#69

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Sientes el corazón latiéndote a toda prisa dentro del pecho conforme vas acercándote a la puerta de tu habitación.

Una insoportable expectativa va adueñándose de ti, al momento de asomar tu rostro el pasillo: La situación es bastante similar a una escena de una película de terror, en la que sabes que algún monstruo o asesino está a punto de aparecer repentinamente, listo para cobrarse una nueva víctima...

Pero no hay nada a la vista. Ni el más mínimo rastro de aquel personaje siniestro que viste hace unos momentos en el pasillo.

Es muy probable que el cansancio te haya hecho ver cosas que no estaban allí realmente, como si todavía no hubieses despertado del todo... Y aun así, tú podrías jurar que tus sentidos no te engañaban al instante en el cual alcanzaste a divisar a la figura de rostro terrible...

Si te convences de que lo que viste no fue más que una simple imaginación tuya, lee la parte #82.

Si en cambio crees que la figura siniestra se trató de una aparición real, lee la parte #73.

El Diablo está en tu casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora