Capítulo 63

122 16 1
                                    


Cada fibra nerviosa de mi cuerpo estaba en shock, ¿Casarnos?, aquella pequeña palabra... Entre nosotros habían un sinfín de cosas, sentimientos, conexión, pasión y entrega, pero... ¿Casarnos?, yo no era una mujer pura, mi vida había sido marcada por él y a pesar que solo uso mi cuerpo, no podía evitar sentir mi alma usada y desechada como basura, pero... Edward era diferente, lo era en verdad, él había sido mi protector, mi amigo, mi paño de lágrimas, mi amor, mi verdadero amor y aquel que me enseño que el amor si existe en la vida y que es hermoso, que es latente y que sobre todo te impulsa a vivir, a cambiar, a aceptar... Lo era todo para mí, pero... Tenía miedo, mis fantasmas estaban allí y estarían allí por no sé cuánto tiempo.

Me había apartado del resto en cuanto llegamos a la hacienda, quería estar sola, pensar, razonar, pero no encontraba una salida en esta callejón.

-Ya me contaron la buena nueva – Dijo Rosalie a mis espaldas haciéndome sobresaltar, voltee a verla, sonreía – ¡Me alegra saber que pronto serás libre para ser feliz! – Dijo caminando hacia mí y colocando sus manos en mis hombros, me miro y su sonrisa se borró - ¿Por qué esa cara? – Pregunto con voz seria.

-Rosalie... - No sabía cómo abordar aquel tema, ella me miro atenta – Yo... No soy una mujer que... - Me miro atenta de nuevo – Tú me entiendes – Dije abrazándome a mí misma.

-Mmm... - Dijo de forma afirmativa – Te entiendo – Susurro, comencé a caminar y la escuche venir detrás de mí.

-Yo me siento estúpida intentando pretender que tenga otra oportunidad... Yo soy una mujer... - Rosalie me interrumpió – Edward... Yo... No... - Golpee mi frente con mi mano.

-Estas dándole demasiadas vueltas, ¿Le amas?, ¿Tu amas a Edward?, porque no sé si te has dado cuenta, pero él te mira como un regalo de la vida, desde que conozco a Edward siempre he pensado que es un hombre frió, distante, pero cuando está contigo es diferente, parece humano, espontaneo, parece tener un corazón en lugar de un tempano de hielo, ¿No sé si me comprendes? – Dijo colocando un dedo en su mentón – Cuando un hombre ama Bella, se muestra tal cuál es y no tiene ojos más que para el objeto de su cariño, en este caso tú y si me preguntas como lo se... Lo veo cada día en mi esposo – Dijo sonriendo tan ampliamente que no la reconocí, parecía otra – A Edward no le interesa tu cuerpo, ni las cicatrices que puedas tener en el – Dijo colocando un mechón de cabello detrás de mi oreja – Le interesa esto – Dijo apuntando en donde estaba mi corazón – Y esto – Dijo golpeando mi frente – Y serias una reverenda y total estúpida si lo dejas ir, por estúpidos prejuicios y esas sandeces de las que tanto balbuceas... Olvídate de eso Bella – Dijo caminando frente a mí, me quede allí parada pensando en sus palabras, una parte de mi quería tomar aquellas palabras y otra parte aún estaba hecha un ovillo en un rincón.

-Un beso por tus pensamientos – Susurro Edward en mi oído, di un pequeño respingo, me aleje nerviosa.

-No... No... - Susurre alejándome un par de pasos mientras caminaba de espalda – Digo... - Sacudí mi cabeza – No pienso en nada – Me miro confundido.

-¿Estas bien? – Pregunto con preocupación, ascendí - ¿Entonces por qué te vas? – No me había percatado que estaba alejándome y que él venía detrás de mí.

-Solo... Solo... - Me di la vuelta y apreté mis manos, salí corriendo.

-¡Bella! – Lo escuche gritar, pero aun así continúe corriendo, no quería verlo, no ahora... Tenía que pensar, reflexionar y verlo no me ayudaría en nada, solo perdería la noción de la poca lógica que pudiera tener en mi cabeza.

Me quede debajo de un apartado árbol, recargada en su tronco, miraba a las personas trabajar y pasar de un lado a otro, uno que otro saludaba y yo solo podía sonreír.

Bien... Soy una mujer divorciada, enamorada del primo de mi ex marido y él me corresponde amorosamente, pero quizá él no sabía en lo que se estaba metiendo. Amaba a ese hombre con todo mí ser, pero tenía miedo a que me rechazara, que al pasar de los años se diera cuenta que yo no era la mujer para él, no lo soportaría, no podría vivir con ese miedo, no... No con su rechazo... No podría.

-¿Por qué huyes? – Su voz me golpeo tan fuerte que las lágrimas brotaron por si solas sin necesidad de yo provocarlas, lo escuche acercarse, estaba agitado, me había estado buscado - ¿Qué pasa? – Pregunto, lo sentí cerca de mí, quizá se había puesto en cuclillas frente a mí – Mi amor... Mírame – Pidió en tono suplicante – Por favor – Su voz sonaba angustiada, levante mi cabeza lentamente y me encontré con sus ojos - ¿Qué pasa? – Pregunto de nuevo - ¿Por qué lloras? – Limpio mis lágrimas con sus dedos, un mohín salió de mis labios e intente ocultar mi rostro de nuevo, pero él lo evito – Mi amor... - Cerré mis ojos fuertemente.

-Edward... - Su nombre salió como un susurro – Tengo miedo... - Dije colocando mis manos en su rostro – Tengo miedo a que me rechaces... Que algún día te des cuenta que no valgo la pena para ti y yo... Yo no podría vivir con eso... Yo... - Me interrumpió con un beso, un pequeño beso, solo presiono sus labios contra los míos, me miro a los ojos, me miraba suplicante.

-Bella... Te amo – Susurro casi contra mis labios – No podría vivir sin ti, te has vuelto una necesidad para mí, te necesito en mi vida a cada instante, a cada momento – Beso mis labios – Quiero dormir a tu lado, despertar a tu lado, reír, llorar... Eres mi mundo – Susurro aferrándose a mí - ¿No te lo he demostrado? – Pregunto dedicándome una sonrisa melancólica.

-Si... Pero tengo miedo que algún día me mires... Y tú te arrepientas de tenerme a tu lado y yo... - Acaricio mi rostro.

-Mujer... Te has vuelto en algo especial para mí, quiero que te cases conmigo, te quiero a mi lado siempre, acaso tu... - Me arrodille ante él, aun con mis manos en su rostro.

-No puedo vivir sin ti... - Dije colocando mi frente contra sus labios, me abrazo fuertemente.

-Te amo – Susurro –Escúchame – Pidió haciendo que lo mirara – Recuerda esto... Eres todo para mí, nolo olvides, no temas de mi – Sonrió mirándome al rostro - ¿Qué no me conoces? –Dijo despeinando mi cabello – Si no me conoces te mostrare quien soy y si ya meconoces te reafirmare lo que ya sabes de mí y principalmente es que te amo –Reí aun con lágrimas en los ojos – Me abrazo fuertemente, tanto que se medificultaba respirar, pero aun así, sin poder respirar, sin poder moverme, nome apartaría de él, no lo haría de ninguna forma.    

Deseos CompartidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora