#67

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Revisas el cajón de tu mesa noche, buscando baterías nuevas para tu despertador. No encuentras ninguna.

Fastidiado, te levantas de la cama y empiezas a revisar los cajones de tu armario, pero no encuentras nada que te pueda servir.

"Vaya pérdida de tiempo" piensas para tus adentros, listo para meterte a la cama nuevamente.

Para tu total desconcierto, antes de que vuelvas a dormirte te das cuenta de que el despertador se ha encendido nuevamente, aunque lo que se ve en la pantalla no son números, sino más bien una serie de símbolos extraños...Símbolos que cambian velozmente ante tu confundida mirada, parpadeando sin cesar hasta que finalmente no quedan sino tres marcas diminutas, las cuales por alguna razón te hacen pensar en rostros horribles y deformes, observándote desde otro plano de existencia.

Luego, de un momento a otro, la pantalla queda vacía...Y en cuanto alzas la vista, distingues claramente a una espantosa figura fuera de tu habitación, observándote fijamente desde el pasillo. Sin embargo, basta un fugaz parpadeo tuyo para que ese terrorífico personaje desaparezca en forma repentina, como si nunca hubiese estado allí en primer lugar.

Pero ni siquiera su desaparición basta para aminorar en lo más mínimo el terror que ha comenzado a invadirte.

Tú estás seguro que tal aparición no fue un simple sueño o alucinación, por mucho que desearías que así fuera...

Dios...

Ese rostro...Ese rostro horrible...

Nunca más quisieras volver a contemplar nada parecido...

Un escalofriante pálpito te invade entonces, dándote la impresión de que aquel personaje de pesadilla podría aparecer nuevamente en cuanto hayas bajado la guardia...

Lee la parte #69.  

  

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El Diablo está en tu casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora