Lo primero que observas es a una mujer de cabellos negros, parada frente a un imponente altar de piedra adornado con las monstruosas efigies de figuras que se te hacen irreconocibles...
Numerosos encapuchados la rodean, entonando al unísono un diabólico cántico, semejante al gruñido feroz de alguna bestia rabiosa...
La mujer deja entonces una pequeña figura envuelta en un manto rojo sobre el altar...Al apartar el manto, descubres que dicha figura es en realidad el cadáver de un bebé no nacido en avanzado estado de descomposición...Unas horripilantes manos monstruosas emergen en seguida de las sombras y levantan al bebé en alto... Son las manos del demonio aparecido en el cuarto de tu hermana, aquel cuyo enorme cuerpo deforme parece estar compuesto por la unión de numerosos cadáveres...
Este maligno ser no tarda en descuartizar los restos del no nacido en cuestión de segundos, y para total revulsión no tarda en engullírselos en un santiamén.
Una vez terminado aquel festín diabólico, la mujer se despoja de sus vestiduras, ofreciéndose al demonio, el cual no tarda en poseerla de una forma tan salvaje, tan atroz que sorprendes que la mujer siga viva luego de haber consumado la diabólica unión.
La luna en el firmamento parece teñirse de un color semejante al de la sangre mientras dura el acto copulador, incitando también a los encapuchados a despojarse de sus hábitos, revelándote así que también ellos son bestias de repugnante aspecto, las cuales empiezan a llevar a cabo la orgía más infernal que pueda concebirse.
Pese a la intensa turbación de tu alma al momento de presenciar semejantes horrores, tú no eres capaz de apartar la vista...Ni siquiera de cerrar tus ojos...Algo en ti quiere seguir mirando, ver que es lo que sucederá a continuación, sin importar lo terrible que sea. Sin embargo, aquel carnaval de horrores se esfuma al cabo de unos cuantos segundos, después de lo cual vuelve a materializarse a tu alrededor la tenebrosa y derruida habitación de tu hermana Ana-Lucía, donde todavía permanece el demonio, manteniendo el mismo gesto burlón que sostuvo al momento de aplastar tus ojos.
—Lo que acabas de presenciar fue la noche de tu concepción... —te explica este repugnante diablo, clavando en ti su mirada perversa—. Esa mujer que se entregó es tu verdadera madre...Ella aceptó volverse una bruja y venderme su alma a cambio de que a ti se te diese la oportunidad de vivir...
— ¿Qué dices? ¿Mi verdadera madre...?
—Y yo soy tu verdadero padre, querido hijo mío... Aquellas personas que tú considerabas tu familia no lo son en realidad...Ellos te encontraron abandonado y te adoptaron, pero jamás habrían podido ser capaces de revelarte tu verdadero destino... ¡Sus débiles mentes humanas nunca podrían saber qué hacer con aquellos que nacieron bajo el signo de la luna escarlata!
Estas palabras no hacen más que confundirte. Todo parece ser parte de una horripilante pesadilla que no tiene cuando acabar...
¿De veras ese ser salido del averno podría ser tu verdadero padre? ¡Da igual lo que hayas visto, simplemente no eres capaz de aceptarlo!
— ¿Acaso dudas de esta revelación? —Te espeta el demonio, adivinando el curso de tus pensamientos—. ¡Poco importa lo que tú creas, pequeño estúpido! ¡Así me rechaces, tú no podrás escapar de tu verdadera naturaleza tarde o temprano!
Y alargando uno de sus monstruosos brazos, esa bestia vuelve a atraparte por el cuello, estrujándolo sin misericordia, bramándote la siguiente orden:
— ¡YA SABES LA VERDAD, AHORA DEBES DECIDIR! ¿ACEPTARÁS O NO EL DESTINO QUE TE HA SIDO PREPARADO? ¡RESPONDE ANTES DE QUE TE ARRANQUE LA CABEZA!
Si la respuesta es «Sí», lee la parte #61.
Si la respuesta es «No», lee la parte #64.
Si no sabes que responder, lee la parte #29.
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El Diablo está en tu casa
HorrorEs al parecer una madrugada como cualquier otra... Acabas de despertar de una horripilante pesadilla, sintiéndote aliviado de que el horror que presenciaste no fuera nada más que simples imaginaciones tuyas... Y sin embargo.... Sin embargo hay algo...