#71

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Pese a lo cansado que estás, no consigues conciliar el sueño nuevamente.

¡En fin! Tal vez sea lo mejor. Un nuevo día ya está a punto de empezar, y si te quedases dormido otra vez, es muy probable que termines despertándote fuera de la hora, y ya sabes lo molestos que son tus profesores si te atreves a llegar siquiera un par de minutos tarde a las clases.

Dando un sonoro bostezo, te incorporas de la cama y empiezas a desemperezarte.

Una vez terminados los estiramientos, te diriges al baño ubicado al extremo derecho del pasillo, dispuesto a darte una buena lavada de cara con agua fría, aunque no estás completamente seguro de si ello bastará para despertarte del todo, razón por la cual empiezas a considerar darte una ducha.

Si te das una ducha, lee la parte #72.

Si eliges solamente lavarte la cara, lee la parte #77.

El Diablo está en tu casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora