Tn. Desperté gracias a mi alarma, la apagué y fui hasta el baño, me di una ducha rápida y busqué ropa que ponerme, al final opté por:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estos días ha estado haciendo mucho calor así que un short no estaba nada mal, cepillé mi pelo y lo até en una coleta, me puse algo de maquillaje y labial, perfume y listo. Desayune y después cepillé mis dientes, agarré mi mochila y salí de mi casa.
Conecté mis audífonos e iba escuchando música a un volumen muy alto, sentí que alguien me venía siguiendo y apagué la música, discretamente voltee para atrás y no había nadie o al menos eso pensé. Caminé lo más rápido que pude y cuando llegué a la prepa me topé con Serena.
-Hola. -Saludé y besé su mejilla.
-Hola.
-¿Qué hay de nuevo?Pregunté.
-Otra fiesta, la está organizando Verónica, debemos ir, esa fiesta será lo más genial, sus fiestas son las mejores. -Exclamó Serena.
-Yo hablaba de trabajos, no me gusta salir mucho de fiesta. -Me quejé.
-Por favor, créeme que no te arrepentirás de ir. -Trataba de convencerme.
-Está bien, lo pensaré. -Le sonreí.
Ir a fiestas era divertido pero cuando dije que cambiaría de rutina no me refería a salir de fiesta todos los días. A parte aún soy menor de edad, estoy a poco de cumplir mis 18 años pero eso no justifica que deba salir cada semana.
Entramos a las clases y Francisco me pidió que si nos podíamos ver saliendo de clases y acepté.
Las clases se tomaron su tiempo y cuando salimos me fui a las bancas con Kate, Francisco aún no salía pero me quedaría a esperarlo.
-¡Estoy enamorada! -Gritó Serena.
Me reí.- ¿De quién?
-Se llama Luis, en la fiesta lo conocerás, es amigo de Verónica, ¡Oh por Dios, no nos tenemos que perder esa maldita fiesta!
-Relájate. -Me reí. -Está bien, iremos a esa fiesta.
-Ash ahí viene Francisco, yo me voy. Nos vemos mañana. -Se despidió de mí y se fue.
-Hola. -Saludó Fran.
-Hola. -Le sonreí.
-Quería ver si eres gustosa de ir conmigo esta tarde a por un helado. -Prefiero estar en mi casa.
-Claro, ¿a qué hora nos vemos? -Sonreí.
-¿Qué tal si paso por ti a tu casa? -Nadie debía saber dónde vivía pero eso era imposible.
-Esta es mi dirección. -Se la anoté en un papelito junto con mi número.
