Capítulo 55

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Las palabras sobraron en aquel momento, no había mucho que decir a excepción de demostrarle que estaba dispuesta a todo por él, tanto como él lo estaba por mí, lleno mi rostro de pequeños besos y de caricias que descontrolaban mi corazón.

-Esto... - Sonreí y me acurruque en su pecho.

-Soy tuya... Solo tuya... - Susurre solo para él y para mí, beso mi cabeza y quede entre sus brazos.

-Gracias – Me susurro con delicadeza, suspiro y me abrazo aun con más fuerza, como si intentara que mi cuerpo se adhiriera al suyo – Nunca te arrepentirás – Prosiguió – Te lo prometo – Reí.

-Lo sé - Susurre, estaba enormemente segura que el "Arrepentimiento" no estaría en mi vocabulario, no después de este día, no después de sentir todo lo que siento.

Edward y yo permanecimos juntos toda la tarde, charlábamos sin más, había algo diferente en nuestra relación, había más proximidad y sobre todo, yo podía al fin hacer lo que tanto había deseado.

-¿Qué sucederá con Jasper? – Pregunte mirándolo, paso una mano por mi cintura y me atrajo a él, continuamos nuestra caminata, soltó un suspiro.

-Le he pedido que vuelva, pero... Dijo que Jacob estaba perdiendo el control de su boca – Frunció el ceño – Pero ya no estoy de acuerdo, puede ponerse en riesgo y la idea no me agrada en lo absoluto, solo quiero que estés deslindada de él, no me interesa lo demás... - Beso mi cabeza, sonreí.

-Libre... - Dije como si la palabra fuera pura imaginación – Al fin... - Dije intentando retener las lágrimas, tomo mis manos.

-Todo estará bien, nada, ni nadie te volverá a hacer daño jamás – Beso mi frente, aquello sonó más que una promesa, me deje abrazar, no había lugar más cálido que sus brazos.

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La noche callo sobre nosotros lentamente, de pronto estábamos sentados alrededor de la mesa, riendo y disfrutando de la cena.

-Espero que Jasper tome la iniciativa de volver – Dijo Rosalie distraída, le preocupaba enormemente, Edward me había dicho que Jacob no sabía que Rosalie era hermana de Jasper y todo por el apellido, si llegase a enterarse quizá Jasper no saldría de la hacienda, al menos no vivo.

-Es un hombre entero Rosalie – Dijo Esme intentando calmar los nervios de la rubia.

-¿Qué Jasper conoce usted? – Todos soltamos a reír.

-Descuida – Dijo Edward colocando los codos en la mesa – Jasper es prudente – Rosalie ascendió, se puso de pie.

-Buena noche – Se dispuso a irse, aquel comportamiento había sido desde el principio, pero no comprendía por qué.

-Espero que Emmett vuelva pronto – Dijo Edward soltando un suspiro, coloque una mano en su espalda, me miro y sonrió.

-¿Y que cuentan ustedes dos? – Dijo Alice colocando sus codos en la mesa y colocando su mentón en sus manos, sentí un escalofrió recorrerme el cuerpo entero, Esme nos miró y sonrió, parecía contenta.

-¿Qué quieres que contemos? – Dijo Edward recargándose en el respaldo de la silla y tomando mi mano por debajo de la mesa, Alice entrecerró sus ojos.

-¡Jo! – Dijo Alice haciendo un mohín con su labio inferior, no pude evitar reír.

-Bueno, ¿Qué quieres que te cuente hermana? – Volvió a preguntar Edward.

-¿Dónde estuvieron? Por ejemplo – Dijo Esme bebiendo de su taza de té, dándole ideas a su pequeña hija, Edward rió.

-No... Eso yo lo se... Paseando por allí... - Dijo Alice frustrada - ¿Ya están juntos? – Pregunto poniéndose de pie, Esme negó con la cabeza, sentí mis mejillas arderse en cuanto Alice soltó aquella frase, de pronto rió – ¡Sí! ¡Están juntos! – Esme rió – Te pusiste roja – Dijo apuntándome y haciendo que todos centraran su vista en mí, escondí mi rostro avergonzada.

-Los felicito – Susurro Esme, haciendo que el ambiento volviera a ser tranquilo, la mire, no había un indicio de poca sinceridad, dejo la taza en la mesa – Te agradezco a ti – Dijo apuntando a Edward – Por no olvidar lo que tu padre te enseño y sobre todo por ser un caballero hecho y derecho – Me miro a mi – Tengo que agradecerte por devolverle el alma – No pude evitar sonreír – No puedo decirte más que, ya te consideraba mi hija... - Edward apretó ligeramente mi mano, nos miramos y me recargue en su hombro, esta sensación, aquella calidez que me hacía sentir tan protegida, eso... ¿Eso era tener una familia que te quería?

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