Mi rostro estaba enrojecido e hinchado, no había mucho que hacer más que en esconder mi rostro entre las sabanas de mi cama, me la pase suspirando toda la mañana, pensando e intentando no tirarme del balcón de mi habitación.
Esto me esperaba toda la vida, esto, mi rostro golpeado, mi alma destrozada y mi dignidad sobajada al punto de ser desaparecida, ¿Qué podía hacer?, ¿Escaparme?, como si no lo hubiese intentado ya, más de una vez, ¿Y si lo lograse?, ¿Y si hiciese otro intento? Parecía que mi corazón explotaría, había nacido un brote de esperanza. Mis cabalgatas con Alice me habían revelado más sobre el territorio que manejaba Jacob, quizá podría escapar, quizá tenía esperanza.
-Olvídalo Bella – Dije colocando mi brazo en mi frente y mirando el techo sin pestañear – Aunque lo lograras... Imagina que pasaría si te atrapan las autoridades – Sonreí con ironía - ¿Algo mucho peor que un marido que me golpea? ¿Un grupo de personas indiferentes ante mi sufrimiento? Lo dudo... - Solté con ironía, nunca antes me había sentido tan hueca, me dolía el pecho, mi corazón latía lenta y dolorosamente, no sabía que estaba esperando la muerte para venir por mí.
-Te traje el almuerzo – Anuncio Alice entrando en mi habitación rompiendo aquella atmosfera silenciosa, aun podía ver su rostro de pánico al ver mi rostro, supongo que no había creído en lo absoluto que me había caído, ¿Pero que importaba?, ella no preguntaría nada y supongo que Edward no había dicho nada sobre mi estadía en su hogar.
-¿Trajiste algo para ti? – Pregunte sentándome en la cama y tomando la charola de sus manos, ella apunto el plato de sopa que se encontraba a un lado del mío, sonreí, ambas nos apresuramos a comer en silencio, de pronto ella soltó un suspiro - ¿Te pasa algo? – Pregunte mientras la miraba, ella sonrió y comenzó a picar la sopa con la cuchara.
-No mucho... - Suspiro cansada y frunció el ceño levemente, la observe silenciosamente, ella parecía no darse cuenta.
-¿No me contaras? – Pregunte al cabo de unos minutos de silencio, ella me miro y volvió a perder la vista en algún lugar de mi habitación - ¿Alice? Siempre me has contado, ¿Qué pasa, acaso ya no confías en mí? – Pregunte intentando hacer contacto visual.
-Confió tanto como tu... Tanto para no contarme lo que en realidad te paso, tengo 15 no 2 – Me recordó molesta – Yo también puedo ayudarte... No como un adulto pero ayudarte – Parecía herida y ofendida, la había subestimado estúpidamente, Alice resultaba ser a veces capaz de tomar decisiones que los adultos analizaban por horas y estas terminaban resultándole bien.
-No quería preocuparte – Confesé mirando los dedos de mi mano enredándolos para no colapsar.
-Me preocupa que no confíes en mí... Soy tu amiga, ¿No? – Sonreí.
-Una niña... Eres una niña, no puedo colocar sobre tus hombros peso que solo me corresponde a mí cargar – Ella rodo los ojos y se puso de pie.
-¿Y que se supone que eres tú?, ¿Me estás diciendo niña a mí? – Rodo los ojos, me limite a mirarla – Desafortunadamente te toco una situación difícil... Te criaste en un ambiente demasiado volátil... Yo tuve una madre, un hermano y un padre... Me enseñaron a ser rápida, literal... Más en nuestra situación tan delicada – Me quede extrañada.
-¿Situación delicada? – Pregunte mirándola, ella se detuvo y rio.
-Ese no es el punto... El punto es que soy madura, capaz de comprender una infinidad de situaciones que las demás niñas de mi edad no comprenden, Bella... - Dijo tomando mis manos – Quiero ayudarte, quitarte peso y si no confías en mi capacidad... Ni en mí, no puedo hacerlo – Sonrió – Te considero una hermana y sinceramente... - Dijo cruzando sus brazos sobre su pecho – Me ofende tu falta de comunicación conmigo – Solté a reír, tome una almohada y la golpee.
-Respira durante tus monólogos, ¿Quieres? – Soltamos a reír, después mi risa se cortó – Tienes razón... Solo creí que... - Ella soltó un suspiro.
-Creíste que era lo indicado... Lo entiendo... - Se puso de pie – Tengo algo que puede ayudarte a disminuir el dolor de... de tu rostro y de... lo demás – Me mostro una pequeña bolsa de té, la mire confundida.
-¿Un té? – Pregunte mirándola, ella ascendió sin decir nada.
-Es un relajante, disminuye el dolor – Parecía contrariada, me sonrió delicadamente.
-Bien... - Dije dejando la charola de comida a un lado – Dámelo, que en verdad lo necesito – Ella ascendió.
-Te daré uno y cuando el sol caiga tomaras otro – Ascendí, Alice salió de mi habitación, me quede allí de nuevo enredada por el silencio, mis pensamientos comenzaron a divagar de nuevo. El cerrar de la puerta de mi habitación me trajo de golpe a la realidad.
Me quedé estética, mirando sus ojos, enterré mis uñas en mis sabanas.
-¿Podemos hablar? – Dijo en un murmullo, me limite a apretar mis labios fuertemente.
ESTÁS LEYENDO
Deseos Compartidos
Fanfiction¿Vivir o morir?, decisiones, decisiones... Decisiones y más decisiones, solo una podría cambiar por completo el curso de tu vida, cambiar todo tu mundo, quisiera yo poder tomar una decisión y poder cambiar el calvario que es mi vida. Cuando escogí...