Capítulo 50

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Todos estábamos en un silencio sepulcral, Rouse, hasta el momento el nombre que conocía, estaba mirándonos atenta, con sus largas piernas cruzadas y sus brazos cruzados por encima de su pecho, Edward estaba sentado a mi lado perdido en sus pensamientos, Alice y Esme confundidas y yo, yo me sentía como mala hierba entre flores.

-Edward... Rouse llamando a Edward... - Dijo soltando un bufido sonoro cansado, Edward la miro y sonrió – ¿Me dirás que está pasando? – Edward se removió incomodo en el sofá.

-¿Y Emmett? – Pregunto Edward, esta levanto una ceja y rodó los ojos.

-Estando Emmett o no tendrás que contarme, lo sabes... - Dijo tan tranquila, Edward soltó un suspiro cansado.

-Ok... - Dijo Edward soltando otro suspiro – Primero que nada, Bella... Ella es Rosalie McCarty, Rouse ella es Bella – Dijo Edward.

-La manzana en discordia – Dijo levantándose, Edward soltó un bufido – Que es broma... Ya nadie conoce una broma cuando la oye – Me quede mirándola atenta, no mire algún indicio de picardía en sus gestos, por lo tanto, su comentario no era broma, era algo meramente a propósito, ambas nos estrechamos las manos – Mantengámoslo como Señora Cullen, me protegen si así lo hacen, te robaste a la esposa de tu primo y eso es penado, si no indecente... - Dijo elevando una sonrisa en sus labios mientras decía aquellas palabras, ¿Esto le causaba gracia?, ¿Por qué?, ¿Quién era esta mujer?

-Un gusto – Susurre, ella ascendió.

-Igualmente – Dijo ella mirando a Edward de nuevo, este suspiro.

-Los planes se adelantaron por qué no lo soporto y no sé si lo recuerdas, pero intento matarme, no estaba dispuesto a otro intento que quizá no tenga tanta suerte... No estoy dispuesto a poner en peligro a mi familia – Dijo mirándola atento, una mirada que me causo escalofrió.

-Oh muy bien – Dijo ella deambulando por su sala de estar – Esta bien – Dijo en un susurro – Bien... Ordenare que arreglen sus habitaciones y que preparen la comida rápidamente – Desapareció sin decir más, de pronto todas miramos a Edward, este soltó un suspiro.

-Tu – Dijo apuntando a Alice – Ve con Rouse por favor – Alice se puso de pie y soltó un bufido con enojo y salió por donde Rosalie había salido – Madre... - Susurro Edward tan lentamente en cada silaba que me causo un escalofrió – ¿Alguna vez, Grace... Le menciono algo? – Dijo Edward rascando su nuca y mirándola, Esme quedo en el limbo por unos instantes.

-No mucho Edward, ¿Por qué? – Pregunto mirándolo a los ojos.

-¿Nunca la miro escribir? - ¿Dudaba de la veracidad del diario?, por un momento me coloque en sus zapatos, yo también dudaría incansablemente.

-Sí, mucho de hecho, escribía las mejores historias, pero, ¿Qué tiene que ver estas preguntas con nuestra huida tan espontanea? – Mire a Edward, este se puso de pie y de su abrigo saco el diario, Esme lo miro confundida.

-¿Reconocerías la letra donde fuera? – Esme no dijo nada, solo tomo el diario de las manos de su hijo y lo hojeo, Esme quedo estática por unos momentos y luego ascendió – Creo que necesitas leer esto... Sola – Dijo Edward con la voz tan apagada que pensé que no había sido él, Esme ascendió y desapareció lentamente, hubo un silencio enorme antes de que Edward se dejara caer en el sofá - ¿Cómo... Como le voy a explicar esto? – Dijo con las manos escondiendo su rostro, me arrodille frente a él.

-Es una mujer conentereza... - Sonreí intentando animarle, suspiro y sin si quiera poderreaccionar me abrazo – No te preocupes – Susurre correspondiendo lentamente asu abrazo. 

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