Después de que Sebastián corrió a Mario yo me quedé sola en el cuarto. Pasaron los minutos y yo no sabía qué hacer. Me senté en la cama y me caló algo en mi pompi, metí mi mano al bolsillo y mi celular venía conmigo, ¿A quién debería llamar? No sabía dónde estaba o alguna referencia del lugar. Muy apenas había una raya de señal y eso era mucho. Teclee el número de Kate.
-Responde, responde. -Agité el celular que tenía en altavoz.
-Wow, ¿apenas llegaste y ya te quieres ir? O mejor dicho, ya te estás portando mal. -Entró un chico que no conocía a la habitación.
-No, yo... - No sabía qué decirle.
-Dame eso. -Me arrebató el celular de las manos. -Ahora prepárate para la regañada que te dará Villalobos.
¿Villalobos? ¿Quién es él?
- No sé quién sea él. -Susurré.
-Pues hoy lo vas a conocer. -Rió y salió de la habitación.
No sabía quién era Villalobos, pero tampoco lo quería conocer, sonaba malo. Me acosté en la cama y empecé a pensar en los buenos momentos que alguna vez pasé con mis padres, los extrañaba demasiado, han sido lo mejor que he tenido en la vida, los amo y extraño muchísimo.
Me paré de la cama y recorrí la habitación de nuevo, ya que la última vez que estuve aquí también lo hice.
Fui al tocador y abrí un cajón, había una caja de madera y una tabla sobre puesta arriba, la quité y debajo de ésta había muchas armas, ¿Qué pasaba si me disparaba y todo esto se terminaba? ¿Sería feliz con mis padres? ¿O podía salir de aquí amenazandolos con la pistola? No, eso no, no me creerán capaz de jalarle al gatillo.Debía suicidarme, es una estupidez pero es lo mejor que puedo hacer, ya de aquí no vuelvo a salir, es mejor hacerlo ahora a que después ellos me hagan algo o pase algo más grave, que las empresas se cierren y nadie se quede con esa fortuna, es lo mejor.
Tomé la pistola en mis manos y después la recargué, me la puse en la cien y cerré los ojos, disparé pero nada. No tenía balas. Busqué en otros cajones y cogí otra arma, disparé a la nada y sí lo hizo, disparó, pero caí al suelo y vi todo negro.
Narra Sebastián.
Estábamos todos comiendo tranquilamente y hablando sobre cosas de las que deberíamos hacer, cuando de pronto se escuchó un disparó dentro de la casa, todos nos quedamos en silencio y después de cinco segundos se escuchó un golpe en el techo.-¡Tn! -Gritó Bautista y subió corriendo las escaleras.
Oh no, se había suicidado, ella no quería estar aquí, y lo entendía pero era mi trabajo, aparte con todas es igual, no sé por qué con ella me tenté el corazón y no la maté, tenía tiempo pero ahora ella lo había hecho por mí.
Después de que todos subieron las escaleras yo me quedé abajo, no sabía cómo me sentía, por primera vez sentí feo que una de nuestras chicas se suicidara, porque sí, ya nos había pasado tiempo atrás y varias veces, pero ésta era diferente, no sé qué tenía Tn.
No quería subir, no quería verla muerta tirada en el piso. Esa imagen pasó por mi cabeza y sentí un escalofrío, tenía que salvarla, sino era por ella era el dinero.
Subí las escaleras rápido y ella estaba acostada en la cama, ellos la habían acostado. La vi pero no tenía ni una sola mancha de sangre, no tenía nada. Voltee al piso y vi la arma tirada, ella disparó y la misma arma la golpeó, ella estaba bien, seguía viva. Una sonrisa quería salir pero no, eso no pasaría.
-¿Qué mierda hacen aquí? ¿Por qué se preocupan? -Todos se quedaron callados y sólo me veían. -¡Mierda, hablen! -Grité.
-Joder, si ella muere nosotros morimos junto con ella. Tiene el dinero y nos va a sacar de todo lo que debemos. -Habló Juanpa.
Buen punto, tenía razón.
-Bueno, ya vieron que esta bien, ahora largo. -Bufé y todos salieron.
Caminé y cerré la puerta, me devolví y me senté a lado de ella y vi que aún seguía respirando, una sonrisa se formó en mis labios, toqué su mejilla muy ligero y ella despertó. Me miró con miedo e intentó hacerse para atrás pero no podía, estaba justamente recargada en la cabecera de la cama.
-Tranquila. -Ella sólo me veía, tenía miedo, sus ojos decían todo. Y no la culpo, ¿quién no le tendría miedo a un asesino como yo? -Ahora cuéntame qué es lo que intentabas hacer con esta pistola.
-Nada... -Susurró.
-Dímelo. -Miré fijamente sus ojos.
-Suicidarme.
-¿Por qué? -Seguía viendo sus ojos.
-No quiero estar aquí, y cuando no esté aquí no tendré a donde ir. -Agachó su cabeza.
-Tranquila, estarás sólo por un tiempo, sólo haz lo que te pida y con eso bastará.
Ella asintió y ya no dijo nada. Me acerqué con ella y besé sus labios, ella obvio no me correspondió el beso y era de esperarse. Caminé fuera de la habitación e iba a salir pero ella me habló.
-¡Espera! -Escuché su voz detrás de mí.
Salió una sonrisa de mis labios y voltee.
-¿Sí?
-Tengo hambre. -Se rascó la nuca, tenía vergüenza.
-Ahora le hablo a alguien para que te traiga algo. -Le guiñé un ojo.
-Gracias. -¿Sonrió? Oh mierda, acaba de sonreír.
También sonreí yo, moví la cabeza rápidamente y salí de ese cuarto antes de volverme loco. Bajé y pedí algo de comida para ella. Después de rato la comida llegó y la recibí, pagué y le di la comida a Juanpa.
-Llevale ésto a Tn.
El sólo asintió y subió a la habitación.
Narra Juanpa.
Sebastián me dijo que le llevara comida a Tn, ¿Por qué le pidió comida? Nosotros comimos de lo que hay aquí, no solo porque Tn sea millonaria tenemos que tratarla como tal.Abrí la puerta de su cuarto y cuando entré la volví a cerrar, me acerqué hasta ella y le di la comida.
-Te manda esto Sebastián, espera que te guste.
-Gracias. -Sus mejillas se pusieron de un color rojizo.
¿Qué esta chica no hablaba con hombres nunca? Era bonita a decir verdad, tenía un buen cuerpo bonito y sexy, no sé cómo Sebastián no se la había cogido ya, siempre lo hace con todas desde el primer día y con ella no ha hecho nada.
Me imaginé a Tn debajo de mí pidiendo por más, mordí mi labio inferior lentamente, mi amigo se estaba empezando a excitar, me iba a acercar a ella pero alguien me tomo del hombro.
-Ni se te ocurra tocar a mi chica. -Habló Sebastián dejándome atrás de él.