Ocho.

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Día 2 de estar fuera del secuestro.

Desperté nuevamente a lado de Kate, hice mi rutina diaria y bajé a hacer algo de almorzar, la mamá de Kate iba a correr con sus amigas y así yo mientras tenía tiempo para preparar el almuerzo.

Hice unos jugos de naranja con huevos, frijoles y papas francesas. Creo que sabía aún mejor que la pizza y todo eso que se compra fuera, al menos para mí sí.

Escuché que tocaron la puerta y fui a abrir. Era Sara.

- Qué rico huele. -Dijo Sara.

-Ya está preparado el almuerzo. -Le sonreí.

-No te hubieras molestado hija.

-Cómo no señora, si estoy aquí debo ayudar con algo, que mejor tener el desayuno ya listo.

-Tú no te preocupes por eso hija.

-Le iré a hablar a Kate.

-Sí, está bien.

Subí las escaleras y entré a la habitación de Kate. Ella aún estaba dormida, ya era costumbre.

-Kate, despierta, tu madre quiere que bajes a almorzar con nosotras. -Dije moviéndola en la cama. -¡Kate, arriba! -Volví a estrujarla pero nada, tenía el sueño muy pesado. -Kate, no quiero ser agresiva. -La volví a mover. Pero colmó mi paciencia. -Con un demonio, ¡Despierta! -Casi grité y le di un golpe leve en mejilla. Despertó.

-Hey, despiertas muy temprano. -Dijo cerrando los ojos una vez más.

-Kate, tu mamá nos espera para ir a desayunar, es mejor que te apures.

-Ya voy. -Dijo de mala gana.

Se agarró su cabello en una dona como la mía y bajamos a desayunar. Me la pasaba muy bien con Kate y su mamá, era como si estuviera en mi familia, no era lo mismo pero sí similar. Me sentía agusto.

-Oh, esto sabe tan bien. -Hizo una mueca rara Kate.

-Lo hizo Tn. -Habló Sara.

-No sabía que cocinabas tan delicioso. -Dijo Kate chupándose los dedos.

-Hey, no hagas eso. -Habló Sara. -Toma esto. -Le dio una servilleta a Kate.

-No puedo desperdiciar la comida que hay en mi dedos, debo chuparla. -Reí ante el comentario de Kate.

-Qué bueno que les gustó, hago mi mayor esfuerzo por hacer la comida lo más delicioso que pueda. - Dije.

-Ya te dije que no tienes que preocuparte por eso, esta bien si no haces nada, en serio, no hay problema.

-Me están manteniendo, claro que por lo menos debo aportar en algo.

-Sí, haz la comida siempre. -Respondió  Kate y yo reí.

-No seas así Kate. -Le reclamó Sara.

-Es la verdad mamá. -Se encogió de hombros.

Terminamos de comer y Kate y yo subimos a su cuarto, mientras ella se daba una ducha yo me puse a recoger la habitación, cuando salió ella iba a ir a dar una vuelta al centro comercial, tenía miedo de llevarme; y yo tenía miedo de salir pero vamos, no sería tan malo. No creo que ellos estuvieran detrás de mí todo el tiempo.

Salimos de la casa y también nos acompañó Sara para estar más seguras, nos la pasamos increíble de tienda en tienda, también aproveché para ir a las empresas y sacar algo de dinero, obvio tenía aportar algo en casa de Sara mientras me quedaba ahí.

Llegamos a la casa y nos pusimos a comer, después la pasamos lo que restaba del día viendo películas.

Se llegó la noche y nos fuimos a dormir.

...

Desperté, hice mi rutina y así pasaron los días, llevaba una semana, una semana muy bien a comparación de la pasada.

Por fin era viernes, no me emocionaba ni nada pero la mamá de Kate se iba con sus amigas y teníamos casa sola, comíamos cosas de más y todo era diversión.

Bajé a ver si ya se había ido la mamá de Kate, pero aun estaba en la cocina.

-¿Kate aún no se levanta? Ya es tarde.

-Se está bañando.

-Ah okey, yo sólo esperaré a un amigo y después me voy.

-Está bien.

Subí a la habitación a decirle a Kate lo que me dijo su mamá y a bañarme para después bajar a desayunar. Cuando salí de la ducha Kate ya no estaba en la habitación y se escuchaban voces abajo. Me di prisa y me cambié lo mas rápido que pude. Cuando me cepillé mi pelo y me puse crema salí de la habitación, ya iba bajando las escaleras cuando me quedé anonadada.

-Tn, él es Juan, Juan, ella es Tn.

-Mucho gusto Tn. -Sonrió triunfante.

-El gusto es mío. -Traté de sonreír pero seguro salió más una mueca que una sonrisa.

Entré a la cocina y tomé un vaso de agua, ¿Qué mierda hacía Sebastián aquí? ¿Y por qué se hacía llamar Juan? Tenía miedo, mucho miedo. Acababa de meter en problemas a Kate y su mamá, nunca pensé que pasaría esto, nunca pensé que ellos dos se conocieran, ni en la puta cabeza se imaginan que ese idiota fue el que me secuestró.

-Ya me voy. -Entró Sara a la cocina.

- Sí, que le vaya bien. -Le di un beso en la mejilla.

Sebastián se acercó a mí y besó mi mejilla. Aún así el muy idiota tenía el descaro de venir a saludarme.

-Adiós Tn. -Sonrió.

Yo sólo lo ignoré y me voltee, ya no sabía a donde ir, estaba de nuevo en sus manos. Parece que la demanda aún no progresaba, y no lo iba a hacer. Tenía miedo, me había encontrado de nuevo. ¿Ahora qué haría? ¿Y si me escapaba y después venía a joder a Kate y su madre preguntándoles dónde me encontraría yo? Huir no era una opción por ahora.

Debía pagarles, eso debía hacer, darles todo el puto dinero que quisieran y que me dejaran sola, era la opción más fácil.

Secuestrada •S.V.•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora