Capítulo 31

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Tenía un frio interno, me sentía extraña, las palabras de Edward me resonaban en la cabeza.

"-Hare lo posible por sacarlas de aquí, a las tres, este lugar no es seguro"

¿Por qué Edward se preocupaba tanto por mí?, bueno era él un hombre increíblemente bueno, además Alice y Esme me tenían un cariño, quizá solo era por eso. Entonces a mi mente vino aquel abrazo que le di a Edward, ¿Por qué tenía tanto pánico?, estaba casada con un asesino, con un asesino que era capaz de matar a su propia familia, Pero ¿Qué interés tiene?, ¿Por qué?

"No quiero perderte" – Aquella frase resonó en mi cabeza, no quería perder a Edward, por supuesto que no había sido un hombre increíble conmigo, solté un suspiro largo y agotador.

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Tenía mi cabeza entre mis brazos recargada en el comedor, no había dormido en toda la noche, buscando un solo motivo, pero no lo encontraba y también me había inyectado una enorme porción de pánico en mi cuerpo, ¿Qué pasaría cuando volviera?, quizá Jacob sería capaz de matarme a mí también, ¿O quizá aquel hombre mentía?, todo era una posibilidad.

-Buenos días – Escuche una voz cantarina saludarme, el cansancio no me dejo moverme.

-Buenos días – Susurre, escuche un suspiro.

-¿No dormiste bien? – Pregunto Alice colocando su mano en mi hombro, ascendí.

-Estoy bien – Susurre cansada.

Las cosas y los días pasaban tan rápidamente que apenas podía apreciarlos, Esme perseguía a Edward por donde sea que su hijo estuviera y no lo dejaba tranquilo, la herida de bala ya había sanado, aunque podía verlo quejarse imperceptiblemente. No había nevado, solo había hecho un frio endemoniado que congelaba hasta los huesos y más bien creo que el frio era más interno.

-Quiero libros – Le dije a Alice balanceándome en la banca que colgaba de las ramas de aquel fuerte árbol.

-Podemos ir a la biblioteca del despacho, allí hay muchos libros – Dijo Alice levantándose de un salto, la mire y ascendí.

-¿Estas segura que allí hay libros? – Pregunte tomando la manta de la banca, ella ascendió repetidas veces y comenzamos a caminar juntas.

-Sí, yo he tomado muchos libros de allí, hay muy bonitos – Nos aventuramos a entrar en el despacho de Jacob y era verdad, había estanterías desde el techo hasta el piso, estaban llenos de libros, algunos parecían ser tan viejos que la pasta estaba desgastada y rota, Alice se concentró en las estanterías de la pared de la derecha, yo fui al lado opuesto, recorrí las estanterías leyendo los lomos de los libros, habían grandes enciclopedias de medicina y sobre botánica, comencé a sacar libros de la estantería leyendo la introducción, me tope un enorme libro.

-Las plantas y prácticas curativas – Lo tome, pero el libro estaba tan pesado que cayó al suelo deshojándose entero, entre las hojas había una portada de cuero color rojo.

-¿Qué paso? – Pregunto Alice mirando el reguero en el suelo.

-Nada – Dije agachándome y recogiendo las hojas, ella intento ayudarme – No – Le dije tomándole las manos – Ve buscando libros para leer yo limpio esto – Dije recogiendo las hojas e intentando acomodarlas, tome el pequeño libro con pasta de cuero rojo y lo abrí en una hoja al azar.

"Han pasado dos años desde la última vez que escribí en este diario..." – Reconocí la letra como por arte de reflejo, era de tía Grace, era el diario de tía Grace. Me quede mirando dubitativa en llevármelo sí o no, parecía haber estado bien escondido en el grueso libro, acomode las hojas y coloque el libro en su lugar, el diario lo acomode entre otros que me llevaría, me encontraba extrañada, tía Grace era todo menos misteriosa. De pronto la puerta del despacho se abre, voltee a ver a la persona que entro.

-¿Qué hacen aquí? – Pregunto Jasper tan consternado de nuestra presencia en ese lugar, Alice chasqueo la lengua.

-Buenas tardes señor Hale – Dijo Alice con ironía, este rio.

-Buenas tardes Señorita Alice, Señora – Dijo Jasper haciendo una pequeña reverencia hacia nosotras - ¿Qué hacen aquí? -. Dijo cortando la alegría de su voz.

-¿No ve? – Dijo Alice mostrando los libros, él solo ascendió.

-¿Ya terminaron? – Pregunto cansado, nosotras ascendimos – Les pediré de favor que salgan de aquí – Alice rodo los ojos, sonreí.

-Está bien – Dije tomando del brazo a Alice – Con su permiso – Dije arrastrando a Alice conmigo y cargando los libros, salimos de la oficina – Iré a dejar estos libros a mi habitación, ahorita nos vemos haya abajo – Dije tomando los libros que Alice cargaba, ella ascendió.

-Es más pediré algo para comer – Dijo Alice animada, ascendí y me encamine a mi habitación, estaba muy consternada por el diario de tía Grace, es más... No cabía en mí que ella tuviese un diario, nunca la vi escribir, ¿Y cómo había llegado este diario al despacho?, tía Grace odiaba ese lugar, entre en mi habitación acomodando los libros en mi escritorio, mire las tazas de chocolate que antes estaba tomando con Alice antes de salir a pasear, las tome y salí de mi habitación.

-¿Qué dice? – Escuche la voz de Edward dentro del despacho, la puerta estaba entreabierta, me quede parada allí escuchando, hubo un silencio largo.

-Que ya acabo sus negociaciones y que vuelve en una semana – El frio que sentí en ese momento no se comparaba con el de afuera.

-Así que Jacob yaviene – Dijo Edward, mis pulmones se quedaron sin aire.

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