#43

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En cuanto recobras los sentidos, descubres que estás en un recinto húmedo y mohoso, donde solamente alcanzas a distinguir una mesa con un viejo proyector cinematográfico dispuesto sobre la misma.

¿Qué rayos es esta habitación? ¿Sigues estando dentro de tu casa?

Una rápida exploración al lugar te permite darte cuenta de que no hay ninguna vía de escape disponible: Ninguna puerta o ventana... Tan sólo cuatro frías grises y herrumbroso un cielo raso.

La angustia de saberte atrapado en un sitio desconocido no tarda en hacerte su presa, pero antes de que termines cediendo al pánico, algo inesperado sucede: El proyector cinematográfico se ha encendido sin que tú hayas accionado el mecanismo correspondiente, mostrándose en una de las paredes una enigmática serie de imágenes que tú no alcanzas a comprender con claridad: Lo primero son una serie de símbolos rojos de aspecto arcano que desfilan uno tras otro sobre un fondo negro, estando su sucesión acompañada por un terrorífico cántico pronunciado en un idioma desconocido.

Luego, la imagen cambia repentinamente, mostrándose en la pared el rostro en primer plano de una hermosísima mujer de pelo negro vestida con una túnica: Ella lleva en sus brazos un bebé cuyo cuerpo está en vuelto en un manto rojo, el cual te impide ver claramente su rostro.

La mujer deja al bebé sobre un altar de piedra, y al apartar el manto del cuerpo del bebé, descubres que se trata en realidad de un feto cubierto de sangre, el cual parece estar en avanzado estado de descomposición.

Una gigantesca sombra aparece detrás del altar...Se trata de un horripilante hibrido de hombre y cabra, el cual toma en sus manos el feto y...

Oh Dios...

Esa bestia ha empezado a comérselo por pedazos...

Lee la parte #32.

El Diablo está en tu casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora