Deseos Compartidos

Capítulo 73

Capítulo 73

Narra Edward

-Las cosechas están yendo de maravilla, el agua no escasea, tenemos agua suficiente y de sobra para los animales y para lo que necesitemos – Dijo John entusiasmado, asentí.

-Necesitamos ahorrarla aun así, por favor encárgate de ello y avísame si necesitas algo más – John asintió.

-Entonces me voy a mis labores señor – Asentí, me adentre en la casa, estaba cansado, había pasado la mañana revisando las cosechas y planeando la seguridad junto a John, a todos parecía darles justo que hubiéramos vuelto como dueños, me hacía sentir bien, éramos apreciados, me deje caer en el sofá, estaba agotado, cerré mis ojos y solté un suspiro.

-Te vez cansado hijo – Asentí.

-Ha habido muchos asuntos pendientes – Dije inclinándome hacia enfrente y colocando los codos en mis rodillas – Pero estoy bien, ¿Y Bella?, ¿Alice? – Pregunte, mi madre sonrió.

-Alice esta con Bella y están enfrascadas en una interesante discusión – Reí.

-¿Discusión? – Asintió.

-Tu hermana asegura que ustedes guardan un secreto – Reí, ella me miro - ¿Y es así? – La mire.

-Le he dado el anillo de compromiso a Bella... - Mi madre sonrió ampliamente.

-¿De verdad? – Asentí, mi madre se sentó a mi lado y me abrazo fuertemente - ¡Que hermosa noticia!, ¿Y están de acuerdo en una fecha?, ¿Por qué no me lo dijeron antes? – Solté a reír.

-Si en un mes la boda civil... Y no te lo habíamos dicho porque apenas ayer lo decidimos – Parecía haberle caído muy bien la noticia.

-¿Y... sus padres? – Pregunto con preocupación.

-No sé qué decirle – Dije pasando mis manos por mi cabello, me encogí de hombros.

-¿Quieres que hable con ella? – Sonreí.

-Solo si el tema sale a relucir... Si no... - Me encogí de nuevo de hombros, ella asintió.

-¿Estas feliz hijo? – Creo que mi sonrisa lo dijo todo, porque ella rio animada – Me alegra... Me alegra muchísimo... Depuse de todo lo que hemos pasado y vivido... - Ella coloco una mano en mi hombro – Es bueno verte al fin relajado, feliz... Jovial – Coloque mi mano encima de la suya.

-Es la mujer de mi vida... - Dije en un susurro, ella me dedico una sonrisa tranquilizadora y conciliadora, de pronto risas se escuchaban, venían hacia nosotros, eran ellas.

-Hermanito – Dijo Alice caminando hacia nosotros animadamente – Mamá – Saludo educada, Bella me dedico una sonrisa.

-¿Dónde han estado? – Pregunto mi madre animada.

-Alice quería caminar por allí – Dijo Bella mirándola con ternura.

-¿Le has contado? – Pregunte curioso, ella negó con la cabeza, extendí mi mano hacia ella, la tomo tímidamente.

-¿Contarme qué? – Dijo Alice ansiosa por saber.

-Bueno... - Dije pasando mi brazo por los hombros de Bella.

-¿Qué pasa? – Pregunto Alice de nuevo, mi madre soltó a reír y Bella tras ella.

-En un mes Bella y yo nos casaremos – Dije mirando a Bella, ella recargo su cabeza en mi hombro, Alice se quedó quieta.

-¡Ah! – Chillo de pronto sobresaltándonos, soltamos a reír - ¿¡De verdad!? – Bella asintió y mostro el anillo en su dedo, provocando que Alice gritara más, mi madre rio contenta – Tenemos muchas cosas que hacer entonces – Dijo mirándonos a todos, mi madre asintió.

-Muchísimas cosas – Dijo Bella confirmando.

-Señor – Aquellos me sobresalto.

-¿Qué pasa? – Pregunte mirándolo.

-Tiene visitas – Dijo cerio.

-¿Quién? – Pregunte mirándolas a todas extrañado.

-El señor y la señora Swan – Dijo haciendo que Bella se pusiera de pie de forma automática, me miro, solté un suspiro.

