— ¿Quién eres tú? —vuelves a preguntar, sin despegar tu vista de aquella mujer extraña, la cual no deja de sonreírte mientras extiende sus brazos hacia ti, como si estuviese esperando que fueses a abrazarla. Finalmente, luego de un breve instante de silencio, ella te responde:
—Yo soy tu madre...
Tu primera reacción es de asombro, la cual es seguida por un gesto de incredulidad y desprecio.
— ¿Qué has dicho? ¿Qué tú eres mi madre?
—Así es, hijo mío...Yo soy tu verdadera madre...
No puedes evitar dejar escapar una risa amarga de tus labios al momento de oír esas palabras.
—Tú estás loca...No sé quién seas en realidad, ni con lo que hayas hecho con mi familia, pero de ninguna manera aceptaré que te burles de mí...
No bien terminas de pronunciar esa última frase, la mujer pega entonces un espantoso grito de dolor, el cual es tan fuerte, tan intenso que hace temblar a la casa entera.
Ante tu desconcertada mirada, la mujer de cabellos negros empieza a retorcerse en el suelo de la habitación, mientras que sus blancas vestiduras empiezan a teñirse lentamente de rojo, hasta que finalmente expulsar de su entrepierna a una pequeña figura de cuerpo retorcido y putrefacto.
Estás horrorizado por lo que ves, pero no puedes apartar tu vista de la escena, fijando tus ojos en la pequeña criatura que agoniza a tus pies...Parece tener una espantosa dificultad para respirar, y de su boca brota un hilillo de sangre negra.
De pronto, el ser abre sus ojillos diminutos y te dirige una mirada suplicante.
Hay algo en esa criatura que te parece vagamente familiar. Y a pesar de la intensa repulsión que te produce, al tiempo te inspira una profunda compasión. Por extraño que parezca, deseas ayudarle.
Y ya estás a punto de sostener a la pequeña criatura entre tus brazos, cuando en eso tú supuesta madre te grita lo siguiente:
— ¡No lo toques! Tú...Tú no debes poner una solo dedo sobre él... ¡Esa vida no te pertenece! ¡ALÉJATE! ¡ALÉJATE AHORA MISMO DE ÉL!
Si evitas tocar al ser, lee la parte #35.
Si tomas al ser entre tus brazos, lee la parte #48.
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El Diablo está en tu casa
HorrorEs al parecer una madrugada como cualquier otra... Acabas de despertar de una horripilante pesadilla, sintiéndote aliviado de que el horror que presenciaste no fuera nada más que simples imaginaciones tuyas... Y sin embargo.... Sin embargo hay algo...