Capítulo 53

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Caminábamos lentamente con nuestras manos unidas, reíamos, por un momento todos los problemas se habían convertido en humo disperso y lo disfrutábamos.

-Cuando nevaba en el hospicio hacíamos las mejores peleas de bolas de nieve y yo era la mejor – Dije presumiendo falsamente, él soltó a reír con ironía – Ya has conocido mi puntería.

-Oh si por supuesto que si – Dijo levantando sus manos en forma de paz, solté a reír – De hecho eres mala – Reconoció el.

-Si lo sé – Dije riendo, Edward soltó un suspiro - ¿Qué pasa? – Pregunte.

-Esto me gusta demasiado – Dijo levantando nuestras manos, sonreí.

-A- A mi igual – Reconocí tímidamente, sonrió, lo mire haciéndome un millón de preguntas, estaba claro que él y yo no teníamos la misma condición.

-¿En qué piensas? – Dijo colocando su chaqueta sobre mis hombros, sonreí ante el acto, no era la primera vez que lo hacía.

-Nada en especial – Dije tomando su brazo y caminando junto a él hacia la casa.

-Nada en especial – Susurro dudoso – ¿Me dirás ese nada en especial? – Pregunto mirándome, sonreí.

-¡Llegan visitas! – Grito un hombre, provocando que todos los trabajadores se reunieran rápidamente, Edward y yo miramos en dirección a la entrada de la gran finca, me aferre a su brazo en cuanto mis ojos lograron descifrar la cara de aquellas personas que cabalgaban hacia nosotros.

-N-N-No – Intente huir de allí, pero Edward no me lo permitió.

-Tranquila – Me susurro, Edward se colocó frente a mí. Jacob, Jasper, el señor Swan y otros empleados pararon frente a nosotros, todos los empleados de la casa estaban reunidos a nuestro alrededor, Jacob se bajó del caballo. Hubo un silencio tan largo y cortante.

-Tú maldito – Dijo Jacob apuntando hacia Edward - ¿Cómo te atreves?, podrías hacer de tu maldita vida un papalote si querías, pero... Mi esposa, ¿¡Cómo te atreves!? – Dijo acercándose hacia él, de pronto mire a mi alrededor, todos los empleados tenían armas en sus manos, algunos apuntaban a Jacob y otros a Jasper, el señor Swan y a los demás, Edward no respondió a nada - ¿Y tú?, ¿Mi esposa?, ¿Engañarme con mi primo? – Edward intento acercarse, pero lo detuve aferrándome a él.

-Me daría tanto placer decir que eso es así, pero no... - Dijo Edward correspondiendo a la búsqueda que tenia de una de sus manos – Esta mujer es tan buena como los mismos ángeles, solo que le toco un infierno de vida a tu lado – Dijo Edward, escondí mi rostro en su espalda, me sentía tonta.

-Lo creí un hombre cabal Edward – Dijo el señor Swan, Edward ascendió.

-Lamento que tenga esa opinión tan poco atinada hacia mi persona, a veces las cosas no son lo que parece – Jasper era el único callado en toda esta situación y era el único que estaba arriba del caballo, mirándonos atento.

-Escuche que había visitas – Dijo Rosalie a mi espalda, voltee a verla, me sonrió – Oh... Mira, que dichosa, Jacob Black – Dijo en tono irónica, se colocó frente a nosotros – Creo que mi esposo le dejo en claro que no le quería cerca de esta propiedad.

-Esa mujer que está allí, ¡Me pertenece! – Grito Jacob apuntándome, un escalofrió me recorrió entera, sentí como Edward se tensó entero, Rosalie rio, de pronto Alice y Esme se nos unieron, Alice se abrazó a su hermano y Esme coloco sus manos en mis hombros en señal de apoyo, Rosalie continuo riendo.

-¿Quién lo dice? – Pregunto encarándolo - ¿Tu? – Pregunto aun con ironía, soltó a reír.

-De que te estas riendo, esa mujer es mi esposa, ¡Mi mujer! – Grito Jacob – En este momento se va conmigo – Intento empujar a Rosalie pero antes de que siquiera lograra entrar dentro de su burbuja personal, todas las armas estaban apuntando a su cabeza.

-Inténtalo Black, vamos quiero ver que lo intentes, me emocionaría saber que gracias a mi una basura como tu está enterrado y frio – Susurro Rosalie – Aunque esa no sería la verdadera justicia – Dijo decepcionada – Lárgate – Dijo en tono peligrosamente.

-No me voy de aquí sin mi mujer – Dijo intentando empujarla, pero Rosalie le soltó una bofetada que lo freno en seco.

-Me importa un carajo quien sea ella, mientras este en mi propiedad se queda, ¿Entendiste? – Edward, me miro y me dedico una sonrisa tranquilizadora – Lárguense – Dijo Rosalie pasando su mirada en cada uno de los contrarios.

-Señora aquella mujer, es la esposa de este muchacho – Dijo Charlie intentando razonar, Rosalie rio.

-Lamento conocerlo en estas circunstancias señor, pero si usted supiera la clase de asesino con el cual usted está compartiendo, me daría la razón, váyanse por favor – Dijo dándole la espalda a todos – Ya saben que hacer – Dijo mirando a sus empleados, Jasper alzo una ceja y negó con la cabeza, una sonrisa se asomó por sus labios, Edward también dio la espalda, colocando su brazo en mi cintura y en los hombros de su hermana.

-¿Por qué Jasper ríe? – Susurre cerca de él.

- Este orgulloso de su hermana melliza – Susurro en mi oído, voltee a verlo, él sonrió, ascendí como si lo hubiese terminado de entender.


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