Deseos Compartidos

Capítulo 64

-Entonces... - Dijo Alice haciendo un mohín, no podía creer que le durara tanto la idea de que Edward y yo nos casaríamos tan pronto, me tenía nerviosa.

-Alice por favor – Dije saliendo de nuestra habitación, intentaba escapar de ella, pero eso era algo imposible, venía detrás de mí con una energía imparable.

-¿No hablaron de eso? – Pregunto tan cerca que me erizo los vellos del cuerpo, comenzaba a exasperarme de verdad.

-Alice... - Ella me interrumpió parándome.

-Hace un mes y medio que fue el juicio para la solicitud de tu divorcio y hace medio mes recibiste la notificación que eres una mujer libre, ¿No vas a contarme que en todo el tiempo en el que Edward y tu pasean por la hacienda o cabalgan por allí o andan charlando animados no han hablado de eso? – Solté un suspiro e intente evitar su mirada, por supuesto que habíamos hablado de eso y en más de una ocasión, ambos teníamos muchos deseos.

-Alice... - Hizo un enorme mohín con su labio y se cruzó de brazos – Ok... - Dije colocando mis manos en sus hombros y colocándome un poco a su altura – Si hemos hablado de ello y deseamos hacerlo pronto, pero por el momento tenemos muchos problemas – Dije sonriendo con melancolía, Alice pareció comprender a lo que me refería, Edward se encontraba desesperado por salir de la haciendo que los McCarthy, a pesar de que Emmett cada día le recordaba que siempre estaría el como amigo y Rosalie reiteraba su amistad cada que tenía tiempo, sin embargo Edward se desesperaba mucho y todos junto con él.

-Entiendo – Susurro Alice entristeciendo su rostro – Pero espero... - Dijo Colocando sus manos detrás de su nuca – Que pronto se casen, tengo muchas ganas de que seas mi hermana oficialmente... - Dijo tomando mis manos de pronto – Que estemos en nuestra casa todos juntos, felices... ¡Tener bonitos sobrinitos! – Solté a reír y mis mejillas ardieron involuntariamente, de pronto se fue dando saltitos y diciendo un conjunto de cosas que no pude comprender, solté un suspiro, me abrace a mí misma y mordí mi labio inferior.

De pronto sentí sus manos abrazarme por la espalda, sonreí, me aprisiono contra su pecho y deposito un suave beso en mi cabeza, escondió su rostro en mi cuello.

-Te extrañe – Susurro provocando que mi piel se erizara.

-Nos vimos esta mañana – Le recordé colocando mis manos encima de las suyas.

-Lo se... - Dijo depositando otro suave beso, pero esta vez en mi cuello, me estremecí, él soltó un par de risas.

-¿Lo haces apropósito? – Ascendió y volvió a depositar otro beso en mi cuello, solté un suspiro -E-Es... - Beso de nuevo mi cuello, cada fibra nerviosa de mi cuerpo se sensibilizo totalmente, apreté sus manos.

-No tengas miedo... - Dijo en un susurro, me hizo girar para quedar frente a él, coloque mis manos en su cuello – Todo estará bien, lo prometo – Susurro, antes de que me apresurara a besarlo, me correspondió inmediatamente, sus brazos me apretaron contra él, aquella sensación de estar entre sus brazos sentir viva, feliz, deseosa del momento, deseosa del mañana, del futuro, deseosa de cada experiencia que pudiera traerme la vida, estaba feliz, enamorada, extasiada de todos los sentimientos nuevos y los cuales me encantaban sentir.

Poco a poco sus brazos, sus labios, su calor me hacían olvidar mi pasado y solo me hacían dirigirme al presente, un presente que era prometedor, que me deparaba solo cosas buenas y sobre todo, me deparaba una vida entera a su lado, lo amaba con todo mi ser, era algo infinito, algo que no podía medir con palabras, que no podía darle sentido con palabras, solo podía sentirlo e intentar definirlo con dos palabras que me estaban pareciendo castas.