Estoy tan concentrada que no me percato de que un señor se acerca cada vez más.
Me paro de inmediatamente y el señor se sigue acercando, ¿puede de él el guardia, no? Mi corazón acelera y cuando está cerca de mí espero a que diga una palabra o siga su camino.
-¿Qué hace una muñequita tan preciosa como tú a estas horas?
No sé por qué tengo el don de siempre meterme en problemas.
-Con todo respeto es algo que a usted no le interesa.
Me hago un poco para atrás y él pone una mano en mi cintura y me atrae con él.
-No te dolerá chiquita, supongo es tu primera vez, ¿no?
¿Qué? ¿Es en serio lo que está pasando? Estamos enfrente de la tumba de mis padres.
-¿Qué? Señor usted no está bien, déjeme en paz. - Me alejo un poco más de él.
-Siempre debo hacerlo a la fuerza. -Dice algo enojado.
Se abalanza sobre mí y con una mano me acerca con él, besa mi cuello y yo intento deshacerme de él.
-Para, por favor. -Sólo pongo mis manos frente a él para que detenga.
Él se tira al piso y empieza a gritar, se toca la cabeza y grita demasiado fuerte, su grito me atormenta y yo no puedo pensar en qué hacer. ¿Necesito ayudarle? Él ni siquiera intenta levantarse, la cadena del candado de la tumba de mis padres suena. Son ellos. Ellos tratan de ayudarme. Sin pensarlo dos veces salgo corriendo del sitio y subo rápido al auto.
No puedo llegar a casa así. Ha sido una noche muy larga, ni siquiera he traigo el celular conmigo. No sé qué hora es. Voy en el carro de Sebastián sin rumbo alguno y paso por una cafetería, tal vez es una buena opción estar aquí por un rato.
Aparco el auto en el pequeño estacionamiento que brinda la cafetería. Bajo y entro. Me siento en la última mesa y al menos hay poca gente, sólo somos un par pero es mejor ha estar sola. En menos de 5 minutos un chico se para enfrente de mí.
-¿Ya puedo tomar la orden? -Pregunta con una sonrisa de oreja a oreja.
-Del más cargado que tengas, por favor. -Él sólo asiente.
-Enseguida se lo traigo.
-Gracias.
Mi estómago cruje de hambre pero yo siento que no la tengo, no puedo comer. No me apetece en este momento. Ha sido la noche más larga de mi vida. No puedo ni siquiera pensar en todo lo que ha pasado.
-Aquí tiene. -Pone la taza de café frente de mí.
-Me puede dar la hora, por favor.
-Son las cuatro y quince minutos... Disfrute su café. -Asiento y él se va.
Apenas las cuatro, no dormí nada. Apenas cerré los ojos y el sueño de mis padres apareció.
Necesito hablar con Sebastián, o tal vez no. Tal vez sólo deba deshacerme de él, mi padres me están dando un mensaje y yo no logró descifrar cuál es y eso está empezando a frustarme. Mi papá conocen a los dos, quieren que Sebastián me diga la verdad, ¿la verdad de qué? No fue sólo un choque el que nos arrebató la vida. Mis padres me están dando señas bastante claras pero aún así soy muy torpe para entenderlas. Tal vez ahora lo correcto sea hablar con Sebastián o con Luke. No lo sé.
Voy al panteón con mis padres y un poco intenta abusar de mí y de la nada se está muriendo en el piso, mientras todo pasa el candado para entrar a la casa donde se encuentran mis padres enterrados empieza a tambalearse de la nada, no hacía frío y aunque hiciera el candado junto con la cadena es muy pesado.
Estoy a nada de volverme loca.
Pago el café y ahora me dirijo a la policía. Debo pedir un informe. Tal vez mi padres quieren a Sebastián en la cárcel, y ahora mismo estoy de acuerdo con ellos. Simplemente no puedo pensar en nada más. Sólo estoy de lado de mis padres en todo lo que digan y piensen, aún así sea un sueño y tal vez todo esté en mi memoria.
Entro y rápido me reciben, es claro.
-Necesito el informe de la muerte de mis padres. -Le digo al recepcionista.
-Debe venir por la mañana, el señor de recepción es el único que tiene llave y ahora no se encuentra. -Dice amable.
-¿A qué hora puedo venir a buscarle? -Arqueo una ceja.
-Después de la una de la tarde. -Dice fastidiado.
-Entonces me quedaré aquí esperando.
Camino de nuevo al auto y espero.
El tiempo pasa rápido, mis pensamientos son demasiado que ni siquiera puse atención cuando salió el sol. Estoy tan perdida que siento que mi cabeza va a explotar. Me duele y no puedo soportarlo. Es exagerado el dolor. Prendo el radio y dice la hora. 2 de la tarde. ¿En qué se fue el tiempo? Si apenas hace un rato eran sólo las 4.
Me bajo del auto y entro a recepción, me dan el informe y lo leo lo más rápido que puedo.
-¿Accidente automovilístico? ¿Qué tan seguros están de que eso fue lo que pasó realmente? -Digo de mala gana.
-¿Usted vio algo más? -niego -Es sospechoso lo que dice. -Arqueo una ceja.
-¿Se da cuenta de las palabras que salen de su boca? Es muy idiota lo que me está diciendo.
Salgo enojada de ahí, ¿qué le pasa? ¿Cómo se atreve a pretender que yo soy sospechosa de la muerte de mis padres. Entro en el auto y conduzco a toda velocidad a mi casa. Apenas entro y Sebastián está ahí esperándome. Y no me gusta, ahora no sé qué hacer con él. Me abraza pero yo lo aviento, y me duele, yo no soy así. Pero están primero mis padres que un idiota.
Después de sus reclamos aquí está otro capítulo, es lo mismo, siempre se quedarán con las ganas de saber qué pasa más allá pero necesito descansar chicas. Les juro que mañana en cuanto me despierte escribo otro y se los subo.
Gracias por apoyar.💕
