Capítulo 33

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Narra Edward.

No habíamos mencionado nada en todo el camino hacia los caballos, lo único proveniente de ella era el constante castañeo de sus dientes, subí al caballo y extendí mi mano hacia ella.

-Estas débil, ven – Insistí, ella ascendió tímidamente y me dio su mano, la ayude a subir, Gitana comenzó a caminar detrás de nosotros – No te duermas – Dije mirándola.

-N-No... - Dijo sacudiendo su cabeza.

No podía galopar, mis dedos estaban entorpecidos y podía asegurar que el cansancio me invadía, pero me mantuve firme a las riendas y firme a una Bella temblando, el sol ya se estaba ocultando y el frió estaba cada vez más en abundancia, visualice la casa. Y mire a varias personas fijar su vista en nosotros.

-¡Señor! – Gritaron algunos, mire como tomaban las riendas de Gitana.

-Díganle a mi madre que la Señora tuvo un accidente y cayó al lago – Todos comenzaron a moverse desesperados hacia la casa, pare frente a la casa, baje del caballo y la ayude a bajar, ella se desvaneció, la tome entre mis brazos y comencé a adentrarme a la casa – No te duermas – Dije removiéndola en mis brazos, ella soltó un sonido con su garganta - ¡Despierta! – Dije sacudiéndola, ella abrió los ojos de golpe – No te duermas – Advertí.

-¿¡Que sucedió!? – Dijo mi madre con sorpresa mirándonos a los dos.

-Cayó al lago y entre para ayudarla – Mi madre comenzó a guiarme por las escaleras, abrió la puerta de la habitación de Bella y entramos, la recosté en la cama.

-Hazla entrar en calor pronto... - Dije mirando a una bella acurrucándose en una pequeña parte de la cama.

-¿Estás bien? – Pregunto mi madre, la mire y no respondí, me limite a salir de la habitación. Coloque mi frente contra la pared y comencé a maldecir por lo bajo.

-¿Y quién te hará entrar en calor a ti? – Gruñí con enojo.

-¿Te estas apuntando Jasper? – Pregunte con mucho enojo e ironía.

-Yo paso – Dijo con diversión, lo mire – Y así que... ¿Cayó al lago? – Pregunto con ironía, lo mire con rencor ya que sonrió con sarcasmo, coloco sus manos a manera de paz – Me rindo – Soltó, camine pasando a su lado, lo escuchaba venir detrás de mí, baje las escaleras.

-¿Qué quieres? – Dije saliendo de la casa, el frio me golpeo directamente, comencé a caminar a mi casa.

-Solo te acompaño – Dijo caminando detrás de mí. Abrí la puerta y comencé a desvestirme, lo escuche echar pequeños troncos a la chimenea – Tengo algo que decirte – Dijo ausentemente.

-Después – Dije entrando a mi habitación quitándome la ropa restante, me vestí con ropa abrigadora, tome un par de mantas y me enrolle en ellas, salí acercándome a la chimenea, me coloque en cuclillas colocando mis manos al calor del fuego, paso un momento de silencio, yo solo podía desear que ella estuviese bien.

-Toma – Dijo Jasper pasándome una taza, la tome, era tisana, la bebí, pero el frio no cedió, me hizo estremecer – Creo que necesitas tequila – No respondí a aquello – Quiero decirte algo – Repitió de nuevo, lo mire bebiendo otro trago largo de tisana, ascendí – Lo encontré – Dijo llamando mi atención, lo mire atentamente y de su chaqueta saco una carpeta doblada por la mitad, lo mire como si fuese una ilusión – Los encontré... - Repitió de nuevo, tome la carpeta y mire el contenido, leí incrédulamente y entonces sonreí – Estaba escondido en el fondo de la librería, lo mire.

-Jasper – Dije mirándolo.

-No me lo agradezcas – Dijo engreídamente, le solté un golpe que lo hizo caer.

-Jasper amigo... Eres – Este soltó a reír.

-No me lo digas queya lo sé – Dijo riéndose.

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