Catorce🔫

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Subí las escaleras corriendo y me encerré en el cuarto del último piso, una vez más volví a meterme al closet, mismo donde me había escondido cuando Sebastián buscaba de mí.

Los ruidos se dejaron de escuchar por un momento, justo cuando pensaba salir de mi escondite se volvieron a escuchar, los pasos arriba en la escalera. Me ponía los pelos de punta, ¿dónde estaba Sebastián cuando más lo necesitaba? Sí me tenía secuestrada mínimo que sirviera de algo.

Se escuchó cuando entraron a la habitación en la que yo me encontraba, mi corazón una vez mas volvió a latir a mil por segundo, estaba más que asustada. Me asomé por el pequeño orificio que tenía la puerta y vi que eran dos hombres medio altos. Uno de ellos era el chino ojos azules que me quería con él cuando aquel chico me recogió en la carretera. Su cara jamás se me iba a olvidar.

-Salieron y se llevaron a la chica con ellos. -Habló uno.

-¿Ahora qué hacemos? -Contestó el otro.

-Esperemos abajo hasta que lleguen, hoy la chica se viene con nosotros.

Ambos salieron de la habitación, si ya dijeron que se iban a quedar a esperar a los chicos lo más que podía hacer era quedarme escondida, estaría muy idiota si saliera en una situación como esta.

Estaba un poco más tranquila, llevaba varios minutos encerrada en el closet. No sé en qué pensaba, o mas bien no pensaba en nada. Ni siquiera en lo que ambos hombres que se encontraban en la misma casa que yo hicieran algo o vendrían a buscarme una vez más. Mi cerebro estaba perdido.

Se escuchó un disparo y me sobresalté, claro que me asusté, tal vez podrían matar a los chicos y darse cuenta de que yo no iba con ellos y ahora sí encontrarme. No quería ir con ellos, Sebastián me trataba bien a comparación de ellos. Yo lo menos que quería es sufrir.

Se volvieron a escuchar más disparos y yo sólo esperé, se escuchó las llantas de un carro enfrenar y los disparos se callaron, de nuevo los pasos en las escaleras se volvieron a escuchar los pasos. Tenía miedo de que fueran otra vez aquellos dos hombres y no los chicos con los que por ahora estaba viviendo.

Escuché cuando alguien entró al cuarto en el que estaba, tenía miedo, mucho miedo, escondí la cabeza entre mis piernas y sentí como la puerta se abrió.

Narra Sebastián.
Todo era risas en el camino hasta que estábamos a metros de la casa, vimos unos vehículos fuera de ella y obviamente sabía de quién se trataba. Era el idiota de Luke. Sigue en busca de Tn, pero no se la daré, no mientras yo esté con vida.

Por primera vez tenía miedo, los nervios se apoderaron de mí y le di más rápido a la camioneta. Bajé lo más rápido que pude y todos bajaron detrás de mí, sabían que era lo que se venía.

Le di una patada a la puerta y la abrí de un solo golpe. Entré y ellos estaban tranquilamente sentados en la sala. Tn no estaba ahí, se la habían llevado. Sentí un odio y un nudo en mi garganta, quería matarlos ahora, pero no podía, no podíamos hacer eso, no era permitido, aunque en esta situación ganas me sobraban de sacarle el corazón de un plomazo.

-Vaya vaya, hasta que se dignan de aparecer. -Habló Luke.

-¿Qué mierda quieres Hemmings?

-Creo que todos aquí sabemos perfectamente lo que quiero. -Sonrió y eso me dio más coraje.

Sé que me arrepentiría de esto pero por ahora estaba decidido a hacerlo. Saqué mi pistola y le apunté en la nuca más no dispare.

-Te doy cinco segundos. -Hablé firme.

-Sólo quiero que sepas que esto no quedará así. -Dijo Luke antes de irse.

-No se queden quietos, ¡busquenla! -Grité.

Todos se disparcieron por la casa y yo subí rápido a la habitación para ver si se encontraba ahí. Pero no. Maldije en voz baja, ella no se fue con ellos, no. Ella no estaba aquí.

-No está aquí. -Habló Ruiz.

-Tampoco acá. -Gritó Juanpa.

-En la habitación de arriba. -Hablé yo.

Tenía las esperanzas de que pudiera estar en esa habitación, cuando se enojaba conmigo a ella le gustaba estar ahí. Subí las escaleras rápido y abrí la puerta, Tn no estaba ahí, sentí algo en mí, de pronto me dieron ganas de golpear a alguien o sólo llorar.

Mierda, pero ellos no la llevaban, ella tenía que estar aquí. Abrí por último la puerta del closet y ahí estaba ella, tenía su cabeza entre sus piernas, me sentí bien.

-Tranquila, soy yo. -Le hablé y se me salió una sonrisa.

Narra Tn.
Escuché que era la voz de Sebastián y de pronto todo mi miedo se esfumó. Levanté la cabeza y lo vi con una sonrisa en su cara, después de todo él cuidaba de mí. Me paré de donde estaba y caminé hacia él, lo abracé y él me correspondió el abrazo, estaba asustada pero con Sebastián a mi lado sabía que nada malo me podía pasar.

Odiaba a Sebastián, eso no había cambiado y lo haría para toda mi vida, me quitó mi vida y yo siempre me acuerdo de cuando las personas me hacen daño y un día no muy lejano Sebastián va a pagar por esto.

Por ahora agradecía un poco que me estuviera alimentando, dando hogar y protegerme de todas las personas como el rubio.

-¿Dónde estabas? Tenía mucho miedo. -Una lágrima resbaló por mi mejilla.

No quiero ni imaginarme que me estuvieran haciendo ahora mismo si me hubieran encontrado, o si yo me hubiera ido con ellos. Oh, una duda acaba de entrar en mi cabeza y el único que me puede contestar con algo de sinceridad es Mario.

Sebastián limpió mi lágrima y me abrazó una vez más.

-Tranquila, ya no volveré a dejarte sola.

-Eso espero.

-Es porque así será.

Sebastián me dio un beso en la frente y después salió de la habitación.

Secuestrada •S.V.•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora