ST. 8

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Tn.
Después de haber vomitado Sebastián se fue del cuarto dejándome una vez más sola, este chico no sabía cómo cuidar a una mujer. Está más que claro que nunca se va a casar. Tenía más hambre pero si comía lo volvería a vomitar todo, no puedo dejar de comer dos semanas y después volver a comer demasiado, eso me provoca el vomito.

Necesitaba una ducha urgentemente, no sé cuántos días duré sin bañarme pero está más que claro que rompí record. Huele super mal todo, la habitación, el baño, yo. No sé cómo después de vivir tranquila vine a parar a esta mierda.

Me di una ducha y cuando salí cogí algo de la ropa que me había traído Sebastián, me puse un pans rojo y una playera negra. Hacia demasiado calor pero ya no había elecciones, eran puros pans. Necesitaba cepillar mi pelo, no puedo verlo porque no hay espejo pero estoy más que segura que parecen rastas o pelos de elote.

Traté de salir de la habitación y lo logré, tocaron la puerta de entrada y fui a abrir. Era raro, nunca estaba afuera y ahora no sabía quién podía visitar a Sebastián, no sé qué pasó con su vida después de todo. No sé de sus amigos.

Era Ruiz.

-Hola. -Saludó.

¿Se suponía que debía saludar? Bueno, por educación sí.

-Buen día. -Me hice a un lado para que pasara.

-¿Dónde está Villalobos?

-Supongo que en su cuarto.

En eso bajó Sebastián.

-Mierda. -Susurró y se rascó la nuca de alivio. -Pensé que te habías escapado.

-Pues ya viste que no.

Fui a la cocina como si la casa fuera mía y Sebastián me permitiera estar afuera. Tenía hambre y ahora no iba a esperar a que se tardara mucho tiempo más en darme de comer. Abrí el refrigerador y no había nada más que cervezas. Estaba completamente vacío, parece como si nadie viviera aquí.

-¿En serio no hay nada de comida? -pregunté un poco enojada.

-No. -Contestó Sebastián como si nada.

Lo odio.

-Vamos a la casa, hay mucha comida, estarán Carlos y Logan. -Dijo Ruiz.

Bien, ahora no entendía el por qué mierda Sebastián se fue de aquella casa, no me importaba estar con los demás bajo el mismo techo, lo único que quería era andar libre por la casa, tan siquiera tener algo de luz, charlar con alguien, cosa que no tengo en esta casa.

-No podemos. -Dijo Sebastián.

-Anda acepta, sólo será un pequeño rato. -Yo aquí rogando.

-¿Qué dices? -Preguntó Ruiz a Sebas.

-Está bien, pero regresaremos pronto.

-Lo que tú digas. Pero primero prestame un cepillo, mi cabello debe parecer estropajo.

Secuestrada •S.V.•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora