Deseos Compartidos

Capítulo 23

No sabía cómo definir la felicidad que estaba sintiendo, bueno, quizá no era felicidad, pero algo sentía, el frio golpeaba mi rostro, mi cabello estaba húmedo por la brisa de la madrugada, Gitana estaba muy activa, quizá solo era su intención quitarse el frio.

No había nevado aun, deseaba con el alma que nevara antes de que Jacob llegase, podría disfrutarlo como una niña si eso pasaba. Eran al menos las 6 de la mañana, el sol iluminaba tiernamente notificando su amanecer, pare un segundo para admirarlo, acaricie la cresta de cabello que Gitana tenia, continúe mi cabalgata, ya había empleados esparciéndose por la propiedad, este era un rancho ganadero, pocas veces había explorado los establos o algunas de las pocas cosechas que se habían plantado, pero lo hice, lo hice tranquilamente, era plena mañana y no había nada más que hacer, más que explorar. Escuche un galope aproximarse, me gire para ver, era Edward, este parecía sorprendido de verme.

-Buen día – Salude al tenerlo cerca.

-Buen día – Saludo cerio – Saliste muy temprano – Dijo acariciando a Gitana y devolviendo su mano a las riendas de su caballo.

-Solo disfrutaba de la mañana y exploraba un poco – Dije tranquilizando a Gitana que parecía inquieta – Nunca había estado por aquí, bueno no tan lejos de la casa grande... - Él ascendió.

-Es una propiedad extensa, es difícil conocerla toda... Pero si quieres puedo ayudarte un poco – Voltee a verlo animada.

-¿Puedes? – Pregunte emocionada.

-¿Por qué no? – Pregunto sonriendo, este Edward me gustaba mucho más que el frio y el rígido.

Cabalgamos a paso lento, poco a poco me explicaba lo que se hacía aquí, era un rancho ganadero, las cosechas que se tenían era para el alimento de los propios animales, procuraban tenerlos alimentados y sanos para la calidad del producto, la especialidad de venta era la carne, pero poco a poco intentaban integrar otros productos derivados del animal.

-¿Por qué hay tanta propiedad con bosque? – Pregunte bajando de Gitana, también bajo.

-A mi... - Se interrumpió bruscamente – No lo sé – Dijo mientras desensillaba a su caballo, comencé a soltar las cinchas que ajustaban a Gitana – Yo lo hago – Dijo tomando mi lugar.

-Gracias – Dije abrazándome a mí misma – Quiero un chocolate caliente – Dije tratando de evitar que castañearan mis dientes.

-Estamos de acuerdo en algo – Dijo volteando para verme – Te acompaño – Apunto hacia la salida, camine junto a él en completo silencio, no ese silencio incomodo, más bien un silencio pacifico, de esos rejuvenecedores, ¿Por qué Jacob no era así?, cuando éramos más chicos era todo un caballero, hasta podría decir que algunos años atrás me enamore de él, hasta que me case y descubrí que el amor solo existía en los cuentos e historias escritas en papel y por escritores que alucinaban e idolatraban el amor como la primera maravilla del mundo – Te ofendo si te pregunto, ¿En qué piensas? – Su voz era suave, pero aun así me sobresalto.

-No... - Dije suspirando, humillo blanco salía de mi boca, volví a suspirar y sonreí – Creo que para ninguno de los que vivimos en este lugar es nuevo que mi... Marido y yo no compartimos absolutamente nada – Dije escondiendo mis manos en los bolsillos de mi chaqueta – Es más ni siquiera un sentimiento – Apreté mis dientes intentando ahogar un sollozo de dolor – Estaba pensando en cómo era antes, muy diferente... Podría decir que lo idolatre como el hombre perfecto, pero solo resulto ser un espejismo cruel – Voltee a verlo, este miraba al frente pensativo.

-¿Lo amaste? – Pregunto de pronto, dude en responder, pero aun así lo hice.

-Era mi único amigo en ese entonces, lo ame... Si – Dije cansada, su rostro no fue turbado por ninguna expresión.

-¿Y ahora? – Pregunto mirándome inexpresivo.

-No... -Solté perdidamirando sus ojos, eran iguales a los de Alice, muy bellos y expresivos – No, nopuedo amar a alguien que ha abusado de mí en toda la extensión de la palabra,que ha matado mis ilusiones, que ha hecho de mí un despojo humano en tan soloun año – No me di cuenta cuando una lagrima rodó por mis mejillas, intenteocultarme, pero una mano de Edward levanto mi rostro y limpio aquellamelancólica lagrima, ¿Qué era lo que había en sus ojos?, ¿Pena?, ¿Dolor?,¿Tristeza?