Para cuando recuperas el conocimiento, en la sala reina el más absoluto de los silencios.
Una débil luz se cuela a través de las cortinas . El día ya ha comenzado.
Te llevas una mano al oído derecho, recordando que tenías la impresión de que estos habían empezado a sangrar antes de que te desmayases. Pero tú no sientes ningún dolor...Ni siquiera la más mínima molestia.
Le diriges una mirada una la radio, la cual sigue estando en el mismo lugar de siempre.
Movido por la curiosidad, decides encenderla nuevamente: Una relajante pieza de música clásica brota de la misma en cuanto sintonizas una estación al azar. En esta oportunidad, los comandos de la radio funcionan normalmente, quedando en completo silencio no bien tú la desenchufas.
De todas formas, el silencio espectral en la casa no deja de producirte inquietud. Quisieras subir al segundo piso de la casa a fin de cerciorarte de que tu familia se encuentra bien, pero no sabes si será prudente aventurarse allá arriba sin estar plenamente seguro de lo que podría pasar.
Al momento de dirigirte hacia las escaleras, pasas por el vestíbulo, percatándote de que ahora se encuentra totalmente despejado, habiendo desaparecido por completo la pila de escombros que estaba cerrándote el paso.
Tú empiezas a preguntarte si lo más sensato no sería inmediatamente salir de la casa y pedir ayuda a alguno de los vecinos...
Si intentas salir de la casa, lee la parte #59.
Si subes al segundo piso, lee la parte #99.
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El Diablo está en tu casa
HorrorEs al parecer una madrugada como cualquier otra... Acabas de despertar de una horripilante pesadilla, sintiéndote aliviado de que el horror que presenciaste no fuera nada más que simples imaginaciones tuyas... Y sin embargo.... Sin embargo hay algo...