Tú y el ser con apariencia de feto se dirigen entonces a la sala, al tiempo que toda la casa empieza a sacudirse nuevamente, esta vez con mucha más violencia que antes. Abundante pus y líquidos sanguinolentos brotan a borbotones de las paredes, empantanando cada rincón.
En la huida, tú adviertes la aparición de numerosas manos y caras emergiendo de las puertas y ventanas cercanas... Algunos de esos rostros te llaman por tu nombre, hablando con la voz de tu padre, tu madre y tu hermana menor: "No te vayas... ¡No te vayas por favor!"
—No los escuches... —se apresura en advertirte el feto al que diste de beber tu sangre—. El mal que se ha adueñado de esta casa hará cualquier cosa con tal de mantenerte prisionero aquí...
— ¡No nos abandones! ¡NO NOS ABANDONES! —vociferan de forma desgarradora los rostros de las paredes.
Nunca antes en tu vida has escuchado palabras pronunciadas con tal desolación, pero en cuanto las paredes del cuarto de tus padres se abren y ves de dicho lugar emerger a una gigantesca monstruosidad con cabeza de cabra y seis alas negras en la espalda, eres por fin capaz de entender que las advertencias de tu compañero eran ciertas, por lo que decides huir con él.
— ¡NO! ¡MISERABLE BASTARDO! ¡NO TIENES DERECHO A DEJAR ESTE LUGAR! —gritan al unísono los rostros de las paredes, no bien les das la espalda.
—Vamos... ¿Qué estás esperando? —preguntas entonces al ser con aspecto de feto —. ¡Sácanos de aquí!
Por su parte dicha criatura no ha cesado de acariciar una protuberancia que sobresale de uno de los rincones de la sala, susurrándole una serie de murmullos casi inaudibles. Por fin, la protuberancia se abre, y el ser te indica que tú debes a su interior, en donde no puede verse más que la obscuridad más absoluta.
No estás muy seguro de querer hacer tal cosa, pero no tienes opción. En cuanto el demonio que ha emergido del cuarto de tus padres termina de descender las escaleras, tú saltas hacia el vacío...
« ¡TÚ ERES MÍO PARA SIEMPRE, BASTARDO! ¡NUNCA PODRÁS ESCAPAR DE MÍ! ¡NUNCA!» brama totalmente fuera de sí una voz que proveniente del otro lado.
Lee la parte #62.
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El Diablo está en tu casa
HorrorEs al parecer una madrugada como cualquier otra... Acabas de despertar de una horripilante pesadilla, sintiéndote aliviado de que el horror que presenciaste no fuera nada más que simples imaginaciones tuyas... Y sin embargo.... Sin embargo hay algo...