—Yo...Elijo la muerte... — dices.
La tuya ha sido una respuesta inmediata, casi sin pensar.
Tu subconsciente deseaba que toda aquella horrible situación se terminase de una buena vez, y eso es lo que está punto de suceder...
Luego de quedar en silencio por unos breves instantes, el demonio te suelta, y la infernal luz roja que iluminaba el cuarto de tu hermana menor se apaga de repente, dejándote completamente a oscuras.
Tú no sabes que es lo que ocurrirá a continuación, aunque alcanzas a escuchar una risita burlona carcajeándose a la distancia...
Es entonces cuando eres capaz de sentir como es que partes de tu rostro empiezan a desprenderse lentamente, y experimentas una horripilante rigidez en tu piel, al tiempo que todo tu ser se deteriora de forma abominablemente veloz.
Quieres gritar, pero ya no puedes hacerlo: Tus labios se han marchitado en un santiamén y tu boca se ha desprendido del resto de tu cara. Tus ojos se desprenden de sus cuencas y cuando por fin ya no eres capaz de moverte del todo, sientes como si estuvieses prisionero dentro de algún cajón enterrado a varios metros bajo la tierra.
Y tal es la última sensación que alcanzas a experimentar antes de que los chispazos finales de vida se apaguen dentro de ti.
Estás muerto.
FIN
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El Diablo está en tu casa
HorrorEs al parecer una madrugada como cualquier otra... Acabas de despertar de una horripilante pesadilla, sintiéndote aliviado de que el horror que presenciaste no fuera nada más que simples imaginaciones tuyas... Y sin embargo.... Sin embargo hay algo...