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¿Diana? Sí, creo que dijo Sebastián que así se llamaba.

Narra Tn.
Después de que la película se terminará nos quedamos Rk y yo sólos, yo sólo esperaba a que él también se fuera a dormir para comer, no es que sea muy glotóna pero lo que yo comía era muy ligero y cada rato me daba hambre por eso.

-¿Quieres cenar? -Rk me preguntó, obvio que tenía mucha hambre.

-Sí, ¿tú? -Tal vez era bueno tener un acompañante durante la cena.

-Estoy babeando de hambre. -Contestó haciendo una mueca lo cual hizo que me diera risa y él sólo sonrió.

Fuimos a la cocina y me puse a preparar unos hot cakes con leche. Era algo ligero para poder dormir.
Bebí de mi vaso y voltee para con Rk que sólo me miraba, no me hacía sentir incómoda pero era raro.

-Tienes un poco de... -Tocó su labio indicándome que tenía algo pero no sabía qué.

-¿Aquí? -Me limpié donde él me indicaba y tenía un poco de leche.

- No, déjame ayudarte. -Me acerqué más a él y con su dedo pulgar me quitó suavemente otro poco de leche.

Rk se me quedó viendo y yo a él. Bajó  su mirada a mis labios, pero yo no hacía nada, su vista volvió a mis ojos, yo lo veía y él me veía a mí. Juntó sus cejas haciendo una expresión y yo sólo reí. Rk se fue acercando poco a poco a mis labios, estábamos a sólo unos centímetros de cruzar nuestras respiraciones pero escuchamos que alguien bajaba las escaleras y nos separamos lo más pronto posible.

Ambos volteamos para ver quién era, últimamente no me estaba agradando nada la presencia de ésta aquí en la casa.

-Oh, sigan con lo suyo, nunca pensé que en la cocina ustedes dos fueran a tener sexo. -Dijo señalandonos.

Rk sólo la ignoró.

-Eres una perra. -Susurré.

-¿Sigues celosa cariño? -Pensé que no me había escuchado.

-¿Celosa de qué? Tú me haces los mandados. -Traté de ignorarla pero me era imposible.

-Y muy bien, hasta pregúntale a Sebastián.

Esta chamaquita estaba colmando mi paciencia, en un día de estos le iba a romper esa maldita cara.

-Ya basta, vámonos al cuarto Tn. -Rk me agarró de los hombros y empezamos a caminar pero una voz nos detuvo.

-Sí, no vaya a ser que uno de los otros también los vea teniendo sexo en la cocina. - Se mordió una de sus uñas.

Hija de perra. Corrí lo más rápido y la agarré de sus malditas extensiones baratas, rasguñé lo más que pude su cara, iba a tirarle un golpe cuando sentí que alguien me cargaba y trataba de separarnos, de las greñas de esta maldita nadie me quita, cuando por fin lo logró me llevé conmigo una de sus extensiones. Toma, perra.

-¿Qué les pasa? -Gritó Sebastián quién estaba a lado de ella.

Ella empezó a llorar y Sebastián la abrazó, ¿qué mierda le pasaba? Sí ella fue la que empezó todo las dos veces, bueno esta vez fui yo pero la otra no.

-Ella vino hacía mí y me empezó a golpear, yo sólo vine por agua. - Se escuchaba su respiración agitada. Estaba llorando, era obvio.

-Déjala, ¿qué quieres con ella? No eres nadie para hacer lo que tú quieras aquí, ella sólo vino por agua y ¿así la tratas? ¿Estás demente? -Me gritó Sebastián y yo sólo me hacía para atrás.

Auch. Él no sabía cómo había sido las cosas y aún así se atrevía a defenderla en mis propias narices, pero es que cada vez vamos de mal en peor.

-Déjala tú, Tn no hizo nada malo, es ésta la que sólo está molestando. -Rk me defendió, no era lo mismo pero me conformaba con eso.

-¿Y tú qué te metes? Aléjate de Tn, no te le puedes acercar para nada, nadie dijo que la estuvieras cuidando. -Le gritó Sebastián a Rk.

Rk sólo lo ignoró y me agarró de la mano, los dos empezamos a subir hasta el tercer piso donde estaba la habitación en la que me iba a quedar.

-Es un idiota. Y ella también. ¿Te lastimó? -Preguntó quitando los mechones que se ponían en mi cara.

-No, estoy bien. -Sonreí levemente.

-¿Tú duermes aquí? -Preguntó viendo toda la habitación.

-Sí, ¿dónde más? -También vi la habitación.

-Tienes razón, duerme. Yo me iré.

-Gracias.

Rk se fue a su habitación supongo y yo me quedé arriba, tenía sueño pero no quería dormir. Sólo me acosté y apagué la luz, una lágrima resbaló por mi mejilla, todo estaba pasando tan inesperadamente, extrañaba a mis padres, si ellos no se hubieran ido yo no estaría con estos idiotas. Toda la vida fuera normal, estaríamos felices como siempre lo estábamos. Lástima que las cosas no pudieron ser así.

Sebastián... era un caso perdido, ¿qué no pensaba un tanto en mí? ¿cómo se ponía a defender a la nueva en vez de a mí? Es un completo idiota. No sé qué pasa por su cabeza.

Después de tanto llorar y pensar en cosas un tanto absurdas me quedé dormida.

....

A la mañana siguiente desperté y me quería bañar, en este cuarto no había ropa que me quedara, toda estaba en el cuarto de Sebastián pero no pensaba ir para nada, algo debía haber aquí. Busqué en el closet y encontré un mini short, bien era ganancia. Playeras no había sólo de hombre y eran grandes, me pondría una de esas, sólo espero que no sean de Sebastián. Entré al baño y me quedé 30 minutos hay dentro, no tenía gana de verles la cara a todos ellos, estaba empezando a hartarme más de lo que estaba la vez pasada. Salí de la ducha y me puse la ropa y me quedaba bien, la sucia que me había quitado la lave a mano para tener el día siguiente. Cuando me estaba cepillando el pelo tocaron la puerta, yo no quería abrir, no quería verle la cara a Sebastián o a la otra mosquita muerta, no dejaban de tocar así que mejor fue a abrir.

Secuestrada •S.V.•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora