Apenas había escapado de las preguntas de Alice, pero no podía escapar de mis propias preguntas mentales, Alice tenía un punto, Edward era un hombre atractivo, gentil, cabal y... Y me amaba, era un hombre en toda la extensión de la palabra.
¿Qué es lo que sentía por Edward?, me mire por el reflejo del espejo, no podía responderme esa pregunta, era mi primo político, un primo político que estaba enamorado de mí.
-Demonios – Dije levantándome de golpe y saliendo de mi habitación, solo escuchaba mis pisadas y un silencio que me daba escalofrió.
-Buenos días – Aquella voz me sobresalto – Perdóname – Rio Edward – No quería asustarte - voltee a verlo, llevaba consigo una carpeta y salía de la oficina.
-Buenos días – Dije intentando recuperar mi aliento – No te preocupes – Sonreí.
-¿Dormiste bien? – Ascendí – Me alegra – Hubo un silencio, un silencio incomodo, soltó un suspiro – Que tengas buen día – Dijo pasando a mi lado, lo tome del brazo.
-Gracias – Dije sin soltarlo al contrario me aferre a él – No sé cómo se les ocurrió, pero gracias – Dije sonriendo, me correspondió la sonrisa.
-Dije que estaría aquí y aquí estaré – Susurró.
-No tienes por qué estarlo... - Dije mirándolo directo a los ojos, coloco su mano encima de la mía.
-¿Quieres oírlo?, ¿O me privo de mis sentimientos? – Sentí un gran nudo en mi garganta, recargue mi cabeza en su hombro.
-No tienes idea lo que dices... Soy una mujer casada, tú eres... - Rio.
-Un hombre enamorado y no me interesa nada de lo que me puedas decir en contra de lo que siento por ti – Sonreí.
-Ni siquiera lo he fomentado – Rio.
-Como si necesitaras fomentarlo... - Solté a reír.
-Buenos días – Saludo la señora Swan, Edward se alejó lentamente.
-Buenos días – Dijo Edward sonriendo ampliamente.
-¿Cómo está? – Pregunte tomando una distancia con Edward.
-Bien gracias, justo estaba buscándola – Dijo la señora Swan - ¿Tiene algo que hacer?, mi marido y el suyo están charlando sobre trabajo y... - Sonreí.
-Dígame, ¿Qué quiere hacer? – Pregunte colocándome a su lado, ella se encogió de hombros y rio, mire a Edward, le sonreí - ¿No quisiera conocer la hacienda? – Pregunte animada, Edward rio.
- Por puesto que sí – Dijo animada - ¿Nos acompaña? – Pregunto dirigiéndose a Edward.
-Por supuesto – Dijo con ánimo - ¿Me permite? – Dijo él ofreciéndole su brazo, ella rio.
-Que muchacho más apuesto – Dijo riendo, Edward rio.
-Favor que me hace – Dijo provocando que Swan riera – Bella... - Dijo Edward ofreciéndome su otro brazo, reí y lo tome.
-Que yo no voy a alagarte – Advertí, todos rieron.
-Alagado estoy, dos hermosas damas acompañándome – Bajamos las escaleras los tres, charlando animados.
Rene como nos había pedido que la llamáramos era una mujer muy divertida y ocurrente en verdad, sus comentarios eran divertidos, pero aun así persistía en su rostro marcas de dolor, sus ojos a pesar de que brillaban con intensidad parecían agotados, Edward la hizo reír mucho, ambos se cayeron de maravilla, siempre lo había visto recto y rígido con las personas desconocidas, ¿Qué era diferente con ella?, me moría de la curiosidad por saberlo.
Ahora lo conocía un poco más, su esposo era dueño de una empresa dedicada a la exportación de diversas cosas, se asociaría con la empresa Black para exportar los productos que elaboraba, no sabía que decir ante aquello.
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Alice había conseguido llamar toda la atención de Rene, en cuanto su pequeña figura se apareció por el portal del jardín interior Rene no dejo de charlas con ella de una infinidad de cosas.
-Es una mujer muy agradable – Dije en un susurro, Edward ascendió.
-Si lo es... - Dijo colocando su dedo índice en su barbilla.
-¿Qué sucede? – Pregunte susurrándole.
-No conoces su historia, ¿Verdad? – Lo mire y negué confundida – Ella y su esposo perdieron a su pequeña hija – Voltee a ver a Rene de forma inmediata, creo que mi rostro formulo la pregunta ya que Edward prosiguió – Nadie sabe qué fue lo que sucedió... - Ahora comprendía el cariño con el que Edward la trato, o el hecho del por qué me abrazo como si fuese una persona muy preciada, o el hecho de que no soltara a Alice. Ella tenía amor para dar y tirar por los vientos y el dolor en su cara era por su perdida - ¿Estas bien? – Pregunto Edward, negué con la cabeza.
-No – Susurre intentando deshacer el nudo de mi garganta.
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Deseos Compartidos
Fanfiction¿Vivir o morir?, decisiones, decisiones... Decisiones y más decisiones, solo una podría cambiar por completo el curso de tu vida, cambiar todo tu mundo, quisiera yo poder tomar una decisión y poder cambiar el calvario que es mi vida. Cuando escogí...