Deseos Compartidos

Capítulo 24

Había pasado una semana desde el día que salí a montar, una semana muy divertida ya que Alice se había recuperado y venía con más pilas que nunca, toda la semana planifico cualquier evento para entretenernos y funcionaba, tarde que temprano Esme se incluía, Jasper se encontraba merodeando siempre, supongo que tenía órdenes de mi exquisito marido.

-¿Y no sabes a dónde fue? – Me pregunto Alice ayudándome a arreglar el jardín interior, me quede pensativa.

-No... Ni se cuándo vuelve – Dije mirando los pétalos de aquella pequeña flor que intentaba arreglar.

-Dijo que en un par de meses, ¿No? – Me encogí de hombros - ¿Le tienes miedo? – Pregunto de pronto, me quede congelada por un instante, aquella pregunta resonó en mi mente, cada fibra de mi cuerpo se estremeció, ¿Miedo?, ¿Le tenía miedo a Jacob? - ¿Bella? – Pregunto Alice tocando mi hombro – Te pusiste pálida – Dijo mirándome preocupada, sonreí ausente, reí.

-¿Por qué preguntas eso? – Dije movilizándome más rápido.

-Mi madre me platica mucho sobre mi padre y como era él, mi hermano también, dice que él era muy cariñoso, nos amaba con todo su corazón – La mire confundida.

-¿No conociste a tu padre? – Pregunte con tristeza, ella negó mientras arrancaba delicadamente las hojas secas de un arbusto con pequeñas flores moradas.

-No, solo en fotografías y la gente me habla mucho de él – Sonreí.

-¿Cómo se llamaba? – Pregunte.

-Carlisle – Dijo con una enorme sonrisa en sus labios – Y la pregunta venia porque... Te veo a ti y tu matrimonio y me asusta... - Dijo mirándome con tristeza, yo solo me volví a enredar en mis pensamientos y murmure.

-Alice... - Susurre – Sin importar que tan mala sea mi situación o la situación de otras personas, quiero que sepas que el amor existe... No para mí... Pero existe – Reí con desgane y un nudo se formó en mi garganta – Mi matrimonio es un asco... Pero créeme que el amor existe y debe ser hermoso – Dije mientras me ponía de pie – Nos vemos – Dije despeinando su bonito cabello y comencé a caminar fuera de la casa – Hermoso – Susurre para mí misma y solté a reír – Debe de ser muy hermoso – Y solté a correr con desesperación, una euforia recorría mi cuerpo entero, aun la pregunta que Alice me había planteado aun resonaba en mi cabeza, ¿Miedo?, no tenía miedo a Jacob, le tenía pánico, pánico era poco, me adentre en el bosque y continúe corriendo hasta que el aire me falto en los pulmones, me coloque en cuclillas y recargue mi espalda en un árbol.

En mi mente pasaba la noche de bodas, escuchaba como mi ropa era desgarrada por sus manos, o como sus manos aprisionaban mis muñecas y aun sentía el ardor en mis mejillas de las bofetadas que recibí, después solo un dolor recorrió todo mi cuerpo y al despertar solo quería morirme, estuve dentro de la ducha horas intentando limpiar toda la porquería que sentía encima, pero jamás logre quitármela. Después de esa noche la forma en como miraba el mundo cambió radicalmente.

-¿Qué haces aquí? – Aquella voz me hizo dar un grito y caer de cara al suelo, sentí dolor en mi nariz y frente, sentí sus manos en mis brazos – Perdón – Dijo Edward apartando mi cabello del rostro, solo me limite a mirarlo, tenía el ceño fruncido y parecía muy preocupado, coloco su mano en mi mentón y me miro – Discúlpame, te hiciste daño por mi culpa – Lo mire atentamente, me miro - ¿Estas bien? – Dijo sacando un pañuelo de su chaqueta y comenzó a limpiar alguna herida que tenía - ¿Bella? – Pregunto aun limpiando mi rostro con el pañuelo, sentí una gran nostalgia invadirme entera, lo mire.

-P-Puedo abrazarte – Pedí con voz quebrada, no espere a su respuesta y me abrace a él con fuerza y comencé a llorar, a llorar con dolor, con rabia, rencor, impotencia, un grito salió entre mis dientes, de pronto sentí sus brazos rodearme entera, coloco su mano en mi cabeza y acaricio mi cabello intentando tranquilizarme.

-Tranquila – Susurro mientras yo escondía mi rostro.