Capítulo 27

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Esme y yo pasamos horas de angustia total intentando detener la hemorragia y bajarle la fiebre que subía incontrolable, cada cierto tiempo Esme colocaba su oído en el pecho de Edward para comprobar que estuviera vivo.

Esme coloco una pasta verde encima de la herida, esta tenía un olor asqueroso, pero Esme aseguraba que serviría para detener la hemorragia y con la fiebre teníamos que luchar. Paños de agua fría colocábamos por el cuerpo quieto de Edward, Esme estaba con el rostro congelado en una sola expresión, estaba seria y perdida en un silencio doloroso y tortuoso.

-Iré a preparar un té para bajarle la fiebre y la infección – Esme comenzaba a quebrarse – Puedes... Puedes quedarte aquí, cuídalo por favor no dejes de colocar paños de agua fría en su frente – Ascendí y yo me dedique a la labor que Esme me había encomendado, no me di cuenta del paso del tiempo, ya no había más luz, pero no me moví más que para colocar compresas de agua fría, de pronto él abrió sus ojos.

-Edward... - Llame emocionada por verlo despertar, este no respondió solo pestañeo cansadamente - ¿Necesitas algo? – Pregunte intentando soportar las lágrimas.

-Bella... - Susurro levantando su mano hacia mí – No te vayas... - Dijo mientras su dientes castañeaban.

-No pienso dejarte – Dije limpiando una lagrima que se había deslizado por mi mejilla.

-Promételo – Dijo mientras apretaba mi mano desesperadamente – Pro-Prome-Prométemelo – La fiebre no disminuía.

-Te lo prometo – Dije colocando mi mano en su frente, intente separarme para tomar otra compresa con agua pero me impidió moverme – Tengo que bajarte la fiebre – Dije mientras intentaba de nuevo soltarme.

-Si... Si muero... - Dijo en tono cansado.

-Cállate – Dije apretando su mano.

-Te quiero – Dijo en un murmullo y volvió a desvanecerse, me quede primeramente en shock, después como acción rutinaria coloque mi oído para escuchar su corazón, este latía lentamente, proseguí torpemente a bajarle la fiebre de la manera en la que Esme me señalo, me negué a pensar en las palabras de una persona delirante por la fiebre.

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Estaba molida, prácticamente me dolía hasta el cabello, habíamos estado toda la noche bajando la fiebre, esta volvía y desaparecía a su antojo, Edward no despertó en toda la noche, la única reacción que teníamos de su parte era el castañeo de sus dientes.

Me mire en mi espejo, estaba hecha polvo, mi ropa estaba ensangrentada y sucia, mi cabello estaba enredado y despeinado, mi rostro estaba más que cansado, tome ropa de mi armario y me dirigí al aseo, tome una larga ducha intentando calmarme e intentando no quedarme dormida, me vestí rápidamente, desenrede mi cabello y salí de nuevo de mi habitación hacia la cocina, aun había revuelos en la casa, tome una taza de café y apenas mordí un panecillo.

-Señora – Dijo Eva mirándome, la mire invitándola a que prosiguiera – La señorita Alice aun no lo sabe... - Dijo rascando su cabeza apenada, solté un suspiro.

-¿Esme todavía esta con Edward? – Pregunte poniéndome de pie.

-Sí, la señora Cullen aun esta con el Joven... - Ascendí – La señorita no deja de hacer preguntas, el señor Hale la tiene entretenida... - Creo que mi expresión lo dijo todo, porque Eva se encogió de hombros y frunció su ceño con preocupación. Jasper no era precisamente una buena compañía para una niña con un hermano convaleciente, subí a zancadas largas por las escaleras hacia la habitación donde Esme y Edward se encontraban, toque la puerta y Esme atendió rápidamente.

-¿Cómo está? – Pregunte entrando y cerrando la puerta delicadamente tras de mí, Esme no me respondió, solo un suspiro se escuchó - ¿Esme?

-La herida supura – Dijo Esme cansadamente.

-¿Qué significa? – Dije colocándome a los pies de la cama, mire a Edward, estaba pálido, al menos su rostro ya estaba tranquilo.

-La infección, una infección fuerte – Dijo cansada – Necesito practicarle una sangría – Me quede mirándola como si dijera un pecado capital.

-Pero... Pero Esme, ha perdido mucha sangre – Dije mirándola con miedo, ella ascendió y su rostro me dio a entender que no tenía idea de que más hacer – Ok... - Dije intentando calmar mi pulso y mi nerviosismo - ¿En qué te ayudo? – Dije dispuesta a todo, al final, esta era mi familia.

Esme me explico que hacer en caso de que Edward reaccionara porque este procedimiento era doloroso, Esme hizo cortes por lo que parecían ser profundos, Edward se quejó del dolor, pero no abrió sus ojos, la sangre comenzó a emanar, Esme parecía muy tranquila ella comenzó a limpiar la sangre.

-¿Podrás detenerla? – Pregunte, ella sonrió.

-No te preocupes... - Dijo mirando a su hijo con profundidad.

-Alice esta con Jasper... Eso me preocupa – Dije con preocupación, Esme volteo a verme.

-No te preocupes – Dijo aun limpiando la herida de su hijo – Jasper es todo lo que quieras, pero aprecia a Alice y no le haría nada que la hiciera sufrir – Dijo con tranquilidad, paso un silencio largo, Edward se volvió a quejar intento moverse, pero tome su brazo con fuerza – Ya está... - Dijo Esme con lágrimas en los ojos – Ya está – Dijo limpiando la herida y colocando aquella misma pasta verde en la herida, coloco vendas en la misma – Ya está hijo mío – Dijo acariciando la mejilla de su hijo – Ya está mi amor – Se inclinó hacia él y le planto un beso en la frente, aquella acción solo provoco que se me partiera el corazón – Podrías... Quedarte aquí un momento – Ascendí – Si despierta, este es un calmante, iré a decirle a Alice y a... - Ascendí interrumpiéndola.

-Está bien – Dije dando un golpecito amable en sus manos – Ve – Ella ascendió y salió sin más de la habitación.

Me acerque a la cama y lo mire, lo mire atentamente por varios minutos, tenía facciones muy tranquilas, labios gruesos y delicados, un perfil perfecto, parecía un Ángel en verdad, me arrodille a un lado de la cama y lo continúe mirando, era un hombre muy apuesto.

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