-Alice cariño, vamos a preparar bocadillos – Dijo mi madre poniéndose de pie y tomando a Alice de la mano y llevándosela con ella.

-¿Qué les digo señor? – Pregunto, asentí.

-En un momento voy – Quedamos solos, ella en silencio y yo observándola.

-Tu... - Negué con la cabeza antes de que prosiguiera – No... - Susurre de nuevo.

-Yo... - Solté un suspiro.

-¿No quieres verlos? – Pregunte, ella me miro - ¿Hacerles preguntas? – Ella mordió su labio inferior, se encogió de hombros – Te esperan – Dije mirándola, golpeo con su pie el suelo – Bella querida... - Ella volteo a verme, su ceño estaba triste – Debes hablar con ellos... No desearías que ellos estuvieran contigo en nuestra boda – Ella soltó un suspiro.

-¿Y qué les digo? – Sonreí, me puse de pie y le di un beso en la frente.

-Abre tu mente – Dije acomodando un mechón de cabello - Tu corazón – Dije colocando mi mano encima de su pecho, ella asintió, aunque su rostro me lo decía todo, no estaba del todo convencida - ¿A que tienes miedo? – Pregunte colocando mis manos en su cintura.

-A no caerles bien... A... A que se decepcionen de mí... - Dijo ocultando su rostro, sonreí.

-Te aman... - Le recordé haciendo que me mirara - ¿Lista? – Pregunte acariciando su mentón, ella suspiro y asintió repetidas veces.

-No – Dijo de pronto – No... Espera... Si – Dijo haciendo que riera, negué con la cabeza.

-Está bien... - Susurre dándole un pequeño beso en sus labios, ella me sonrió, estaba llena de pánico.

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Narra Bella

Estaba asustada, mi mente no podía pensar claramente, sin embargo era hora de verlos, enfrentar las cosas, Edward había ido por ellos, yo estaba parada dándole la espalda a la entada principal, de pronto escuche sus pasos, cerré mis ojos fuertemente y solté un suspiro.

-Isabella – Me estremecí ante aquel nombre, lo mencionaba Rene con su voz cortada, no me anime a dar la cara, ya me encontraba llorando, limpie mis lágrimas imperceptiblemente.

-Es...Es un nombre extraño – Reconocí y asentí, me di la vuelta y mis ojos los miraron a ambos – Hola... - Susurre intentando no mirarlos a los ojos, Edward me sonrió.

-Los dejo solos... - Dijo mirándome para estar seguro, asentí, él partió del lugar.

-Era el nombre de tu abuela – Dijo mi padre sin despegar sus ojos de mí, sonreí, mi abuela.

-Así que tengo una abuela – Dije sonriendo, mi padre negó con la cabeza.

-Murió al poco tiempo de... Que desapareciste – Una lagrima rodo por mi mejilla apresurada.

-Lo... Lo siento... - Dije mirando a mi papá, quien tenía a mi madre rodeada con sus brazos, ella me miraba anhelante. Hubo silencio – Quiero pedirles disculpas... Por... La espera... ¿Quieren sentarse? – No tenía ni idea de cómo abordar esto, ella me miro, se soltó del abrazo de su esposo y se acercó a mi lentamente, éramos de la misma altura, nos miramos a los ojos, parecía querer decir algo, pero en cambio me rodeo con sus brazos, estaba llorando, sus lágrimas laceraban mi corazón, mi alma, la abrace fuertemente y escondí mi rostro entre su cuello y él se unió después, nos abrazó a las dos fuertemente.

-Mi niña... Mi pequeña y hermosa niña – Dijo mi madre mientras acariciaba mi cabello – Cuanto te he extrañado – Me aferre a ella con fuerza y a mi padre quien besaba mi cabeza con ternura. No había palabras en mi garganta, solo sollozos y una felicidad enorme, algo que no podía explicar, mi familia... No había sido abandonada, me habían estado buscando todo este tiempo.

-Mi pequeña niña... - Dijo él haciendo que riera.

-Papá... Mamá.... – Aquellas palabras me sonaban dulces, agloria.