Narra Bella
Alice y Esme habían salido a dar un paseo, yo me hice la dormida para no involucrarme y funciono, ellas partieron solas, yo me vestí y salí a caminar, exploraba las cercanías de la casa y la casa a la vez, el frio me abrasaba entera, el abrigo no me era suficiente, quizá no era el frio ambiental, si no el frio que mi corazón sentía, era extraño, me sentía ausente, cansada. Los jardines interiores de la casa eran muy bellos, el servicio de la casa los cuidaban más que cualquier otra área de la casa, había flores con colores intensos que desprendían olores delicados, me recordaban algo, pero no sabía a qué.
-No... - Escuche después de unos minutos de explorar aquel jardín interior – No me interesa Hale – Era Edward y Jasper, caminaban hacia a mí, ambos miraban documentos.
-Es importante que firmes estos documentos, si no Jacob no podrá disponer del dinero necesario para hacer el proyecto de.... – Edward tomo los papeles de las manos de Jasper.
-Te dije que no me interesa... Que lo consiga como se le dé la gana... – Se interrumpió en cuanto me miro.
-Señora – Dijo Jasper saludándome, salude con un asentimiento – Me disculpo pero... - Edward negó.
-Te dije que no – Dijo regresándole los papeles, Jasper soltó un suspiro.
-Con permiso - Dijo pasando de mí, mire a Edward.
-Con permiso – Dije intentando pasar de Edward, de pronto el me tomo del brazo, era la primera vez que había un tacto conmigo consciente.
-Crees... Poder darme un minuto de tu tiempo – Pidió sin mirarme, tenía su mirada clavada hacia el frente.
-¿Ahora me trata de tu? – Pregunte confundida, el soltó un suspiro.
-Tomare eso como un si – Dijo soltándome y colocando sus manos detrás de él, cruce mis brazos sobre mi pecho y lo mire – Yo quiero disculparme – Soltó después de un silencio incómodo.
-¿Por qué? – Pregunte con ironía.
-Por comportarme como... - Parecía buscar la palabra correcta, yo tenía un par que lo describían perfectamente, pero no era un idioma digno de una señora decente – Imbécil – Susurro después de otro silencio incomodo – Contigo – Desvié la mirada a cualquier lugar evitando mirarlo.
-No tienes... Por qué disculparte, sé que no te caigo bien y... – Me interrumpió negando con la cabeza.
-Es todo lo contrario – Dijo de forma apresurada, después pareció a verse arrepentido de haberlo dicho.
-Te caigo bien, pero me tratas peculiarmente mal – Dije colocando mi dedo índice en mi barbilla – Por más que intento... No te entiendo – Dije mirándolo directamente a los ojos, el me sostuvo la mirada y soltó.
-Es mejor así... - Dijo dándose media vuelta para irse, pero se quedó clavado en su lugar – Solo... Quiero que sepas que no estás sola – Dijo en un murmullo que apenas pude distinguir, se fue y yo me quede allí parada mirándolo partir rígido y recto como siempre, me quede meditando sus palabras y luego sonreí, después aquello se convirtió en risa, luego en lágrimas que no podía explicar, de alguna forma aquellas palabras me habían reconfortado, aquellas palabras para alguien que siempre había estado sola, abandonada, eran un bálsamo de supervivencia, Edward Cullen me había regalado un pequeño fragmento de esperanza, era todo lo que necesitaba.
Había continuado mi paseo por la casa y entonces vino a mi mente la conversación de Hale y de Edward, ¿Por qué Jacob necesitaría el permiso de Edward para acceder a su dinero?, Jacob era el heredero único de mi tío Billy, ¿O no?, aquello desapareció de mi mente rápidamente, quizá había sido una mala interpretación de mi parte.
Me dirigí a las caballerizas, parecía ser muy tarde por que la poca luz que el sol brindaba había desaparecido, pero deseaba estar con Gitana, mi confidente, aquella que escuchaba y solo relinchaba, llegue, entre en las caballerizas apresuradamente y me abrace a Gitana, esta olfateaba mi cuerpo entero buscando su azucarillo.
-Lo siento pequeña... No tengo nada para ti hoy – Dije acariciando su hocico, esta aun me olfateaba insistente - ¿Sabes? – Dije acariciándola, cepillando con mis dedos su larga cabellera blanca – Te extrañe... - Entonces melancolía me abrazo el corazón, me había rendido hace un par de horas y no había pensado en mi chica, en mi yegua, que me amaba incondicionalmente a pesar de no traerle los azucarillos, que para ella yo era su pequeño mundo, Gitana pareció sentir mi tristeza porque soltó un relinchido desgarrador y triste – Perdóname – Dije intentando mirarla a sus obscuros ojos – Perdóname de verdad – Le plante un beso en su pelaje.
-¿A que le pides perdón? – Dijo Jacob a mis espaldas, me tense en cuestión de segundos, sus palabras hicieron hueco en mi cabeza.
-Ah... Ah nada... - Dije acariciándola por última vez para voltearme y estar frente a frente.
-Te animaste a salir de tu habitación – Dijo mirándome con suma atención, ascendí solamente, Gitana me reclamo dándome un pequeño golpe en mi espalda con su hocico – Le gustas mucho – Dijo acercándose a ella y acariciándola con calidez, me pareció impropio de él, era extraño mirarlo con el ceño tranquilo – Gitana, ¿No? – Me pregunto mirándome, ascendí, suspiro – Es muy bella, Tanya quiere tener una para ella... Eleazar me propuso preñarla con un semental, ¿Te parece bien? – Pregunto.
-Sí, claro... - Dije incomoda.
-¿Recuerdas cuando nos llevábamos bien? – Sonreí con sinceridad y melancolía a la vez.
-Sí, antes de que cumplieras los 15, después nunca nos llevamos bien – Dije ocultando mis manos en los bolsillos de mi abrigo, el ascendió.
-Todo cambio... - Dijoen un murmullo, después su mirada se perdió, quizá en algún recuerdo.

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Deseos Compartidos
Fanfiction¿Vivir o morir?, decisiones, decisiones... Decisiones y más decisiones, solo una podría cambiar por completo el curso de tu vida, cambiar todo tu mundo, quisiera yo poder tomar una decisión y poder cambiar el calvario que es mi vida. Cuando escogí...