Esme, Alice y yo estábamos sentadas mirando en una misma dirección, aunque Edward estaba perdido en sus pensamientos o quizá solo intentaba pensar en cómo decir las cosas.
-Hijo me estas preocupando – Dijo Esme, haciendo que Edward nos mirará, soltó un largo suspiro y se sentó frente a nosotras.
-Bien... - Dijo aclarando su garganta – Los bienes de mi padre ya están en nuestro poder... - Dijo mirando a Esme quien soltó un sollozo apenas audible sin embargo fue notorio para mis oídos.
-¡Que buena noticia! – Dijo Alice emocionada y soltando aplausos, pero de pronto freno - ¿Y por qué tienes esa cara? – La mirada de Edward se posó en mí y paso a su madre.
-Alice, cariño... Puedes por favor ir con Rosalie a la cocina – Alice rodo los ojos y soltó un suspiro antes de irse, hubo un silencio hasta que nadie escucho sus pasos - ¿Qué es lo que pasa? – Soltó un suspiro.
-Debemos tomar posesión – Dijo mirándome, entonces comprendí sus palabras, estaba preocupado, por lo que esa casa significaba para mí y para ellos mismos, hubo un largo silencio.
-Tomar posesión – Dijo Esme en un murmullo apenas audible, mordí mi labio inferior.
-Sé que es difícil... Pero es por lo que mi padre trabajo hasta su muerte... - Dijo Edward en un murmullo lleno dolor – Yo... No quiero obligarlas a ir allí – Me puse de pie.
-Esa no es mi decisión – Edward también se puso de pie.
-Es decisión de la familia Bella... - Lo mire – Eres parte de esta familia mi vida – Mire a Esme, ella me sonrió confirmando lo que Edward decía.
-No creo tener derecho a eso... - Tomo mis manos y le planto un beso a cada una.
-Tienes derecho a todo... - Sonreí – Debemos de saber qué es lo que haremos... Quiero que me digan que hacer – Dijo Edward invitándome a sentar a su lado.
Creo que Esme estaba entre la espada y la pared, por supuesto, allí mismo habían nacido sus hijos, habían crecido hasta el punto de su adultez y adolescencia, su vida estaba en esa hacienda y yo, yo recordaba dolor de esas paredes, golpes, soledad, pero también recordaba el amor, la felicidad, el calor de un hogar.
-Yo volveré allí con muchísimo gusto – Dijo Esme girando su anillo en sus dedo – Mi esposo, mis hijos... Mi vida está allí, lo que decidas estará bien hijo mío – Se puso de pie y salió del salón, Edward pasó su brazo alrededor de mi cintura. Mi cuerpo se relajó a su lado, creo que él no sabía que decir con exactitud, recargue mi cabeza contra su hombro y solté un suspiro.
-¿No te alejaras de mí nunca? – Pregunte, él acaricio los dedos de mi mano.
-Nunca... Es una promesa... - Sonreí y solté un suspiro.
-Entonces tú decides, iré a donde tu vayas, solo no me dejes sola... - Asintió, después otro silencio, pero este era un silencio como los de antes, incomodo, algo quería decirme - ¿Qué pasa?, ¿Qué es lo que quieres decirme? – Pregunte acurrucándome más a su lado, podía imaginarme lo que quería decirme, Rene y Charlie.
-Me conoces muy bien – Dijo en un susurro, sonreí, soltó un suspiro.
-Solo suéltalo – Dije animándolo, de nuevo soltó un suspiro y me alejo para verme.
-Los señores Swan... - Dijo en un murmullo apenas audible, entonces un peso se sentó en mi estómago, me puse de pie.
-No... No... No... - Dije tapando mis oídos – No quiero hablar de eso... - Sentí sus manos colocarse encima de las mías, las aparto de mis oídos.
-Quieren verte, hablar contigo... Rene... - Lo interrumpí.
-No quiero discutir contigo... - Dije mirándolo directo a los ojos – No toques ese tema Edward... Saldremos perdiendo – Aparte mis manos de las suyas y salí del salón.
Ese era un tema que no quería hablar, ni siquiera pensarlo, toda mi vida había imaginado a mis padres sin rostro, sin una voz, sin un olor, siempre los añore, pero en mis noches donde no soportaba mi soledad, donde el dolor me invadía, los odiaba, albergaba un odio que no era humano... Y ahora... Saber que mi odio era infundado y que todo aquel dolor por estar sin ellos había sido provocado por simple maldad humana, era extraño, era algo que no podía procesar bien.
No sé cuánto tiempo pase sentada en la orilla de mi cama mirando algún punto muerto de mi habitación, tenía unos padres, una madre amorosa y con el dolor marcado en cada facción de su rostro por la pérdida de su hija... Un padre que vivía solamente para aliviar el dolor de su esposa y reencontrar a su hija perdida... Y aquí estaba, sentada hecha un ovillo de pensamientos.
-Ufff... - Dije colocando mis manos en mi cabeza apretándola fuertemente, me deje caer de espaldas a la cama y extendí mis brazos, aun no podía creer que aquellas palabras tan frías hallasen salido de mi boca hacia Edward, apreté mis ojos fuertemente y coloque mis manos en mi cara, necesitaba verle, hablar con él, pedirle disculpas, pero, ¿Qué podía decirle? – La verdad Bella... Que te sientes acorralada, hecha un nudo de pensamientos... Que... - Solté un suspiro cansado, me puse de pie y me dirigí a la puerta, abrí la puerta y él estaba parado allí con su mano preparada para tocar, se sorprendió al verme.
-Bella... - Dijo rápidamente, negué con la cabeza, me recargue en el portal de la puerta y solté un largo suspiro.
-Toda mi vida... Al menos hasta ayer... Mis padres no tenían rostro... No había nada y los odie... Los odie por todo lo que me había pasado, me era más sencillo odiarlos... Ahora... Yo... - Apreté mis dientes fuertemente – Yo no sé qué hacer, yo... Estoy confundida, solo... No quiero hablar de ello... Yo... No sé cómo procesarlo, sé que solo procuras lo mejor... - Soltó un suspiro – Perdón por... Mis palabras de antes, yo... No quería... - Apretó mis dedos delicadamente.
-Lo comprendo – Susurro
-Solo necesito tiempo... - Dije en un susurro, él ascendió.
-Descuida – Dijo besando mi mano.
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Deseos Compartidos
Fanfiction¿Vivir o morir?, decisiones, decisiones... Decisiones y más decisiones, solo una podría cambiar por completo el curso de tu vida, cambiar todo tu mundo, quisiera yo poder tomar una decisión y poder cambiar el calvario que es mi vida. Cuando escogí...