tenía 4 años – Alice parecía querer articular frases, pero se retractaba – Por eso... - Dije tomando el pequeño medallón que se encontraba colgando de mi cuello – Mantengo esto siempre conmigo – Ese pequeño medallón tenía un par de letras grabadas – Bella...
-Yo... Yo... No – Reí y comencé a mover la baraja.
-Nadie lo sabía Alice, por cierto... No quiero que me llames más Señora Black, O señora, mi nombre es Bella, solo Bella, sin apellido, sin títulos... - Me encogí de hombros.
-Pero... - La interrumpí.
-No me interesa – Sonreí -Enséñame – Pedí mientras volvía a partir aquella baraja.
Alice paso quizá al menos un par de horas intentado explicarme como se jugaba esto, era difícil entenderlo, me parecía más complejo de lo normal.
-Vamos Alice – Dije abandonando la veintiuna partida que Alice había comenzado – Esto no va conmigo – Alice soltó a reír.
-Vale, vale... Pero si hace poco casi me haces perder – Entrecerré los ojos, ella soltó a reír – Bien, tal vez no – Dijo tomando las cartas que yo había abandonado y las comenzó a fundir con la baraja.
-Alice, Señora – Saludo Edward, parecía contrariado.
-¡Oh! ¡Hola! – Saludo Alice, esta le planto un beso en la mejilla, este se limitó a sonreír, sonreí, eran de las pocas demostraciones de afecto que yo había visto en años, casi me parecían desconocidas – Jugamos, pero sin éxito, Bella no parece comprender el juego en su totalidad – Sonreí, Edward frunció el ceño.
-Alice – Comenzó Edward, me puse de pie.
-No, no está bien, lo he pedido yo – Sonreí lo más creíble que mi cara me lo permitiese.
-Pero no es correcto – Señalo él mirando a su hermana.
-Por favor... - Dije volviendo a sentarme – Al menos eso quisiera tener – Alice sonrió.
-Por mí no hay problema, pero... - Dijo señalando a Edward, este negó con la cabeza.
-Por favor Señor Cullen... No me quite a mi única amiga en esta casa, me terminaría de devastar – Este me miro por unos instantes y luego miro a Alice, suspiro resignado.
-Hay una razón por la cual todos aquí la llamamos Señora Black, es una muestra de respeto, usted y nosotros no tenemos la misma categoría – Sonreí con ironía.
-Por supuesto que no... Ustedes gozan de tenerse los unos a los otros, yo no tengo ni siquiera apellido, tiene razón... No somos de la misma categoría – Él parecía confundido, Alice mordió su labio inferior con pena – Solo permítalo Señor Cullen, solo eso le pido – Suplique, él parecía estar aun en el limbo, Alice lo empujo suavemente, sus ojos se posaron en mí.
-Señora, ¿En verdad es lo que desea? – Pregunto con seriedad, me limite a ascender – Muy bien – Miro a su pequeña hermana, este negó con la cabeza y rio – Espero no se arrepienta – Este le dio un beso en la frente a su hermana y le dio un pequeño golpecito con sus dedos en la misma – Compórtate diablilla – Sonreí, ellos eran una familia muy unida, desde que llegue aquí siempre lo sentí y todos hablaban maravillas de esta pequeña familia, aunque siempre tuve una gran duda, ¿Dónde estaba su padre?, jamás Alice me había hablado de él, aun con preguntas directas y Esme no hablaba de su esposo, solo mencionaba que sus conocimientos de medicina se los debía a alguien especial, ¿Seria su esposo?
-¿Juegas? – Pregunto Alice señalando la mesa, Edward negó con la cabeza.
-No me siento concentrado – Admitió con pesar y soltó un gran suspiro.
-Él me enseño todo lo que se – Dijo Alice con orgullo, sonreí.
-¿De verdad? – Me resultaba extraño encontrarme con algo como esto, cuando crecí en casa de los Black, prácticamente suplique para que me enseñasen a montar y Alice había conseguido aprender no solo a montar si no a una diversidad de cosas que solo los hombres sabían, y todo lo había aprendido de su hermano, me resultaba muy extraño encontrarme algo así – Bueno – Suspire – ¿Podría ayudarme? – Pregunte – Alice lleva quizá dos horas y media dejándome en la ruina, literalmente – Él rio.
-¡Vamos! – Dijo Alice dando saltitos – Quisiera buenos contrincantes – Solté a reír.
-¿Y que soy yo? – Pregunte cruzando mis brazos en mi pecho.
-Una muy mala jugadora, muy mala – Edward negó con la cabeza, tenía en sus labios una sonrisa amplia – y tu – Dijo mirando a su hermano con picardía – También eres muy malo – Alego Alice con autosuficiencia, Edward rio y negó con la cabeza, este soltó un suspiro y adopto una postura recta.
-Que comience el juego, querida hermana – Alice sonrió como si ya hubiese ganado – Le ayudare, si me lo permite, claro – Ascendí, volví a sentarme con ayuda de Edward, él se limitó a quedarse parado a mi lado.
Alice repartió entre ella y yo las cartas, me limite a recogerlas y mirarlas, mire a Edward, este estaba inexpresivo mirando mi juego, luego me miro y sonrió.
-Interesante – Se limitó a decir y a mover las cartas en mi mano, la mayoría eran cartas de corazones, mire sus manos moviendo las cartas que se encontraban en las mías, nunca había prestado atención en sus manos, llevaba en su mano derecha un anillo de plata y parecía tener algunas figuras dibujadas – Intente – Comenzó murmurándome – Recoger este tipo de cartas – Dijo señalando la carta "K" (Rey), lo mire confundida, este sonrió y se inclinó hacia mí – Del mismo color, ya tiene consigo Rey y Reyna – Miramos a Alice, esta miraba con atención su juego y sonreí – Usted necesita Jota, 10 y un As, del mismo color – Alice aún continuaba moviendo las cartas.
-Nos ha escuchado – Afirme.
-No, Alice tiene una característica que aún no puedo catalogar, cuando se concentra se concentra y es difícil hacerla volver – Me sorprendí.
-¿Es una ventaja o desventaja? – Dije girando mi cara para verlo, para mi sorpresa él estaba muy cerca de mí, retrocedí con sorpresa y el de la misma forma.
-Discúlpeme – Dijo optando una postura rígida.
-No... - Reí nerviosa – No se preocupe, A-Alice – Ella volteo a verme sorprendida, como si de un sueño la hubiese sacado. Tiré una carta, aquellas que se encontraban catalogadas como innecesarias – Vamos allá – Sonreí, mi cara ardía, ¿Y cómo no?, su cercanía me había tomado no solo por sorpresa, sino como un gran impacto, mi mente solo se enfocó en algo en especial, este hombre era totalmente distinto a mi "Amado esposo".
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Deseos Compartidos
Fanfiction¿Vivir o morir?, decisiones, decisiones... Decisiones y más decisiones, solo una podría cambiar por completo el curso de tu vida, cambiar todo tu mundo, quisiera yo poder tomar una decisión y poder cambiar el calvario que es mi vida. Cuando escogí...