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Presa del miedo, tu primera reacción es la de atacar, valiéndote así del cuchillo que llevas en la mano para cortarle el cuello a la persona que ha aparecido detrás de ti.

Para cuando te das cuenta de que se trataba de tu hermana menor Ana Lucía, es demasiado tarde: Tu hermana menor yace muerta sobre el pasillo, degollada por su propio hermano.

Tú estás horrorizado por lo que acabas de hacer, y empiezas a sollozar con desesperación al tiempo que le pides perdón a tu hermana, quedándote así por un buen rato, hasta que empiezas a percatarte de una risita burlona que se escucha a tu lado...

¡La risa proviene del cadáver!

Ana Lucía se levanta entonces, estallando en carcajadas demenciales, para luego darte un violentísimo empujón que te hace rodar por las escaleras hasta la planta inferior.

— ¿Quieres que te perdone? —pregunta ella, mientras observa con sorna como es que vas cayendo—. ¡TÚ NUNCA SERÁS PERDONADO! ¡Y AHORA ARDERÁS EN EL INFIERNO ETERNAMENTE!

Acto seguido, ella empieza a arrancarse el rostro y el cuerpo por pedazos, hasta convertirse en una bestia de aspecto demoníaco, la cual se abalanza sobre ti, aplastando tu cráneo de un pisotón. Una vez tus sesos quedan desperdigados por el piso, ella te abre el estómago dejando a la vista tus intestinos y empieza a saciar su hambre con tus restos.

FIN

FIN

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El Diablo está en tu casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora