#32

33 2 0
                                    

Quieres dejar de mirar, pero no puedes hacerlo.

Por más que desees apartar tu vista del atroz espectáculo que te está siendo mostrado, no lo consigues, sino que permaneces con toda tu atención fija en la diabólica película proyectada en la pared... Así es como presencias el horror que sigue a continuación, luego de que aquel ser demoníaco ha terminado de devorar los restos de aquel infante no nacido: Numerosas figuras encapuchadas aparecen entonces, formando un semicírculo alrededor de la mujer de cabellos negros y la bestia semejante a un macho cabrío.

Uno de los encapuchados despoja a la mujer de sus vestiduras, y ella se recuesta desnuda en medio de aquella multitud tenebrosa... Su cuerpo es blanco, blanquísimo, casi como si estuviera hecho de mármol y mientras contemplas como se acaricia los pechos y su área genital, sientes un ligero estremecimiento dentro de tu alma, casi como el mero hecho de visionar una escena semejante fuese el más horrible pecado que alguna vez hubieses podido cometer.

En silencio y sin pestañear siquiera observas como esa mujer empieza a tener relaciones sexuales con el híbrido demoníaco, cuyo monstruoso miembro viril deforme parece hacerle daño en plena consumación de tan abominable acto, percatándote tú de como la blanca piel de la infortunada mujer ha empezado a teñirse con abundante sangre que brota de su vagina al sufrir tan satánica penetración.

Ella gime, y en sus gemidos parecen mezclarse de forma enfermiza el placer con la agonía. En un momento dado, casi tienes la impresión de que la mujer mirase hacia tu dirección, casi como si ella pudiese verte durante esos momentos...

El sitio donde ocurre tan espantoso ritual es de pronto iluminado por un infernal resplandor escarlata, el cual parece sumir a los encapuchados en un éxtasis blasfemo...Su tenebrosa ceremoniosidad es de pronto hecha a un lado, empezando a masturbarse y a quitarse sus túnicas, dejando a la vista sus horripilantes cuerpos, repletos de purulentas excrecencias tumefactas.

Una infernalmente grotesca orgía se da entonces, durante la cual toda clase de abominables perversiones se desatan ante tus ojos, dejándote al borde del delirio. Son tan inhumanamente repulsivas las escenas proyectadas en la pared que ya no eres capaz de contener las náuseas y terminas vomitando copiosamente en el suelo del recinto.

Lee la parte #33.

Lee la parte #33

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Diablo está en tu casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora